viernes, 22 de noviembre de 2013

QUINUA: PAMPA VICTORIOSA Y ARTESANIA


Este viaje tiene un recuerdo muy especial para mí porque lo hice acompañado de mi hijita. Estábamos en Ayacucho y decidimos conocer la Pampa de la Quinua, lugar donde se desarrolló la Batalla de Ayacucho, para ello teníamos que ir hasta Quinua, uno de los 15 distritos que conforman la provincia de Huamanga, ubicada a 3,270 msnm.

Después de desayunar nos dirigimos al paradero de las combis que hacen la ruta Ayacucho-Quinua. Durante una hora recorremos por una carretera en muy buenas condiciones  los 37 Km de distancia que la separan de la ciudad de Ayacucho.

Una vez que llegamos al paradero final  subimos caminando cerca de un kilómetro para llegar a la entrada oficial de la pampa. El camino es de subida y tiene varias curvas,  para evitar la fatiga se puede contratar un mototaxi. Es importante tener en cuenta que lo mejor es alquilarlo por el servicio de ida y vuelta. En mi caso tomamos un mototaxi solo de ida y para regresar no había como, después de esperar  con mi hijita decidimos hacer el retorno caminando, no nos afectó mucho porque era de bajada. Aparte el camino es bonito, con pistas, veredas  y jardines.

La Pampa de la Quinua se localiza a 38 Km. al noreste de la ciudad de Ayacucho, a 3,300 msnm y comprende un área de 300 hectáreas que es lo mismo que 3 km². Mediante decreto supremo el 14 de Julio de 1,980 se estableció que se le considerará Santuario Histórico de la Pampa de Ayacucho. Los Santuarios históricos son áreas designadas a proteger los escenarios naturales  donde se han desarrollado eventos ilustres de la historia nacional, los cuales forman parte del patrimonio arqueológico y monumental del Perú. En la actualidad existen cuatro Santuarios Históricos: Chacamarca, Machu Picchu, Bosque de Pómac y Pampa de Ayacucho.



Los principales objetivos de este santuario histórico son: Proteger el patrimonio natural e histórico del escenario de la batalla de Ayacucho; Conservar las manifestaciones culturales y artesanales de las poblaciones aledañas; Velar por la preservación de nuestra diversidad en flora y fauna; Brindar facilidades para que el público utilice el área para su recreación y cultura; Mejorar y ampliar el circuito turístico de Ayacucho - ruinas de Wari - Quinua - pampa de Ayacucho.

Al llegar a la entrada hay un cartel rústico que nos da la bienvenida a la gloriosa Pampa de la Quinua. Más allá podemos encontrar  asientos de descanso bajo unas sombrillas hechas de ramas y hojas secas. El lugar luce un poco amarillo pero en épocas de lluvias toda la explanada debe estar de un color verde.



La Batalla de Ayacucho fue el último gran enfrentamiento armado en tierra que sostuvieron  los ejércitos españoles y patriotas, en el largo camino hacia la independencia del Perú, que se inició con una serie de hechos significativos a lo largo de varios años de opresión, tales como las sublevaciones de los indios contra los abusos de los españoles, la difusión de pensamientos e ideas libertarias, el desembarco de la Expedición Libertadora en la bahía de Paracas, la  proclamación de la  independencia  el 28 de julio de 1821,  la victoria en la Batalla de Junín en 1824 y muchos otros.

La victoria de los patriotas supuso la desaparición del contingente militar realista más importante que seguía en pie, sellando la independencia del Perú con una capitulación militar que puso fin al Virreinato del Perú. A pesar de ello, España no renunció y trató de recuperar la soberanía del Perú, llegando a las costas del Callao el 2 de mayo de 1,866. Los peruanos defendieron heroicamente la patria e impidieron el desembarco de los españoles, quienes derrotados se regresaron a su país. Finalmente  el Tratado de París, firmado en la capital francesa el 14 de agosto de 1,879 puso fin a la ambición española de querer reconquistar territorio peruano. Fue un acuerdo de paz y amistad entre el Reino de España y la República del Perú, por el que España reconocía la independencia peruana y se establecían relaciones diplomáticas entre ambos países.



Esta batalla tuvo una particularidad muy especial que lo relata el veterano de la Independencia don Manuel Antonio López de la siguiente manera:  "El general español  Monet bajó a la línea patriota, llamó al general Córdova y le manifestó que, habiendo en el campo español varios jefes y oficiales que tenían hermanos, parientes y amigos en el bando republicano, deseaban saber si podían verse antes. El general Córdova le contestó que, en su concepto, no había inconveniente para ello y que sin duda el general en jefe lo consentiría; y habiéndoselo comunicado al general Sucre, éste dio el permiso para que pasasen a la línea cuantos quisiesen hablar a sus amigos. Fuimos más de cincuenta, especialmente peruanos. Dejamos las espadas en nuestra línea, y nos reunimos en el campo neutro que lo separaba de la línea española.”



El ejército patriota tenía como Comandante al general Antonio José de Sucre, el Jefe del Estado Mayor  era el general Agustín Gamarra, la Caballería estaba al mando del general Guillermo Miller, la Primera División con unos 2,300 hombres al mando del general José María Córdova, la Segunda División con 1,580 hombres al mando del general José de La Mar, y una Reserva  de 1,700 soldados al mando del general Jacinto Lara.

Por su parte el ejército realista tenía como Comandante al virrey José de La Serna y como Jefe del Estado Mayor al teniente general José de Canterac. La Primera División al mando del general Juan Antonio Monet con 2,000 soldados. La Segunda División dirigida por general Alejandro González Villalobos tenía 1,700 hombres. División de Vanguardia  con 2,006 efectivos estaba al mando del general Jerónimo Valdés y la División de Reserva comandada por el general José Carratalá contaba con 1,200 soldados.

Antes del inicio de la batalla el general  José Antonio de Sucre arengó a los soldados con las siguientes palabras:  "¡Soldados!, de los esfuerzos de hoy depende la suerte de América del Sur; otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia. ¡Soldados!: ¡Viva el Libertador! ¡Viva Bolívar, Salvador del Perú!".

El ejército realista tenía planeado rodear a los patriotas por los flancos y atacarlos frontalmente con la mayoría de su ejército que descendería del cerro Condorcunca .  Sucre se dio cuenta inmediatamente de la arriesgada maniobra. La división de Córdova, apoyada por la caballería de Miller, acometió directamente a la masa desorganizada de tropas realistas que sin poder formar para la batalla descendían en hileras de las montañas, fue en este ataque que el general José María Córdova pronunció su famosa frase "División, armas a discreción, de frente, paso de vencedores".

Luego de sucesivos enfrentamientos a la una de la tarde el virrey había sido herido y hecho prisionero junto a un gran número de sus oficiales, y aunque seguía el combate, la batalla estaba ganada para los independentistas.

 Al concluir la batalla, el mismo 9 de diciembre de 1,824 se dio la capitulación de Ayacucho con la firma de un tratado entre el jefe de estado mayor realista Canterac y el general Sucre. Algunas de sus principales consecuencias fueron: El ejército realista bajo el mando del virrey La Serna renunciaba a seguir la lucha. El retiro de los últimos soldados realistas en las fortalezas del Callao. Saldar la deuda económica y política a los países que contribuyeron militarmente a la independencia. A todos los militares realistas que pretendieran regresar a España se les pagaría el pasaje correspondiente. El gobierno patriota debería pagar a los realistas por lo menos la mitad de sus sueldos mientras permanecieran en el Perú. Las propiedades muebles e inmuebles de los españoles residentes en Perú, serían respetadas, así como sus grados militares, pudiendo ser asimilados al Ejército del Perú. El gobierno peruano, también se comprometió a pagar todo el gasto que habían hecho los realistas en la manutención de la campaña militar contra los patriotas.
 
 


Al leer estas concesiones parece como si el Perú hubiese perdido la batalla, en mi opinión  personal posiblemente sea porque en el mando mayor del ejército patriota había un solo peruano, los demás altos mandos eran extranjeros. Estos altos mandos eran soldados de profesión e iban de país en país prestando sus servicios y obteniendo beneficios personales por sus victorias. No creo que hayan tenido una vocación libertaria, prueba de ella es que después algunos de ellos se fueron al Alto Perú y crearon Bolivia. En conclusión el Perú, nace a la vida independiente, con una cuantiosa deuda externa, producto de una mala negociación

En esta pampa se enfrentaron 9,310 soldados realistas contra 5,580 efectivos de las tropas patriotas. La batalla duró setenta minutos, los realistas tuvieron 1,400 muertos y 700 heridos mientras que los patriotas tuvieron 370 muertos y 609 heridos.

 
En honor y reconocimiento a los combatientes independentistas de la batalla, se construyó en la misma Pampa de la Quinua, un obelisco de 44 metros de altura, símbolo de la libertad y la unión latinoamericana. La descripción principal dice: La nación a los vencedores de Ayacucho.

Este monumento se construyó durante el gobierno del General EP Juan Velasco Alvarado y en ella se encuentran las estatuas de los generales latinoamericanos que dirigieron la victoria de las tropas patriotas,  de izquierda a derecha: El general colombiano José María Córdova,  el general ecuatoriano José de La Mar, el general venezolano Antonio José de Sucre, el general peruano Agustín Gamarra, el general venezolano Jacinto Lara y el general inglés Guillermo Miller. Encima de las estatuas se observa un medallón grande con el busto de Simón Bolívar.

En el lugar también encontramos un monumento pequeño en homenaje a José Antoni o de Sucre, el cual no me agradó, su construcción no va con la hazaña que realizó. Sucre entró en Lima en 1,823, precediendo a Bolívar, quien tomó todos los poderes en el país. Participó con Bolívar en la batalla de Junín y el 9 de diciembre de 1,824 venció al virrey La Serna en la batalla de Ayacucho. El Parlamento peruano lo nombró gran mariscal y general en jefe de los ejércitos. Al frente de éstos marchó al Alto Perú, donde proclamó la República de Bolivia en homenaje al Libertador Bolívar.




Bajando al pueblo muy cerca de la carretera encontramos la plaza principal de Quinua, la cual tiene todo su perímetro empedrado y  durante el tiempo que estuvimos ahí no vimos gente, lucia desolada. Tal vez sea porque era día de semana y el pueblo es pequeño o  porque la plaza no tiene bancas donde descansar. Es  característico que todas las plazas principales tengan bancas en donde la gente pueda descansar y conversar, pero aquí no hay donde descansar, motivo por el cual tal vez la gente no concurre mucho a la plaza.




En ella se ubica una iglesia muy bonita, no recuerdo su nombre, pero se nota que es bien antigua. La construcción es de adobe con una portada simple de piedra y una sola torre que sirve de campanario.
 

La iglesia se encuentra en forma longitudinal a la plaza principal de tal manera que la puerta principal de entrada es por la parte lateral que da a la plaza.



A diferencia de otras iglesias la escalera de piedra para subir al campanario se encuentra en los exteriores del templo.

 
El pueblo de Quinua  es un lugar pintoresco, con callecitas estrechas y la zona rural llena de campos de cultivo.



Es cuna de artesanos que con diestras manos trabajan la arcilla hasta convertirlas en verdaderas obras de arte, la mayor parte de su población se dedica a la artesanía. Los  colores que emplean en la mayoría de los casos son rojizo y crema. A la vera de la carretera donde se toman los carros de regreso hay gran cantidad de stands donde los artesanos ofrecen sus productos, generalmente iglesias, retablos, pastores, últimas cenas y mucho más. No resistí a la tentación y compré algunas muestras para mi colección de arte peruano.
 

También muy cerca del lugar encontramos las viviendas de los artesanos que exponen sus trabajos. Iglesias y toritos veo en los techos de las casas según dicen para proteger las casas de los rayos y también cuidar el ganado.
En su plaza Mayor podemos visitar su histórico Museo, en el cual se firmó la Capitulación de Ayacucho.

 
También en sus calles encontramos las casas-talleres de los artesanos que exponen sus trabajos, allí podemos ver como van dando forma a la arcilla o ver como pintan las artesanías horneadas dándoles el acabado final a sus obras.
El nombre posiblemente proviene del término quechua “Qenwa”  o  “Qenhua” nombre de una planta nativa que habita en la zona y que posteriormente con el devenir de los años se fue castellanizado hasta quedar como Quinua.
El recordar los detalles de mi viaje para escribir este relato conjuntamente con el hecho de leer y documentarme sobre la historia de la batalla de Ayacucho, me ha traído un poco de nostalgia al recordar mi época de estudiante escolar , cuando leía en mis libros del historiador Gastón Pons Muzo. He querido hacer un detalle un poco extenso sobre la batalla de Ayacucho con la intención de compartir sobre el inicio, desarrollo y las repercusiones que tuvo en el continente americano.
Este viaje lo realice en  agosto del 2011 por lo tanto  algunos datos pueden haber cambiado a la fecha.













 

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