miércoles, 29 de enero de 2014

VITIS: LA CIUDAD DE LOS VIENTOS


Cuando estaba en Huancaya miraba en la lejanía de los cerros los tejados de las casas del pueblo de Vitis, uno de los 33 distritos que conforman la provincia de Yauyos y uno de los 8 distritos que conforman la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas.

La distancia que separa a Vitis de Huancaya es de solo 1 kilómetro, motivo por el cual esta distancia hay que hacerla caminando por la carretera, disfrutando a cada paso de los lindos paisajes de la zona. Si queremos ir en auto tenemos que alquilar alguna movilidad o esperar y tener suerte de que alguna persona con auto esté saliendo de Huancaya y nos quiera transportar. No encontraremos una empresa de autos que realice esta ruta.

De acuerdo a nuestro plan de viaje hoy teníamos que conocer Vitis  y para ello salimos muy temprano de Huancaya con mi hermano Carlos y mi primo Leo rumbo a nuestro próximo destino.  Bajamos por las calles de Huancaya hasta llegar al arco que se encuentra en la entrada de Huancaya. En nuestro caso este arco para nosotros era de despedida.
 
Desde aquí iniciamos la caminata por el único camino que había: la carretera. En  el cielo el sol recién comenzaba a asomar y ya sentíamos la calentura de sus rayos.


 
La belleza de lugar obligaba a hacer pequeñas paradas para contemplar desde las alturas todo el valle, en donde destacaban pequeñas parcelas de cultivo y cerros llenos de verdor con el rio Cañete serpenteando en el fondo, con su clásico color verde.
Estas paradas también nos servían de descanso, aprovechando  para refrescarnos y beber un poco de agua. No teníamos ningún apuro en llegar rápido a  Vitis, así que disfrutábamos del viaje conversando y haciéndonos una que otra broma.


Tratando de encontrar información sobre el origen del nombre, lei que Vitis proviene de la voz nativa  “Witi” que quiere decir: "fuera “. Se cree que los primeros habitantes fueron peregrinos de diferentes tribus a los que se les llamaba los Witis, es decir "los de afuera”.



En la ruta encontramos una caída de agua conocida con el nombre de  “Cascada de la Sirena”. Se encuentra en una de las curvas más escondidas de la ruta, es pequeña con poca agua, pero definitivamente se encuentra en un lugar preciso, a estas alturas el cansancio de la caminata comienza a sentirse y es necesario refrescarse un poco. Una leyenda cuenta que algunas noches aparece una sirena que con su belleza atrae la curiosidad de los jóvenes, quienes se acercan y a los cuales ya nunca más se les vuelve a ver. Es por eso que nadie hace esta ruta en horas de la noche.

Después de caminar mas de una hora un letrero nos recuerda que ya estábamos a 100 metros del pueblo. 
 
 Vamos llegando a la entrada de Vitis y el camino afirmado de tierra se transforma en una pista de cemento.
 
Lo primero que vemos son unos pequeños niños jugando en la calle ante la atenta mirada de sus profesoras. Las sonrisas de sus rostros indican que están pasándola de maravillas y no podía ser de otra forma si estaban disfrutando de su hora de recreo.



Me acerco a la entrada del aula para ver el salón de clase y puedo observar en ella mucho orden, limpieza y color, un ambiente que definitivamente permite a los niños tener ganas de ir a la escuela.

 
Seguimos avanzando, las calles son empedradas con unas canaletas al medio para discurrir el agua de las lluvias.

 
La mayoría de las casas son de adobe con una base de piedras, en su mayoría son de dos pisos y en algunos casos con un altillo que hace que la vivienda tenga practicamente tres pisos, con ventanas pequeñas de madera. Era un día de semana y las calles estaban desiertas porque los habitantes estaban en el campo realizando sus labores de cultivo y los jóvenes estaban en el colegio.

 
Seguimos avanzando por la misma calle y llegamos a la plaza principal del distrito. En realidad es una pequeña placita, muy limpia y bien cuidada,  destacando en ella dos inmensos árboles  y flores  de diferentes colores.

 
En uno de sus extremos se encuentra un pequeño monumento, en donde se observa la escultura de un campesino usando la chaquitaclla.  En el Perú  el origen de este instrumento agrícola, una especie de arado de pie se remonta a la época del Tahuantinsuyo cuando se constituye en el instrumento  de labranza más importante. Se cree que es tan antiguo como la agricultura y hoy aún en nuestros días en las partes altas de la sierra se puede observar campesinos haciendo uso de este instrumento para arar la tierra. Básicamente su estructura era la unión de palos de madera un tanto encorvados,  que con la ayuda del pie el agricultor hundía en la tierra, removiéndola y haciendo surcos.

 
Dentro del perímetro de la placita se encuentra la Iglesia matriz y podemos observar tres conjuntos: en la misma esquina la nueva iglesia, contigua a esta se encuentra la torre del campanario y más allá la antigua iglesia en cuya pared frontal dice la fecha de su construcción: 1899.

 
 Subo a la torre del campanario y desde allí se tiene una vista de toda la plaza principal.



En la misma calle de la iglesia se ubica  el local artesanal de la comunidad vitisina en donde con el uso de telares a pedales se fabrican ponchos, bolsos, chalinas, tapices y otros accesorios a base de lana de alpaca y ovino.

 
 En otra de las calles del perímetro de la plaza se encuentra el local municipal.

 
 
Seguimos avanzando hacía lo que en nuestro caso sería el extremo final del pueblo, pero cuando uno viene de Lima este extremo es  la entrada al pueblo de Vitis. En este lugar encontramos el arco de entrada que nos da la bienvenida.
 

También aquí han construido  un mirador desde donde se observa grandes montañas y tierras de cultivos.
 
 Estando en el mirador pude comprobar porque a Vitis le dicen: “La ciudad de los vientos”. Realmente era medio día y corría unos vientos tan fuertes que querían arrancarme la ropa y lanzar por los aires mi gorrita.
 
 Cuando partimos de la plaza se acercó un guía municipal quien nos entregó unos trípticos en donde se informaba sobre los atractivos turísticos de Vitis,  tales como la Laguna Piquecocha, los cultivos de puyas de Raimondi, el sitio arqueológico de Huallugina o Cochashuasi, la cascada Huayta Huerta, el parador turístico de Marka Tupe , recorrer parte Qhaqac Ñan o camino inca. El guía era un joven muy gentil y amable que nos ofrecía la posibilidad de conocer alguno de estos lugares sin costo alguno.  En el mirador el guía nos comentó que desde este lugar en algunas oportunidades se ha visto sobrevolar cóndores.
 
 Mi hermano Carlos hizo la ruta a la laguna de Piquecocha, mientras mi primo y yo nos quedamos en el mirador y después regresamos  a la plaza principal del pueblo.

La laguna de Piquecocha se encuentra 11 km antes de llegar a Vitis, una media hora aproximadamente en auto y  sobre los 3,400 msnm. Tiene una extensión aproximada de un kilómetro con una profundidad media de 3 m., llegando hasta 25 m. en su parte más profunda.



Sus aguas son transparentes  simulando un color verde esmeralda por las plantas que se encuentran dentro de ella. Algunas partes están llenas de totora y se puede ver revoloteando patos y gaviotas en sus aguas.
 

 El estado de conservación de la laguna es muy buena y dentro las facilidades para el turista cuenta con un pequeño muelle desde donde se hacen paseos en bote y se practica la pesca de truchas.

 
Cuando viajaba a Huancaya había tenido la oportunidad de ver esta laguna desde las alturas de la carretera, apreciando su gran extensión y la belleza del color de sus aguas. Definitivamente otra cosa es estar al pie de la misma laguna.


Mientras esperábamos la llegada de mi hermano, mi primo y yo  habíamos tratado de encontrar un lugar donde almorzar o a alguna persona que nos preparara algo de comer. Las pocas tiendas que habían estaban cerradas y las que tenían la puerta abierta no atendían, tocábamos  la puerta y nadie salía. Con suerte en una de ellas salió alguien y logramos comprar una mano de plátanos.
Cuando mi hermano regresó de la laguna Piquecocha le comunicamos la mala noticia: no había almuerzo. Le tomamos una foto con el joven guía que lo acompañó y emprendimos el camino de regreso a Huancaya.

 
Volvimos a hacer la misma ruta, pero esta vez lo hacíamos rápido, casi sin parar, el sol estaba en su mayor esplendor y sus rayos calentaban con su mayor intensidad.

 
 Queríamos llegar lo antes posible a Huancaya para poder almorzar, sabíamos que en estos pueblos es difícil conseguir un lugar donde almorzar y peor aún en horas de la tarde. Al final preguntando llegamos a un lugar donde nos prepararon algo para almorzar. Después del reparador y necesario almuerzo  descansamos un rato haciendo recuerdos de la caminata a Vitis, luego salimos  para seguir caminando y conocer más lugares de Huancaya.
Vitis se encuentra localizado en los andes de la provincia limeña de Yauyos a una altitud de 3,616 msnm en la cuenca del rio Cañete y fue creado como distrito el 03 de mayo de 1955. Con las pocas personas que logramos conversar fueron muy atentas y los pobladores  básicamente se dedican a la ganadería y agricultura.

Este viaje lo realicé en noviembre del 2,013 y cualquier dato puede haber cambiado a la fecha.


 
 






















1 comentario:

  1. complicado lo del almuerzo ese dia, Leo preocupado, pero todo compensado con la caminata y los bellos lugares que conocimos. vitis "ciudad de los vientos".
    Carlos P.

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