sábado, 25 de febrero de 2017

SAN PABLO : KUNTUR WASI


Es increíble ver como el tiempo pasa tan rápido, pero los recuerdos perduran a través del tiempo mientras la memoria sea lúcida. Hoy recurro a mi memoria para compartir un viaje que hice muchos años atrás en busca de nuevos lugares que me permitieran conocer nuevos  pueblos del  Perú y cuando no pensaba que un día podría compartir mis recuerdos con la gente escribiendo en un blog.

Estaba en Cajamarca y me levanté muy temprano, a las 5.am ya me encontraba en el paradero  desde donde salían las combis con destino al distrito de San Pablo. Una vez que se completó el número de pasajeros la combi partió con rumbo a su destino final. En la oscuridad de la madrugada y con la vía libre avanzábamos rápidamente.


Poco a poco transcurrían los minutos y el camino se iba aclarando pese a las densas nubes que cubrían el cielo cajamarquino. Por unos instantes se desató una persistente llovizna que pasó desapercibida para los pasajeros acostumbrados a estas cosas naturales pero que para mí no fue tanto así.  Iba sentado en el asiento de adelante junto al chofer y, veía como las gotas de agua caían sobre el parabrisas del carro empañando la visión, una situación que solo se puede vivir cuando se viaja a los pueblos de la sierra.


La ruta cuenta en su mayor parte con una carretera nueva en muy buenas condiciones. Existía una parte del camino que solo estaba afirmado, pero se observaba maquinaria pesada señal de que estaban trabajando. Han pasado tantos años de aquel viaje que seguramente ahora toda la carretera está terminada.
 

En una parte del camino se hizo un alto y yo aproveché para perennizar el momento en una fotografía. El cielo todavía no aclaraba completamente pero desde aquí se veían las cumbres de las montañas.

Como la mayoría de los caminos serranos gran parte del paisaje está lleno de verdor. Un paisaje tan diferente a lo que veo a diario en la capital, un paisaje sin casas, sin edificios, sin carros, sin gente, un paisaje que disfruto mucho en mis viajes.

En el camino pasamos por la “Cooperativa Agraria de Trabajadores Atahualpa Jerusalén” que cuenta con 11,000 hectáreas de tierras en donde se ha hecho una reforestación con el sembrado de pinos. Sin duda una acción a imitar en otros lugares del país.

Después de casi dos y media horas de viaje estaba  llegando a San pablo. Un arco nos da la bienvenido al distrito de San Pablo. Este arco es conocido como el “Arco del Triunfo” en recuerdo a la batalla que se libró en esta ciudad y de la cual comentaré más adelante.
 

San Pablo es uno de los cuatro distritos que conforman la provincia de San Pablo en el departamento de Cajamarca. Sus orígenes se remontan a épocas antiguas, pero como distrito fue creado por Ley el 21 de abril de 1,950 durante el gobierno del Presidente Manuel A. Odría. Se localiza sobre los 2,365 msnm.
Caminando llegué hasta la plaza principal del distrito la cual es pequeña pero bien cuidada. Destaca es su perímetro la Iglesia de San Juan Bautista San Pablo cuya construcción original data del siglo XIX. El templo que ahora vemos fue restaurado en 1,995 siguiendo su modelo antiguo. La iglesia termina en tres pequeñas torres que sirven de campanario, al comenzar la torre central tiene un gran reloj y en ella se venera a San Juan Bautista uno de los santos patronos de la ciudad.

Todo el piso de la plaza se encuentra enlosetado delimitado con pequeños jardines interiores. En la parte central destaca una pequeña pero muy antigua pileta de piedra que al verla nos recuerda los muchos años de vivencia de este pueblo. Las casas son de adobes con techos de tejas a dos aguas y pequeños balcones de madera. 

 
Me senté a descansar en una de las bancas que existen dentro de la plaza donde seguramente muchos san pablinos y san pablinas se han sentado a descansar, a conversar o simplemente para dejar que las horas pasen disfrutando del entorno, acciones que difícilmente se puede hacer en las grandes ciudades dominadas por el tiempo, el apuro y el estres. Al fondo se observa una construcción conocida como la Ermita de San Juan o la Capilla de San Juan.

Cuando viajaba solo  y llegaba a pueblos alejados de las ciudades era difícil tomarse una foto, muchas veces no encontraba una persona para pedirle el favor de tomarme una fotografía  y en muchos casos las personas no aceptaban porque decían no saber usar la cámara fotográfica.  Este viaje fue uno de esos, pero tuve suerte al conseguir una persona que me tomara una foto en la entrada al Complejo Arqueológico Kuntur Wasi y de allí no vi a nadie más.

Avanzaba por un sendero lindo, lleno de árboles y flores. Caminaba emocionado como un niño que espera abrir un regalo, preguntándome en cada curva si esa sería la última, miraba a la derecha e izquierda, quería ver el objetivo que me había hecho llegar hasta este lugar.
 

Seguía subiendo por el sendero y después de aproximadamente 15 minutos de caminata vi por entre los árboles la explanada de la parte central del complejo.  Allí estaba mi objetivo que me había hecho madrugar y aventurarme en este viaje a un lugar desconocido para mí: Complejo Arqueológico Kuntur Wasi.

El complejo se halla en la cima del cerro La Copa sobre los 2,300 msnm.  Los estudios señalan que data de 1,100 años AC. y durante su desarrollo se encuentran varias etapas que van desde influencias pre-chavin hasta cupisinique.
La palabra Kuntur Wasi deriba de dos vocablos quechuas, “kuntur” que significa “cóndor” y “wasi” que significa “casa”. Uniendo ambos vocablos sería algo así como “la casa del cóndor”.

En el complejo arqueológico  se puede ver paredes y escaleras de piedra. Durante las excavaciones se hallaron nueve tumbas funerarias, siete de ellas pertenecían a la fase Kuntur Wasi y dos a la fase Copa.

En una de las tumbas de la fase Kuntur Wasi se encontraba un personaje notable e importante, ello se deduce  por lo que se pudo encontrar en la tumba, una corona de oro conocida como la corona de las 14 cabezas,  llamada así por dos filas de 7 caras colgantes en cada una. 



Una segunda tumba contenía a un personaje con una corona de oro con cinco caras de felinos, dos colgantes y una nariguera de oro con motivos felinos. En otra tumba se encontraron restos de un personaje con orejuelas de oro. También se encontró  un personaje con una corona de oro y pectorales repujados de jaguar. En la última tumba se encontró los restos de una anciana mujer con 21 láminas de oro y plata en forma de aves junto a más de 6,000 piedras de sodalita y grisasola, además de conchas de spondylus.
En las tumbas de la fase Copa se encontraron collares y pinzas de oro. Aquí se aprecia piezas de oro soldadas, técnica de soldado que no se aplicó en la fase Kuntur Wasi. Todas estas muestras se exhiben en el museo de sitio.

En total son cerca de 200 piezas de oro finamente trabajadas que respaldan lo que dice un panel colocado cerca del lugar en el sentido de que se trataría de las muestras de la orfebrería más antigua de las Américas.
También se observa canales de regadíos posiblemente para hacer ofrendas, porque los estudios señalan a este lugar como un centro ceremonial donde se realizaban rituales, sacrificios y ofrendas.

Aquí localizamos un monolito de piedra con rasgos de felino similares a los monolitos de la cultura Chavín. Este monolito es prácticamente el símbolo emblemático de Kuntur Wasi, lo encontramos en muchos afiches que hacen referencia e invitan a conocer el lugar. 


El monolito es el más grande de este lugar y el mejor conservado. Fue descubierto en 1,946 y se observa que tienen dos rostros gravados. Destaca el de la parte frontal que pertenece a un personaje de pie con rasgos de felino y dos tipos de ojo: uno redondo rodeado de una serpiente y el otro rectangular.

Más allá encontramos otros monolitos de piedras con gravados más rústicos en comparación con los gravados del monolito anterior.

Un panel en la entrada señala las excavaciones de Kuntur Wasi y en ella dice: “Desde 1,988 hasta 2,002 se han realizado 12 temporadas de excavaciones, las que han permitido revelar la historia del centro ceremonial de Kuntur Wasi  desde su inicio hasta su abandono. Se han hallado evidencias de hasta cinco fases o épocas las que se han denominado: Idolo, Kuntur Wasi, Copa, Sotera y Cajamarca.  Las labores desarrolladas fueron producto de un esfuerzo conjunto de arqueólogos y trabajadores del pueblo, quienes llevaron a cabo un registro y documentación minuciosos que permitieron descifrar la complicada superposición de fases arquitectónicas y recuperar importantes hallazgos como las ocho tumbas que contenían objetos de oro. Estas serían una muestra de la orfebrería más antigua de las Américas. “

La fase Idolo abarca de 1,100 -800 AC, la fase Kuntur Wasi cubre los años 800-500 AC, la fase Copa comprende del 500-250 AC y la última etapa 250-50 AC. En cada una de las etapas el centro ceremonial se fue modificando hasta su abandono.
En la parte baja existe un museo de sitio en donde se exhibe muestras de lo encontrado en las excavaciones como cerámicas, piezas de oro, piedras, huesos y piezas líticas muy bien labradas. También planos del lugar y fotos de los procesos de excavaciones y de los momentos importantes de los descubrimientos. Visitar este museo es imperdible, es más importante y admirable que visitar el mismo recinto por las maravillas que se puede apreciar. Recomiendo no dejar de visitar el museo.
 


 
En el perímetro de la plaza principal de la ciudad de Cajamarca se puede encontrar agencias de turismo que ofrecen sus servicios para conocer este lugar, pero como es mi costumbre yo lo hice por mi propia cuenta, utilizando el transporte público. Es importante leer antes sobre el lugar que vamos a visitar para entender y comprender con mayor facilidad  lo que vemos o lo que dice el guía.
El 5 de diciembre del 2,012 en banco Central de Reserva del Perú pone en circulación una moneda de la colección numismática “Riqueza y Orgullo del Perú”.  En esta oportunidad esta moneda representaba al departamento de Cajamarca y en ella se observa parte del centro ceremonial Kuntur Wasi destacándose la figura del monolito descubierto el 1.946. En la parte superior de la moneda se hace mención a la fase KUNTUR WASI S. XI – III a.C.
 

La guerra con Chile fue dura y sangrienta, muchos humildes peruanos ofrendaron su vida por la patria. A lo largo de todo el Perú, en pueblos de la costa, sierra y selva encontramos vestigios y recuerdos de aquellos héroes anónimos que no dudaron en enfrentarse al opresor, aun sabiendo que estaban en desventaja y que iban a una muerte segura.
El 13 de Julio de 1,882 en este lugar se desarrolló una batalla, en donde un grupo de peruanos ataca la  guarnición chilena apostada en esta ciudad haciendo replegar a las tropas chilenas a la costa.  Ante esta situación los altos mandos militares chilenos envían nuevas tropas a San Pablo en busca de los soldados peruanos. Cuando los chilenos  llegan a San Pablo los defensores peruanos ya se habían retirado a las alturas de las cordilleras. En represalia las tropas chilenas atacan el pueblo destruyendo e incendiando las casas y cometiendo abusos contra la población. Emoción de estar en el mismo lugar donde se desarrolló la batalla.



 
En la guerra con Chile  muchos jóvenes tomaron las armas y perdieron la vida. En el campo donde se desarrolló la batalla se ha construido un obelisco en memoria  de tres estudiantes del Colegio San Ramón que perdieron la vida.  Ellos fueron José Manuel Quiroz, Gregorio Pita y Enrique Villanueva.


En mis viajes me gusta entrar a los mercados, ello me permite ver y descubrir nuevos productos, algunas costumbres y características de los pobladores como por ejemplo su rasgos y vestimenta.  También me permite ver como es la forma de vender, por ejemplo en muchos pueblos no se vende de acuerdo a un peso, no hay balanzas,  lo que hacen es formar rumas o montoncitos colocando los productos unos encima de otros y de acuerdo al tipo de producto y al tamaño del montoncito tiene un precio.
En el mercado de San Pablo vi esta curiosa forma de colocar los panes dentro de una canasta de venta de panes, de acuerdo a la venta los panes son retirados de las columnas en forma ordenada de tal manera que en ningún momento se aprecia un desorden.

Este viaje lo hice en junio del 2,010, han pasado más de seis años  y a la fecha muchos datos pueden haber cambiado.