viernes, 31 de marzo de 2017

CARAZ: DULZURA


El Callejón de Huaylas es uno de los destinos turísticos más importantes del Perú. Es un estrecho y alargado valle por donde discurre el caudaloso río Santa separando a la Cordillera de los Andes en dos flancos bien definidos:  Una cuyas cumbres están llenas de picos nevados recibiendo el nombre de Cordillera Blanca y la otra carente de cualquier nevado motivo por el cual se le conoce como la Cordillera Negra. Cuando se va desde Lima la cordillera blanca se encuentra al lado derecho y la cordillera negra al lado izquierdo.

A lo largo del Callejón de Huaylas existen muchas ciudades y pueblos pintorescos que he tenido la oportunidad de conocerlos. En esta oportunidad escribiré sobre Caraz el último de los pueblos del Callejón de Huaylas.

 

Cuenta la historia que cuando el italiano Antonio Raimondi recorrió el Callejón de Huaylas a cada uno de los pueblos los catalogó con un nombre, a esta ciudad la llamó: “Caraz dulzura” por su buen clima, por el trato de la gente y por el sabor de los ricos dulces que ya se fabricaban. En la cumbre de un cerro que rodea la ciudad se puede ver claramente el nombre.
 

A 67 kilómetros de la ciudad de Huaraz capital del departamento de Ancash se ubica el distrito de Caraz capital de la provincia de Huaylas.  Se localiza sobre los 2,256 msnm a orillas del rio Santa entre las Cordilleras Blanca y Negra, por su altitud es la ciudad con el mejor clima del callejón, con un cielo siempre azul de día y de noche un cielo oscuro en donde resalta el brillo gran cantidad de estrellas.

Sus orígenes se remontan a épocas antiquísimas pero como casi todos los lugares del Perú fueron dominados en 1,460 por los ejércitos del Inca Huayna Cápac. En la época republicana fue creada por el Libertador Simón Bolívar y declarada capital de la provincia de Huaylas el 25 de julio de 1,857 por el presidente Mariscal Ramón Castilla.

En Huaraz abordé una combi cuyo destino final era la ciudad de Caraz.  Después de recorrer por una buena carretera los 67 km en aproximadamente dos horas llegue al terminal terrestre de las combis en Caraz. En el camino pasamos por varios centros poblados y ciudades como  Monterrey, Anta y Jangas para llegar a Carhuaz. Sigue el viaje pasando por Marcara hasta Yuangay, de allí se pasa Mancos, Tingua y Ranrahirca hasta llegar finalmente a Caraz.

El terminal de las combis se encuentra en las afueras de la ciudad, desde allí caminé ocho cuadras hasta llegar a la plaza principal del distrito, conocida como Plaza Bolívar en recuerdo al Libertador que pasó por aquí y se alojó en una pintoresca casa que se encuentra en el perímetro de la plaza.
La plaza principal es muy acogedora, limpia, bien cuidada con algunas palmeras, arbustos y lindas flores. Caminos por donde se puede pasear y bancas de madera para descansar. En su perímetro se encuentran los locales de las principales  instituciones del distrito destacándose entre ellos la  iglesia de piedra y el local municipal. 



Muy cerca del centro de la plaza se encuentra una pileta ornamental de bronce que data de 1,811. La pileta tiene dos platos en donde cae el agua,  la parte intermedia que comienza sobre la base del plato grande tiene las figuras de peces en posición boca abajo y con su cola sostienen la base del plato pequeño. Sobre el plato pequeño coronando la pileta se observa la figura de dos ángeles agarrando  un pequeño parante por donde sale el agua.
  



En el otro costado de la plaza se localiza una glorieta que fue construida en 1,927. Tiene dos entradas y para acceder a su interior hay que subir cuatro peldaños. En el día el lugar es aprovechado por los niños para jugar y por los adultos para descansar y conversar. Cuando cae la noche a pesar que su interior es  bien iluminado algunos jóvenes enamorados se reúnen allí para darse muestras de amor con caricias, abrazos y besos.




Muchas veces estuve en Caraz y no tenía la oportunidad de entrar a su iglesia, pero  como todo tiene su momento, llegó el día en que pude entrar. Para ello un domingo me levanté muy temprano y con la seguridad de que iba encontrar la puerta abierta para la misa dominical me dirigí a la iglesia. En efecto una de las hojas de la puerta estaba abierta y podía entrar a conocerla por dentro.  
Varias veces desde la plaza la miraba imponente, sobria sin muchos detalles en sus paredes pero grande y alta. Su construcción de piedra es única en el Callejón de Huaylas. Llegar a su puerta principal significa subir una escalinata de 15 peldaños hechos de piedra.


Lo curioso de esta iglesia es que después de subir la escalera exterior de 15 peldaños y llegar hasta la puerta de entrada, al traspasar la puerta se tiene que subir más escalinatas para llegar hasta el nivel del  piso. Sin duda para algunos una penitencia que hay que cumplir antes de llegar a estar cerca de Dios.

La iglesia es amplia, de una sola nave y en el interior se puede ver las paredes laterales hechas con piedras unidas con cal formando grandes ventanales cubiertas con grandes y hermosos vitrales que permiten el ingreso de luz natural resaltando al mismo tiempo la luminosidad de sus colores.



Del techo no cuelgan grandes lámparas o adornos, solo unas luces que iluminan su interior cuando realiza la misa de noche, de día la iluminación es a través de la luz que penetra los vitrales. Allí se venera a San Idelfonso patrón de la ciudad.


La parroquia inicial del cual se tiene datos es de 1,585 cuando el arzobispo de Lima Toribio Alfonso de Mogrovejo visita esta ciudad. Con el tiempo la parroquia fue reconstruida totalmente y mejorada en el siglo XIX hasta lo que hoy vemos.

Las bancas en donde los filigreses se sientan para escuchar la misa son de madera con espaldares finamente talladas.

La iglesia tiene dos torres muy altas de 27 metros de altura, una a cada lado que también sirven de campanarios. No tiene ninguna filigrana, fue construida piedra sobre piedra.


 
 

Angosto pasaje por una de las paredes laterales de la iglesia de piedra de Caraz. Seguramente todo caracino y caracina guarda algún recuerdo e este lugar. Tal vez de niño haber corrido y jugueteado, de joven haberla recorrido camino a la escuela o  el primer beso de enamorados aprovechando la complicidad del lugar, de adulto quizá un paseo acompañado de la pareja y los hijos o el camino rumbo al trabajo o el camino de regreso a casa y de anciano tal vez volver a recorrerlo pero esta vez a paso más lento trayendo cada paso a la memoria todos esos recuerdos y secretos que algunos de ellos nadie más que él sabe.                   

Si bien es cierto Caraz como capital de una provincia ya no es un lugar pequeño, siempre hay lugares por donde se puede caminar como hace años atrás, cada paso sobre una calle de tierra afirmada con un canal de agua  que corre paralelo a las casas de adobe llevando el agua hasta las parcelas de cultivo  sin duda nos remontan a la vida de antaño de este pueblo.
 
 
 
 
 

Podemos observar que algunas calles conservan las viejas construcciones de adobe que sobrevivieron al fuerte terremoto de 1,970. Como la casa de mi tío Pablito que a pesar de los años persiste los avatares del tiempo.

La modernidad tampoco podía ser ajena a hermosa ciudad, grandes avenidas con veredas y pistas asfaltadas, modernas casas de construcción noble y semáforos inteligentes se pueden observar al caminar por la ciudad.

El rio principal es el Santa pero también hay otro rio de aguas limpias que pasa muy cerca de la ciudad llamado Llullan, que nace en las alturas de Parón y finalmente termina como un afluente más del rio Santa. Ahora que escribo este lugar me trae muchos recuerdos porque de niño cuando visité esta ciudad casi todas las tardes iba a sentarme muy cerca de aquí, hace muchos años había un camal donde sacrificaban a los animales y limpiaban con las aguas de este rio.

La venta de helados de variados sabores en Caraz es constante durante todo el día ya sea través de los tradicionales carritos vendedores o en tiendas heladerías con sillas y mesas que permiten degustar tranquilamente los helados mientras lees un libro, el periódico o mantienes una tertulia. No podeos dejar pasar la oportunidad de comer uno ricos helados para matar el calor.

En la calle San Martin encontramos una casa muy peculiar con un portón que a cada lado tiene dos cabezas de piedras. Sobre el origen de estas piedras se sabe poco aunque algunos dicen que fueron traídos por un personaje importante de la ciudad desde la zona arqueológica de Tumskukaico del cual escribiré más adelante.

 


Uno de los símbolos emblemáticos de la ciudad es la “Cruz Monumental”, la conozco desde 1,973 año en que por primera vez llegué a Caraz. Mi primo Jorge me comenta que se construyó allá por inicios de los años 60 en homenaje a un Congreso Eucarístico del Perú.  Su estructura sobrevivió al aluvión de 1,970 en que se desprendió una parte del Nevado Huascarán desapareciendo la ciudad de Yungay.
 


A 1.5 km de la plaza de principal se localiza un pequeño  Complejo Arquitectónico llamado Tumskukaico. Son restos prehispánicos los cuales por falta de protección poco a poco fueron tomados por la población reduciéndolo a la fecha a un área pequeña.


Se cree que haya sido un centro político, religioso y administrativo, del periodo 2,200-300 aC. Cuando muy cerca de estos lugares se desarrollaba la cultura Chavín. Finalmente fueron absorbidos por la cultura Recuay hasta su total desaparición.

La parte principal y mejor conservada muestra una pared de piedra que en su formación va haciendo una curva, tal vez señale un camino curvo o sea los linderos de una gran plaza circular. Hay pocos estudios al respecto por eso el visitante tiene que observar y sacar sus propias conclusiones.

También encontramos caminos y túneles que no sabemos a dónde conducen porque siguen cubiertos con grandes capas de tierra a la espera de la llegada de arqueólogos que quieran estudiar estos restos antiguos. Grandes misterios se pueden esconder bajo los escombros.

Respecto al significado del nombre leí hasta dos versiones. Una de ella dice que deriva de los vocablos quechuas tumshu y caico. “tumshu” quiere decir “cerebro, tuétano, medula” y “caico” quiere decir “somos o estamos”. Uniendo ambos vocablos significaría algo así como “somos el cerebro” o “estamos en el cerebro”.

La otra versión señala que podría derivar de los vocablos quechuas tumshu y kaicum.  “Tumshu” quiere decir “cerebro” y “kaicum” quiere decir “encierro”. Uniendo ambos vocablos significaría algo así como el “centro de la tierra”.

El nevado que domina la ciudad es el  Huandoy y su majestuosidad  puede verse desde casi cualquier parte de la ciudad. Se localiza sobre los 6,395 msnm y es considerado el tercer nevado más alto del Perú.
Tiene cuatro picos que parecen las puntas de un fogón, motivo  por el cual los antiguos pobladores lo llamaban “Tullparaju”, nombre que proviene de la unión de dos vocablos quechuas ancashinos.  Uno de los dos vocablos es “Tullpa” que significa “Fogón de piedra” y el otro es el vocablo “Rahu” que significaría “hielo”.  Uniendo ambos vocablos podríamos decir “Fogón de piedra en el hielo”.



Otra versión señala que  el nuevo nombre Huandoy deriva del vocablo quechua “wantuy” que significa llevar o trasladar una carga pesada sobre los hombros de varias personas. Las cuatro puntas representarían a cuadro cargadores que llevan sobre los hombros alguna carga pesada.


Muy cerca de la ciudad a solo 32 kilómetros  se encuentra la Laguna de Parón. Se localiza sobre los 4,185 msnm y es considerada la laguna más grande de la Cordillera Blanca con una profundidad de hasta 73 metros.  Durante muchos años el nivel del agua y la utilización de sus aguas han sido motivo de constantes defensas de los pobladores frente a las grandes empresas privadas. Hoy en día  la capacidad de la laguna es controlada, cuando llega a un nivel sus aguas son desaguadas. Una parte del agua de la laguna también sirve para abastecer a la central hidroeléctrica del Cañón del Pato.


Aquí los cerros de la cordillera se juntan unos a otros por eso la laguna tiene una forma alargada. Parece una larga e inmensa alfombra de color turqueza muy intenso. El color de la laguna, el azul del cielo, el blanco de los nevados y las nubes, el verde de las plantas, el negro de la rocas, los diversos colores de las piedras conforman el escenario que convierte a este lugar en realmente un paraíso, un lugar definitivamente espectacular. El nevado más impresionante es  el “Pirámide Garcilaso” que se encuentra justo en la parte central de la vista de la laguna. Se yergue imponente con una altura de 5,885 msnm.


La gastronomía es muy variada  teniendo entre sus platos principales el picante de cuy, el ceviche de chocho, chicharrones de chancho, los pucheros, la llunca de gallina.  Y de postres los manjarblancos, cuarteadas y helados. Siempre voy a “El cruce” un lugar campestre en donde preparan el picante de cuy en ese mismo momento y mientras espero mi plato disfruto de unos juegos de sapo.


Hay muchos lugares para conocer en este lugar, como subir el cerro hasta la gruta de San Juan, llegar a la cima del peñón de Santa Rosa, cruzar el puente colgante sobre el rio Santa o iniciar una caminata por las calles de la ciudad. Desde aquí se inicia el acceso al nevado Alpamayo, considerado por la revista “Alpinismus” como “La montaña más Bella del Mundo”. En 1,966 se reunieron en Alemania varios expertos de diferentes países para examinar muchas fotos de las montañas más hermosas del planeta. Después de revisar y analizar miles de muestras al final quedaron 47 montañas finalistas. El jurado eligió al nevado Alpamayo como la montaña más bella del mundo. Si se hiciera de nuevo en concurso seguramente volvería a ganar. Aquí una foto tomada del internet.


El día ha sido extenuante que mejor que un reparador descanso sobre un pedazo de piedra.