sábado, 30 de enero de 2016

HUARI : TIERRA DE LOS MISHICANKAS


En esta oportunidad estaré narrando mi viaje al distrito de Huari, capital de la provincia del mismo nombre en el departamento de Ancash. Se encuentra localizado en el Callejón de los Conchucos sobre los 3,180 msnm.

Para ir de Lima a la ciudad de Huari hay dos opciones, una de ellas es hacerlo directamente desde Lima y la otra es primero  hacer la ruta Lima-Huaraz. Aquella vez utilicé la segunda opción.

Primero hice la ruta Lima Huaraz con una empresa de transporte interprovincial, el costo del pasaje fue S/. 40.00 por persona y el tiempo de viaje es  8 horas aproximadamente. Una vez en Huaraz se puede abordar unos autos colectivos que por S/.25.00 trasladan hasta Huari o sino también se puede ir en los ómnibus de una empresa de transporte interprovincial que cubre esta ruta.

Junto a mi hermano Carlos y primo Leo decidimos hacer uso del único ómnibus que cubre esta ruta. La distancia de Huaraz a Huari es de 152 km que el ómnibus lo cubre en 3.30 horas aproximadamente. El costo del pasaje fue de S/. 8.00 y realmente fue difícil conseguir pasaje, tuve que suplicar para conseguir tres pasajes, era un día sábado con mucha demanda,  lo mejor es comprar los pasajes con anticipación.

Después de lo difícil que fue conseguir boletos, de la incomodidad de los asientos, de los tramos en que no hay carretera asfaltada,  de lo largo del viaje, recomiendo hacer el viaje en los autos colectivos. El costo del pasaje es mucho más caro pero el trayecto se cubre en menos tiempo. Para el regreso abordé un auto colectivo.

La ruta desde Huaraz comienza tomando la carretera de regreso a Lima pasando por los pueblos de Recuay y Ticapampa hasta llegar a Catac. De allí el ómnibus toma un desvío que  conduce a  la Laguna Querococha. Seguimos subiendo y llegamos a la parte más alta del camino, el Tunel de Karwish  sobre los 4,516 msnm. Después de atravesar el túnel el carro comienza a descender y en su descenso pasamos por Chavín de Huántar y Huántar, hasta llegar finalmente al distrito de Huari.
 


Los huari es una etnia muy antigua, pero su fundación española data de 1,572 con el nombre de Santo Domingo de Huari.


La plaza principal es de regular tamaño, con poco espacio para la vegetación y en ella destaca una pileta de bronce. En una de las esquinas del perímetro se ubica el llamado Palacio Municipal de Huari, una construcción moderna de dos pisos. El segundo piso tiene un largo balcón apoyado sobre la arquería del primer piso. Una bandera peruana flamea los 365 días del año sobre un mástil frente al local municipal.
 


En el otro extremo de la plaza al frente del Palacio Municipal se ubicaba la antigua iglesia de Huari que fue destruida por el terremoto de 1,970. En el mismo lugar se construyó  la nueva Iglesia en donde se venera a Santo Domingo de Guzmán y a la Virgen del Rosario considerada por los huarinos como la Patrona del pueblo.  Es una  construcción moderna y de una arquitectura muy particular destacando en ella el gran campanario. Se accede a la iglesia por una escalinata y es en este lugar donde se encuentran los pocos de los arboles de toda la plaza principal.
 



Por dentro la  iglesia es sobria con muchos trabajos de madera, pequeños altares finamente tallados y largas bancas para el descanso de los creyentes. Cuando hacía mis viajes no pensaba que un día iba tener la oportunidad de poder escribir las anécdotas y experiencias  de dichos viajes, por eso en muchos casos las fotos que tengo son muy escasas cuando hago referencia a un lugar. Antes que en fotos las imágenes que vi, quedaron grabadas en mi mente y son recuerdos que hoy trato de compartir en estos relatos. Para uno que no es escritor es difícil poder describir o trasmitir tantos momentos lindos pero estoy en el intento, como dicen los dichos populares, no hay peor gestión que la que no se hace y el que nunca se equivoca es porque nunca hizo nada.



La puerta de entrada es una obra de arte en donde no hay un solo espacio que no haya sido tallado. Es importante recordar que muy cerca de aquí se encuentra el distrito de Chacas, un lugar muy conocido por sus grandes talladores de madera generalmente con motivos religiosos, cuyos trabajos abastecen las principales iglesias del país y su fama ha trascendido las fronteras tallando imágenes de cristos, santos, vírgenes y ángeles para iglesias del exterior. Sobre Chacas ya escribí anteriormente.



Una puerta más pequeña de la iglesia es otra muestra de arte en madera.




En el frontis de la iglesia encontramos dos campanas de la antigua iglesia  cuya data de una de ellas es de 1,600. Generalmente cuando las antiguas campanas están en desuso son colocadas en el piso de algún lugar escondido donde nadie las pueda ver. Me parece muy inteligente y oportuna la puesta de estas campanas en el frontis de la iglesia con la finalidad de ser mostradas como parte de la historia de Huari a los habitantes del pueblo y a los  turistas.  Le han quitado el badajo  que es la parte interna con la finalidad de que no pueda ser tocada, de lo contrario uno no podría resistirse la tentación de darle el  “boom”.
 



Cuando leí sobre este lugar aparte de los atractivos naturales que podía encontrar hubo un apunte sobre su gastronomía que me llamo poderosamente la atención.  Muchos apuntes decían que aquí se comía un plato conocido como mishicanka que no es otra cosa que gato. Cuando el primer día llegamos al restaurante para almorzar nuestra primera comida en Huari grande fue mi sorpresa al ver en la pared un telar con la figura de varios gatos y donde en la parte de abajo decía mishicanka.



Al ver este mensaje en la pared conjuntamente con mi hermano Carlos y primo Leo  nos preguntábamos si sería cierto todo lo que se decía al respecto. Para quitarnos la duda preguntamos a la dueña del restaurante sobre este plato y nos confirmó su ingesta principalmente  en las fiestas del pueblo y en celebraciones especiales. En el aniversario del pueblo el mishicanka es un plato muy requerido y fácilmente se encuentra dentro de los platos de menú, pero que no había problema en prepararlo ha pedido y que por S/.50.00 nos podía preparar dicho plato para el día siguiente ya sea en forma guisada o al horno. Mi hermano Carlos y mi primo Leo quedamos sorprendidos ante el ofrecimiento pero no aceptamos. También el chofer que nos hizo un tour por algunos lugares nos confirmó la tradición de comer gato en Huari.

Caminando por las calles del pueblo muchos locales de servicios llevan nombres o algún detalle que guarda relación con los mininos. Inclusive en la plaza principal, la pileta central tiene muchas figuras de bronce de gatos que son los mismos que expulsan el agua para darle forma a la pileta. Si han colocado estos gatitos en la pileta es porque  debe ser cierto lo que se dice.




En los extremos de una parte del pueblo encontramos una especie de largo y sinuoso balcón, un mirador natural, conocido con el nombre de mirador de Huacón.



Desde aquí podemos apreciar el valle y una parte de la Cordillera de los Andes. El cielo esta nublado pero ello no quita ni resta belleza al lugar, las nubes forma parte natural de los paisajes serranos sobretodo en época de invierno.



Huari tiene muchos atractivos naturales, con varios circuitos turísticos que se difunde a través de afiches de todo tamaño. Aquí un afiche pegado en la pared del patio del hotel donde nos hospedamos.
 



Si alguna vez visitan Huari no dejen de visitar la plazita del centro poblado San Bartolomé de Acopalca. En ella se encuentra la pequeña iglesia y  graciosas estatuas de danzantes. Este poblado ubicado sobre los 3,200 msnm  tiene una piscigranja comunal de truchas en donde se pueden degustar muy ricos platos.
 



Si ascendemos un poco más llegamos al distrito de Cajay, un pequeño lugar asentado a un lado del camino y en donde destaca la plaza y un moderno local municipal, espectacularmente construidos al borde del abismo.
 



Seguimos subiendo y llegamos a la Laguna Reparin, un bello lugar donde encontramos muchos patos silvestres y otras aves de paso que llegan a este lugar en busca de alimento.
 



Después de pasar una hidroeléctrica y cruzando un pequeño puente madera debemos caminar cerca de 20 minutos aproximadamente para llegar a la Catarata Maria Jiray, una bella catarata que tiene una caída libre de 200 metros aproximadamente, es tan alta que levantando la vista no se logra apreciar la caída inicial.

 


También se puede visitar la Laguna Purhuay y dar un paseo por ella en los botes que alquilan los habitantes de una comunidad cercana. El lugar está localizado solo a 3,580 msnm, no es alto y realmente considero que no hay excusa para no ir.
 



Que mejor que almorzar una fresca y  rica trucha a la parrilla recién sacadita del agua.
 



Caminamos por la quebrada de Jacabamba por el lugar conocido como el Potrero del Parque Nacional Huascarán. Un cartel de madera nos recuerda que estamos en los límites del parque.




Esto es solo una breve descripción de algunos de los lugares que se puede conocer desde Huari, el detalle de cada uno de ellos será motivo de un relato más adelante.

 
Definitivamente los gatos son muy apreciados y requeridos en este lugar y parece que ellos los saben. Un minino nos mira asustado desde la parte alta de un tejado del hotel, tal vez preguntándose si habremos ido allí para comerlo.


 


Como diría el chavo del ocho: “Otro gato”.



Para el regreso utilicé los colectivos que me permitieron disfrutar de la ruta y en donde tuvimos la oportunidad de hacer paradas en los lugares más resaltantes del camino. Para ello contamos con la complicidad de una pareja de pasajeros que siempre pasaba por estos lugares y no tenía ni una foto de recuerdo y también por la predisposición del mismo chofer que de buena gana hacia las paradas y nos explicaba historias de cada lugar. Parecía que el chofer disfrutaba viendo como nos asombrábamos en cada parada y como apuradamente tratábamos de encontrar la mejor vista para tomar las fotos del recuerdo
 



La primera parada que hicimos fue en la parte alta de la ruta muy cerca de la entrada al túnel karhuish. Desde aquí se observaba la serpenteante carretera que habíamos dejado atrás, no es demás señalar que la carretera solo es afirmada.  Sobre una roca al lado derecho han construido la estatua de Cristo conocida con el nombre de Cristo Blanco. Los choferes se santiguan al pasar frente al Cristo para que los proteja durante el viaje y muchos pasajeros imploran su bendición. El día estaba nublado y por momentos había una ligera llovizna.




Luego llegamos a la parte más alta de la ruta Huaraz-Huari, el túnel Karhuish. Un panel verde nos recuerda que estamos a una altitud de 4,516 msnm. El túnel tiene una extensión de medio kilómetro y se inauguró en 1,942, permitiendo unir el Callejón de Huaylas con el Callejón de  Conchucos.  Al inicio era una sola vía con el pasar de los años se amplió a dos vías. En la entrada del túnel han escrito un mensaje que da la bienvenida a Chavín  y donde también se señala el deseo de ser en un futuro cercano una provincia más del departamento de Ancash.




En otra parte del camino la ondonada en un cerro ha tomado caprichosamente la silueta del mapa del Perú. Para ver claramente el mapa hay que buscar el punto exacto de ubicación pero nosotros no teníamos mucho tiempo así que decidimos tomarnos la foto desde otro punto, pero algo se ve.




Otra parte bonita del camino es la Laguna de Queroccocha localizada a 4,069 msnm. Desde aquí se pueden apreciar parte de los nevados Pucaraju y Yanamarey. A estas alturas crece poca vegetación, solo crece el ichu llenando gran parte del camino. Es un lugar de parada obligada de todos los  carros de los operadores turísticos que hacen los tours  a las ruínas de Chavín de Huántar y al nevado Pastoruri.



Finalmente pasamos por Ticapampa en donde se observa los restos de los relaves mineros. Señal triste de las consecuencias que puede dejar la explotación de una minería sin control, de una minería sin cuidado del medio ambiente. Hoy en estos lugares no puede crecer ninguna planta, ni siquiera el ichu, aquella plantita fuerte que emerge de forma natural en cualquier parte de los andes peruanos.




Huari no es grande pero es un distrito donde se encuentra algunos hospedajes y restaurantes donde comer. La movilidad interna básicamente se hace caminando, en la plaza principal se puede conseguir autos que permiten hacer los principales circuitos turísticos, solo es cuestión de preguntar y negociar un precio de acuerdo a las posibilidades. Para los amante del trekking  existen más de diez circuitos ecológicos y turísticos de uno o varios días de caminata que el municipio de Huari ha trazado a lo largo de todo su territorio, permitiendo disfrutar de la belleza de los recursos naturales, el ascenso a nevados, la práctica de la escalada en roca y otros deportes de aventura.

 


En la plaza principal se encuentra una placa de bronce que dice: “El que llega a Huari se queda o se va llorando”. Seguramente pusieron esta placa porque los huarinos muchas veces fueron testigos de estos hechos.  En mi caso no me quedé ni tampoco me fui llorando, pero si me fui con una tristeza por alejarme de este bello lugar, pero también es cierto que me fui con un montón de recuerdos parte de los cuales comparto en esta narración.


 


Este viaje lo realice en noviembre del 2,011 por lo tanto cualquier dato puede haber cambiado  a la fecha