lunes, 29 de septiembre de 2014

HUANCHACO: CABALLITOS DE TOTORA


El departamento de La Libertad se encuentra relativamente cerca de Lima y llegar a su capital Trujillo por vía terrestre nos lleva aproximadamente 10 horas, motivo por el cual la he visitado en varias oportunidades. Si usamos la vía aérea el viaje dura aproximadamente  50 minutos. En Trujillo encontramos muchos lugares para hacer turismo:  huacas, lagunas, museos y playas entre otros atractivos.

Una de sus playas emblemáticas se encuentra en el balneario del distrito de Huanchaco. Para llegar se puede abordar los carros de transporte público que por S/. 1.50 nos llevan hasta la misma playa o de lo contrario contratar el servicio de un taxi que no cobrará en promedio S/.10.00.

Después de salir del perímetro de la ciudad de Trujillo pasamos por el distrito de Mansiche y de aquí la carretera se muestra más despejada, las casas continuas quedaron atrás. Luego pasamos por el cruce que conduce a la ruinas de Chan Chan.


El carro avanza unos 13 km hasta que llegamos finalmente a la playa de Huanchaco en donde a primera vista destacan dos elementos:  El muelle y los caballitos de totora.
Con respecto al origen del nombre leyendo en internet encontré hasta tres versiones: Una dice que deriva de Huaycocha o Waucocha cuyo significado habría sido "laguna de peces", ello debido a la forma de semicirculo que tiene la playa. La segunda versión dice que los antiguos pescadores de este lugar, antes de ingresar al mar a pescar, se pintaban el pecho de rojo imitando el color de una ave llamada huanchaco, motivo por el cual fueron conocidos como "huanchaqueros".


La tercera versión dice que para el cultivo de la totora existen desde la época Moche tierras que aprovechan las aguas del subsuelo conocidas con el nombre de huachaques que en el idioma muchic significa “chacra o terreno hundido”, es posible que con el tiempo esta palabra derivó en Huanchaco.
 

El balneario de Huanchaco forma parte del distrito del mismo nombre. Sus origenes se remontan a épocas muy antiguas que se pierden en el pasado. Existen evidencias de su existencia durante el desarrollo de las culturas Cupisnique y Pakatnamu, mucho antes de que se formara la cultura Mochica. En la época Mochica ( 200 a.C.- 1000 d.C.)  fue una caleta muy importante, punto de salida hacia otros pueblos por medio del uso del caballito de totota y a donde llegaba el pescado que después era distribuido en todo el reino moche. Durante el desarrollo de la cultura Chimú ( 800 d.C.- 1,400 d.C. ) tuvo más importancia debido a que Chan Chan capital del imperio Chimú se encontraba a solo 4 km de distancia. En la época Inca son dominados y trasladados como mitimaes a la sierra del Perú.

El Distrito de Huanchaco se creó politícamente el 12 de febrero de 1,821 mediante Reglamento Provisional dictado por José de San Martín.

Hoy en dia Huanchaco es un lugar muy visitado por los turistas y de visita obligada para todo el que llega a Trujillo.  A lo largo del balneario se ubican hoteles con vista al mar y restaurantes donde se puede degustar la rica comida norteña teniendo como ingredientes principales el pescado y los mariscos. Nada mejor que comer un ceviche, un sudado o una parihuela frente al mar, sintiendo la frescura de la brisa marina, el olor caracteristico del mar y escuchando su sonido misterioso e inconfundible. Las noches de los fines de semana los pubs y discotecas del malecón se convierten en punto de reunión y diversión de turistas extranjeros y nacionales.

 

El muelle de huanchaco se inicia en la orilla de la playa y se interna en el mar 108 metros. Fue construido en el año 1,891 con fierros y madera por el hacendado trujillano Víctor Larco Herrera con la finalidad de embarcar el azúcar que producía en sus haciendas el cual llegaba hasta el muelle por vía férrea.



Para entrar y pasear por el muelle se tiene que pagar un precio simbólico de S/. 0.50 cuyos fondos sirven para la limpieza y mantenimiento básico del mismo.
 
Caminar por sus tablones es una experiencia única, solo o acompañado siempre será grato. Los tablones que forman el piso  se encuentran en buen estado, no hay huecos y a los costados todo el muelle tiene unas protecciones de madera, que da seguridad al visitante.
 
Pero no todo es color de rosa, si somos observadores podemos observar que la corrosión está carcomiendo las bases del muelle, por lo tanto requiere atención por especialistas para el reemplazo de algunas columnas.
Al final del muelle se ubica una glorieta desde el cual se avista el horizonte y en horas de la tarde cuando se oculta el sol se puede apreciar unos atardeceres espectaculares. Este final del muelle es muy concurrido por las parejas de enamorados que mirando el horizonte cual futuro lejano pareciera que se juran amor eterno mientras el astro rey se despide mostrándonos sus últimos rayos antes de ocultarse en el horizonte.
 
Algo muy característico es ver los caballitos de totora parados sobre la arena muy cerca del malecón esperando que alguien se anime a surcarlo por el mar. Tres veces estuve a punto de subir a uno de estos ancestrales caballitos de totora pero cierto temor y el miedo de no saber nadar me hicieron desistir. Muchos turistas se embarcan junto con el pescador que es quien guía la embarcación y por S/. 5.00 hacen la travesía desde la orilla hasta la glorieta que se ubica al final del muelle artesanal.
 
La existencia y el uso de los caballitos de totora se remontan a la época Mochica y Chimú, muchas cerámicas y huacos sustentan esta teoría que lo podemos apreciar en los museos de arte precolombino del Perú, los cuales son testimonio de que en esa época ya se usaban los caballitos de totora. Hoy en día en el mundo se considera que los pescadores huanchaqueños fueron los primeros que surcaron las olas del mar y son precursores del surfismo que hoy se corre en tabla.


En el año 2,012 fue designada como una “Reserva Mundial del Surf” por la organización Save The Waves Coalition, es la primera en Latinoamérica y quinta en el mundo. Las “Reservas Mundiales de Surf” es un programa que desde el 2,009  busca proteger los hábitats mundiales de surf. El programa busca  el reconocimiento y apoyo internacional para la protección de las olas y costas de todo el mundo, zonas de surf y ambientes circundantes mediante la creación de una red global de reservas de surf. También reconoce los beneficios ambientales, sociales, culturales y económicos de las olas.
Muy cerca de la playa se ubican los pantanos de Huanchaco, una reserva ecológica en donde crece abundantemente la totora y de donde por milenios se ha extraído el vegetal que sirve para la confección de estas embarcaciones conocidas por años como los caballitos de totora.
La gente se coloca en el espacio de atrás y el pescador monta arrodillado el caballito y se interna con el movimiento de las olas mar adentro. Un pedazo de listón hecho de la misma totora le sirve de remo y timón para dar estabilidad y equilibrio al caballito. Los pescadores artesanales que brindan estos paseos son los mismos que muy temprano con las primeras luces del día, se internan con sus caballitos y redes en el mar para llevar el sustento diario a sus hogares.


Cuando uno voltea y mira hacía la costa puede ver las construcciones de material noble muy cerca del mar. El balneario va creciendo en forma vertiginosa, cada vez que lo visito lo encuentro más poblado. El malecón se encuentra lleno de autos, mototaxis y vendedores ambulantes, muchos de ellos de rasgos extranjeros que se dedican a la venta de artesanía, bisuteria y amuletos. No sé hasta  qué punto este crecimiento desordenado sea beneficioso para el turismo.


En el malecón encontramos muchas figuras y expresiones artísticas relacionadas con el mar.

Sobre lo alto de la única colina resalta la construcción del templo de la Virgen del Perpetuo Socorro que según se dice fue construido sobre una huaca de la cultura Chimú. Dos veces subí hasta este templo y siempre estuvieron sus puertas cerradas motivo por el cual no la pude ver por dentro. Comentan que en su interior se encuentra la imagen de la Virgen de la Candelaria del Socorro, que fue obsequiada por el rey Carlos V. La escultura llegó desde Sevilla a Huanchaco el 2 de febrero de 1,537, por lo tanto se considera como la primera y más antigua imagen de América latina.Un detalle curioso de esta imagen es que el modelo para el rostro de la virgen fue el rostro de Juana la Loca, madre del rey Carlos V.  
 

 

Para llegar hasta la iglesia se tiene que hacer una caminata de subida que nos puede llevar una media hora a paso normal. Lo bueno es que el camino está señalizado y cuenta con rampas y escaleras que hacen del camino una subida placentera, además de disfrutar de plantas y flores que se han sembrado a lo largo de todo el recorrido.



Otra de las cosas que se puede hacer en Huanchaco es disfrutar de un paseo montado en caballo  recorriendo  sus arenas muy cerca de la orilla. Para ello se alquilan caballos que permiten realizar este paseo el cual se desarrolla por el otro lado del muelle, lugar donde hay menos bañistas. Las tarifas oscilan entre S/.5.00  y  S/.20.00  dependiendo de la distancia  a recorrer.



Para mi lo más bonito de estar frente al mar es esperar los atardeceres para ver el ocaso del sol y en Huanchaco hay unas vistas muy bonitas.
 
Cuando va terminando el día las siluetas de los caballitos de totora generan una sensación muy particular y única que solo se ve en Huanchaco.
 

El sol se esconde en el horizonte y sus últimos rayos de luz quieren seguir alumbrando el cielo que se va tornando de color negro.



Finalmente las playas de Huanchaco se muestran oscuras y no me queda otra opción que retirarme, comprobando lo que dice una canción de Héctor Lavoe:  Todo tiene su final nada dura para siempre, tenemos que recordar que no existe eternidad.  Así como llega el final del día, así también llega a su final este relato.

 

Las notas que escribí corresponden a viajes realizados en  marzo 2,009 y junio 2,013  por lo tanto cualquier dato podría haber cambiado a la fecha.












jueves, 25 de septiembre de 2014

ZEPITA: BENEMERITA CIUDAD


Desde la plaza principal de Pomata  comencé a caminar por una calle en bajada aproximadamente ocho cuadras hasta llegar a la carretera donde abordaría los carros que me llevarían a mi siguiente destino: el distrito de Zepita.

La bajada fue larga y pesada, me dejó un poco cansado, de tal manera que me senté al borde de la carretera mientras esperaba el paso de algún carro que me pudiera llevar a Zepita.  Muchas veces las bajadas y no las subidas  son las que más cansan y más daño hace,  sobretodo a las rodillas.

No hay carros que lleven directamente hasta Zepita, lo que hay que hacer es abordar los carros que van hasta el distrito de Desaguadero en la frontera con Bolivia  y bajarse a la altura de Zepita.

Después de esperar media hora apareció un carro tipo microbús con destino a Desaguadero. El carro estaba lleno de gente que hablaba un idioma raro que no era quechua. Si bien es cierto no se hablar quechua pero tantos viajes que he realizado por la sierra me ha permitido reconocer el sonido de algunos de sus vocablos.  Pregunté a la señora cobradora que también hablaba el idioma y me dijo que lo que hablaban era aymara.

Zepita es uno de los siete distritos que conforman la provincia de Chucuito, su capital es la ciudad del mismo nombre, ubicada en medio de la meseta altiplánica a 140 km de la ciudad de Puno,  sobre los 3,831 msnm.  El color del cielo del altiplano es muy hermoso, un cielo limpio de un color azul intenso.

Desde aquí se observa un espectacular paisaje natural conformado por la meseta del altiplano, parte del lago Titicaca y a lo lejos en el horizonte la cadena montañosa con sus picos cubiertos de hielo de los andes bolivianos.

 

Zepita es uno de los pueblos antiguos legendarios del altiplano peruano, situado al oeste del lago Winaymarca llamado también lago Menor.  El gran lago Titicaca se encuentra dividido en dos cuerpos de agua, denominados lago Mayor o Chucuito situado al norte con una superficie de 6,450 km2 y una profundidad máxima de 283 m  y el lago Menor o Winaymarca situado al sur con una superficie de 2,112 km2  y una profundidad máxima de 45 metros.               

En sus orígenes  esta zona estaba dominada por la etnia de los Cipitas, posteriormente fueron dominados por el imperio aimara de Tiahuanaco. A la decadencia de los tiahuanacos, se asentaron en Chucuito los Lupakas que dominaron toda esta zona. Cuando los Incas conquistaron el altiplano, las regiones aymaras de Zepita se integraron al imperio incaico. Los Incas teniendo en cuenta el abolengo de los antiguos Cipitas, mandaron construir caminos y un tambo real, permitiéndoles conservar algunas de sus costumbres y tradiciones.

En 1,543 los misioneros dominicos llegaron para evangelizar a los pueblos aymaras  y se asentaron en este lugar. El 27 de Agosto de 1,549 soldados españoles enviados por los conquistadores al mando del corregidor capitán Alonso de Mendoza fundaron la ciudad de Zepita. Pero  por una costumbre que no se sabe su origen el aniversario de creación política del distrito se celebra el día 2 de Mayo

Después de media hora de viaje estaba bajando del carro en el borde de la carretera a la altura de la entrada a Zepita. Caminaba por la calles con dirección a la plaza principal y pude observar calles limpias y señalizadas, bien pavimentadas, con veredas y algunas casas muy bien cuidadas. Me llevaba la impresión de un distrito ordenado.



La plaza principal es grande, mi apreciación personal es que se cubrió mucho espacio con cemento y se ha dejado poco espacio para las plantas y árboles que siempre dan belleza a estos lugares. Es una plaza de concepción moderna donde  las tradicionales bancas de fierro fundido y madera donde se sientan cómodamente tres personas han sido reemplazadas por largas y frías bancas de cemento donde se pueden sentar fácilmente unas diez personas



En la esquina  de unas de las calles que forman el perímetro de  la plaza destaca la construcción del moderno local municipal que con sus casi cuatro pisos sobresale por encima de otras construcciones menores. En el piso  de la plaza principal se encuentra una extensa descripción que dice: Benemérita Zepita.



En el centro de la plaza se ubica el monumento al coronel Francisco Bolognesi. La posición de la figura del héroe es similar a la de Lima, brazo izquierdo en alto sosteniendo la bandera del Perú y brazo derecho hacía abajo empuñando en su mano un arma.



En una de las calles del perímetro de la plaza principal no hay viviendas, en lugar de ellas se ha construido un estrado con tribunas de material noble a los costados. Pregunté a un policía que se encontraba cerca del lugar sobre esta construcción y me indicó que en esta calle se realizan los desfiles cívicos y las tribunas permiten que los pobladores se ubiquen cómodamente para apreciar el espectáculo. Ya no están armando y desarmando estrados en los desfiles.

Subí hasta la cima de estas tribunas y estando allí me pareció que también es un lugar que puede ser un excelente mirador. Desde allí mirando hacia el horizonte se ve parte del lago Titicaca y más  allá  los andes bolivianos.



Cuando bajé de la tribuna encontré  un grupo de niños recorriendo las calles con pancartas en mano gritando mensajes en  defensa de los recursos naturales, buscaban llamar la atención de la población para cuidar el medio ambiente y evitar la contaminación del lago Titicaca. Es importante hacer estas campañas con los niños para que tomen conciencia de la importancia de cuidar el medio ambiente para ellos mismos y las futuras generaciones.



Acompañé a estos niños hasta su escuela y siguiendo la ruta llegue a una iglesia que se encuentra en muy mal estado de conservación.



Fui hasta ella porque la vi al pasar con el carro antes de llegar al paradero de Zepita. El lugar estaba desolado, no había nadie, no sabía cómo se llamaba la iglesia, no la tenía en mi relación de lugares para conocer. Mientras miraba la construcción y tomaba fotos aparecieron tres personas que eran músicos a juzgar por los instrumentos que llevaban. Me acerqué y les pregunté por el nombre y me dijeron que la era la Iglesia San Sebastián. Hace 30 años las fuertes lluvias destrozaron su única torre.



Luego regresé de nuevo a la plaza principal y fui al otro extremo de la ciudad para conocer el templo de San Pedro y San Pablo. El motivo principal de llegar a Zepita era precisamente conocer de cerca este templo pero lamentablemente para mis intenciones personales se encontraba cercado y no se podía entrar.  En el año 2011, se cayó la cúpula, el muro de la torre mayor del lado izquierdo y la parte central del techo posterior lo que originó que se cerrara todo acceso a ella.



El templo se encuentra alejado de la ciudad a cinco cuadras de la plaza principal y frente a ella se ubica un parque el cual luce solitario y abandonado por el mismo motivo de la ubicación del templo. No es como en otros lugares en donde el templo del pueblo es la referencia más importante y en torno a ella se diseña la plaza principal y todo el pueblo.



En las afueras del templo dos señoras limpiaban el parque, me acerqué a ellas  y les dije que quería tomar unas fotos aunque sea de los exteriores del templo. Una de ellas me dijo que le dejara unas monedas para las gaseosas. Puse en sus manos unas monedas y levantó un poco la base de la malla plástica que protegía el templo,  me arrojé al suelo y rampando como un soldado en guerra pasé al otro lado.

Una vez allí a pesar del estado en que se encuentra pude apreciar de cerca la belleza de la construcción. Se trata de un templo colonial edificado entre  los años 1,545 a 1,560. Fue construida toda en piedra y es considerada una de las obras de arquitectura más notables del departamento de Puno, orgullo de los zepiteños  que fue declarado Monumento Histórico Nacional mediante D.S. 29000.72.Ed.



La portada principal es de estilo barroco, el labrado  que se hizo  en la piedra caliza rosada  es un trabajo admirable.  En la parte central se ubican las imágenes de San Pedro y San Pablo.  Lamentablemente se observa  grietas en sus paredes, que las lluvias y la dejadez de las autoridades puede destruir para siempre esta reliquia del pasado.



También están rajadas las puertas y ventanas de la capilla, en la sacristía las tejas del techo fueron retiradas y por allí entra el agua de las lluvias destruyendo lo poco que queda en su interior. A través de un hueco en la puerta pude ver el interior y realmente no hay nada, lo poco que existe se encuentra  en muy mal estado. Me da la impresión de que solo lo han cercado y abandonado, no hay señales de trabajo de restauración alguno.



Al igual que casi todos los templos antiguos de Puno  también fue víctima de robos sacrílegos de cuadros, pinturas y objetos de arte, de oro y plata.

Otros atractivos naturales de Zepita son los restos arqueológicos de Tanka Tanka ubicado a 28 km del centro  de la ciudad; el bosque de piedras de Aguallani a un 1 Km de la ciudad por la parte posterior  del templo de San Pedro y San Pablo; el cerro Khapia  a 18 km de la ciudad considerada la cima más alta del altiplano con sus 4,960 msnm   y la misteriosa laguna Warawarami con sus mitos y leyendas.

El 25 de agosto de 1,832 las tropas patriotas al mando del general Andrés de Santa Cruz vencen a las tropas realistas comandadas por Jerónimo Valdez, deteniendo el avance de los realistas sobre el altiplano. Actualmente las pampas donde se libró esta batalla se encuentra a 5 km del distrito en lo que hoy es el poblado de Chua Chua . Este acontecimiento histórico motivó que el escudo de Zepita lleve la siguiente descripción: “Benemérito y Heroico Pueblo de Zepita”. 

Con mi mochila al hombro y  pena por no haber podido conocer el interior de la iglesia de San Pedro y San Pablo me fui alejando de la ciudad rumbo a la carretera para abordar el carro que me llevaria a un siguiente destino.

Este viaje lo realicé en junio del 2,012 cualquier dato podría haber cambiado a la fecha.