sábado, 12 de abril de 2014

MANCORA: DEL PACIFICO MAR PERLA PRECIOSA


Escribir sobre Máncora es escribir sobre sol, playa, arena y mar, pero me quiero salir un poco de este modelo para también escribir sobre la ruta y otros detalles que encontré durante mi visita a este destino paradisiaco.

Máncora es un distrito de la provincia de Talara en el departamento de Piura.  La creación como distrito se dio el 14 de noviembre del 1,908.  Con respecto al nombre se sabe que desde épocas muy antiguas existía una extensa hacienda que se llamaba Máncora. La hacienda se encontraba muy lejos  del mar, pero sus pobladores caminaban largas horas hasta el mar con la finalidad de pescar y muchas veces  pernoctaban en chozas muy cerca de la orilla. Con el tiempo la belleza del lugar y su riqueza pesquera hizo que  estos pobladores y otros extraños que llegaban  se fueran quedando muy cerca de la playa, construyendo poco a poco sus viviendas y llamando a este lugar igual que la hacienda:  Máncora.

Otra de las historias con respecto al nombre dice que en la época de la colonia vivía en estos lares un pescador que había perdido una mano y que antes de adentrarse en el mar se arrodillaba y oraba a Dios. La gente al verlo así decía: manco ora. Con el tiempo el sonido se unió en uno solo.

Para ir desde Lima hay dos opciones: una por vía totalmente terrestre y la otra por vía aérea con una parte necesariamente terrestre.  En  transporte terrestre el viaje dura 20 horas aproximadamente,  teniendo en cuenta que 17 horas son de Lima  hasta Piura y de allí 3 horas más hasta Máncora, el costo del pasaje puede oscilar entre S/.100.00 y S/.150.00 dependiendo de la empresa de transporte.

Cuando se hace el viaje en avión el vuelo de Lima a Piura dura 1.30 horas y de allí son 3 horas más por vía terrestre. Yo hice esta ruta y el pasaje aéreo lo compré en una promoción a  US$ 99.00 ida y vuelta.
 

De Piura a Máncora hay varias formas de llegar, cada una dependerá del presupuesto que se tenga, de la disponibilidad de tiempo, de la comodidad requerida para viajar y de las experiencias que se desean vivir. En mi caso para la ida lo hice en un bus de la empresa de transportes EPPO la única que cubre esta ruta cuyo gran terminal se encuentra en la cuadra once de la Av. Sánchez Cerro.  El costo del pasaje fue de S/.15.00 y los buses salen de acuerdo a un horario establecido. Se debe abordar los carros que en su ruta no entran a Talara, sino el viaje demorará mucho más tiempo.

Otra opción  es abordar una minivan cuya terminal se encuentra a una cuadra de la empresa EPPO en la misma avenida.  El costo del pasaje era de S/. 25 y significaba un viaje más cómodo y con menos paradas, cubriendo la ruta en  2.30 horas aproximadamente.  También se puede abordar un taxi pero eso debe ser carísimo por la distancia. Y hay otra forma de viajar la cual yo utilicé para mi regreso y que contaré más adelante cuando llegue el momento.

Estaba con mi primo Leo y viendo que todavía faltaba varios minutos para la hora de la partida, decidimos ir a desayunar y para ello salimos del terminal. Muy cerca de la puerta de la empresa se ubican varios ambulantes ofreciendo sus cafés, tés, leches y otros preparados acompañados con sándwiches de mantequilla, queso, jamonada, aceituna, palta, lomito, etc. La escena nos abrió el apetito pero decidimos buscar un lugar más cómodo. Las tiendas de los alrededores se encontraban cerradas, seguimos caminando y  llegamos a un mercado grande que mostraba un gran movimiento de estibadores llevando bultos en sus carretas y otros cargando bultos sobre sus espaldas, abasteciendo con mercadería los puestos de ventas que esperaban a las caseritas y caseritos. El ambiente estaba dentro de lo normal excepto por un hecho que malograba todo: las calles adyacentes  y parte del mercado estaba inundado de agua sucia, era difícil caminar.

La hora avanzaba y decidimos regresar al terminal y tomar nuestro desayuno en una carretilla de uno de los ambulantes apostados a la entrada y que al comienzo no los tomamos en cuenta como posibles abastecedores de nuestro desayuno.

El bus partió a la 8.30 de la mañana, comenzamos a salir de la ciudad de Piura y en el camino cruzamos el nuevo puente sobre el rio Piura.



El rio Piura nace en las alturas de la provincia de Huancabamba, en la zona sierra del departamento de Piura para terminar en el Océano Pacífico por la bahía de Sechura  a través del estuario de Virilá. En sus 130 kilómetros de recorrido cruza las ciudades de Morropón y Piura.



Un estuario es el lugar en donde el rio desemboca en el mar,  generando que las aguas de un rio de agua dulce se mezclen con las aguas saladas del mar. La característica de un estuario es que está formado por un solo brazo ancho en forma de embudo ensanchado. Cuando la desembocadura de un rio en el mar está compuesto por varios brazos se llama delta.

Durante el largo viaje se hacen paradas obligadas en algunas ciudades como Sullana, El Alto, Los Organos y finalmente Máncora.
 
Si  no estamos acostumbrados a los viajes largos y si no sabemos encontrar belleza en algo que aparentemente no lo tiene, este viaje será largo y aburrido.
 

La ciudad de Piura está lejos del mar y para llegar a Máncora tenemos que cruzar por gran parte del desierto piurano. Lo único que vemos es arena y más arena. En medio del arenal vemos muchas máquinas para el bombeo del petróleo que se lleva por el oleoducto norperuano hasta el puerto de Bayóvar, en la bahía de Sechura.



Había tenido una idea equivocada de estas máquinas de extracción de petróleo. Siempre pensé que se trataban de inmensas máquinas en medio de grandes campos de trabajo, con gran cantidad de operarios trabajando en ellas,  pero no era así. Solo son pequeñas máquinas comúnmente llamadas “martillo” o “caballito” que no necesitan la presencia perenne de una persona.



Lo que vemos durante el viaje es parte del Oleoducto Ramal Norte que forma parte del Oleoducto Norperuano, el mismo que comienza en Loreto y que en su largo recorrido de 854 kilómetros atraviesa  selva, sierra y costa. Llegando hasta el muelle del puerto de Bayóvar en donde son llenados  con petróleo los buques tanques que lo transportarán hasta las refinerías de la costa peruana.

Después de casi tres horas de viaje llegamos a Máncora, último paradero de la ruta. El sol es abrazador y la alta temperatura se siente en el ambiente.

A un costado de la avenida principal encontramos un pequeño monumento con el busto de Miguel Graú y en la parte posterior siete delgadas columnas que sostienen un dintel en donde está dibujado el escudo del distrito y una representación de las olas  flanqueando la siguiente descripción: “Máncora Paraíso Costeño de mi Amado Perú, del Pacífico Mar Perla Preciosa”.  La arquitectura termina coronada con el timón de una lancha.



Al costado de la municipalidad en la cuadra cinco de la avenida Piura se levanta la Parroquia Nuestra Señora Virgen del Carmen. Su construcción es reciente, data del 2,011.



En la avenida principal existen muchas tiendas donde se vende ropa veraniega y de baño. Camisas, shorts, bikinis, bermudas, sandalias, gorras, sombreros, pareos, lentes y muchas prendas más de diferentes modelos y colores llamativos encontramos en estas tiendas. Había dejado mi short en Piura por eso tuve que pasear y ver estas tiendas. Cuando pregunté el precio de un short me dijeron S/.100.00 lo cual me pareció un precio excesivo. Posiblemente como el lugar está poblado de turistas extranjeros los precios se han dolarizado y al convertirlos a soles sale muy costoso.

Por  varias calles y caminos se puede llegar hasta la misma orilla de la playa, pero yo hice la ruta que lleva directamente a lo que se conoce como el boulevard. Son casi tres cuadras de bajada hacía la playa en donde hay un movimiento impresionante de gente playera, grupos de chicas y chicos, tablistas, familias enteras, rastras, hippies, peruanos y extranjeros,  todos se mezclan en el caminar y ni que decir de los restaurantes, desde donde se puede estar comiendo y contemplado al mismo tiempo la playa, el mar y todo su entorno.

 
Del boulevard se extiende a ambos lados el malecón, una especie de mirador extenso de casi  de  casi 200 metros que fue inaugurado en setiembre del 2,010. Muchos turistas y veraneantes pasean tranquilamente por el malecón disfrutando del lugar. 
Conversando con un vendedor mancoreño me dijo que hace unos años atrás las playas de Máncora tenían sus grandes extensiones de arena y que construcciones cercanas al mar como casas, comercios y el mismo malecón han quitado espacio y cada vez hay menos arena en la playa, situación que también origina inundaciones cuando la marea sube demasiado o el mar demuestra su bravura.


Conforme transcurre la mañana la playa se va llenado de gente. Puedo ver gran cantidad de gente, algunas disfrutando del agua y otras descansando en la arena bajo la sombra de las palmeras o tendidas en la arena recibiendo directamente los rayos solares para broncear se cuerpo.



Por estar cerca al Ecuador las aguas de esta playa son calientes.



También en varias cuadras de la avenida principal se encuentran los puestos de ventas de artesanía. Me dediqué a ver y admirar cada una de las muestras, observé que hacen muchos trabajos empleando restos marinos, como conchas, piedras y corales. Llamó mi atención la venta de las puntas del pez espada y del merlin, los precios oscilaban entre 70 y 150 dependiendo del tamaño y el estado de la muestra.

Como es costumbre adquirí unos souvenirs para el  recuerdo de mi viaje a este lugar caluroso, bohemio y colorido.



Para el regreso había una minivan pero estaba vacía, no tenía pasajeros y solo iba  a partir si se llenaban los asientos con pasajeros. Caminamos con mi primo y nos sentamos muy cerca del paradero  de los buses interprovinciales que vienen desde Tumbes rumbo a Lima y que en su camino recogen y llevan pasajeros hasta Piura.

Ya habíamos hecho la ruta de venida en ómnibus ahora queríamos hacer un viaje más cómodo y descansado. Observando el movimiento vimos a un chofer con su auto que parecía que quería partir a algún sitio. Nos acercamos y le preguntamos si iba a Piura. Nos dijo que si había cuatro pasajeros partía de lo contrario no. Al cabo de un rato aparecieron una pareja con mochilas, les preguntamos si querían viajar a Piura, y completamos con ellos el cupo y partimos rumbo a Piura.

Al comienzo muy cerca de la carretera veíamos los algarrobos y al fondo el mar de un color azul intenso que se perdía en el horizonte. Trataba de retener en mi memoria esta vista mientras pensaba si algún día volvería de nuevo por estos lares. Solo el tiempo lo dirá.



La carretera se encuentra en muy buenas condiciones, gran parte del camino es en línea recta lo que motiva al chofer pisar el acelerador, permitiendo que el viento entre por la ventana y me refresque el rostro.

 
Poco a  poco la carretera se va alejando del mar y el ambiente es desolador. Éramos cinco personas que cruzábamos dentro de un auto las áridas tierras de esta parte del norte peruano. Las horas que íbamos a compartir juntos nos motiva a presentarnos y conversar sobre diferentes temas, permitiendo que el viaje sea ameno e interesante, conversando siempre se aprende cosas nuevas. La pareja con quienes compartimos este viaje de regreso a Piura era de Chile, entraron por la frontera con Tacna y tenían varios días recorriendo la costa peruana.


Cruzando un puente puedo observar diferentes tipos de medios de transportes, camiones, autos, motonetas, nuevos y usados,  todos transitando sobre una pista inundada, no por las lluvias sino por la rotura de una tubería.



Grandes y pequeñas unidades se mezclan en este cruce, todos tratando de pasar en medio de una inundación. El agua sucia salpica por doquier y hay que cerrar rápidamente las ventanas aunque muramos de calor. Cual espectáculo los viajeros de un camión sacan la cabeza por encima de la tolva para ver la escena, entre ellas la de un motociclista que termina literalmente bañado.

Si vemos la foto anterior observamos que delante de nosotros solo estaba una motoneta roja, pasados unos minutos un intrépido motociclista, con hábiles maniobras se interpone entre la motoneta y nosotros, pero lo que seguramente no imaginaba era que le esperaba un refrescante baño.



A la hora de comer siempre escogía platos que tuvieran ingredientes marinos como los pescados y mariscos pero la verdad no tuve suerte, los mismos platos con mayor calidad y mejor sabor he comido en otras provincias de Piura. Tuve la sensación que en el tema gastronómico y atención en los restaurantes hay un poco de dejadez, espero haya sido una percepción solo mía.

En cuanto a infraestructura y comodidades en Máncora se encuentra de todo, buenos y modernos hoteles con todas las comodidades para el turista exigente, pero también los hay para la gente mochilera o el turista normal, para todos los gustos y bolsillos. Restaurantes y cevicherias por doquier. Y en las noches la diversión se extiende a los bares y discotecas.

Hay mucho movimiento en las calles cerca al mar y en los locales adyacentes debido a la presencia de gran cantidad de turistas. Muchos jóvenes turistas extranjeros amantes de las tablas y las olas, encuentran en Máncora el lugar ideal para disfrutar de sus pasiones. Cuantos fueron sucumbidos por sus encantos y se quedaron para siempre.

Se puede hacer paseos por la playa en cuatrimotos areneras  o montado en caballos y en el mar  paseos en moto acuática.
 

Muy cerca se encuentran excelentes playas como Las Pocitas, Vichayito, Órganos, El Ñuro y Cabo Blanco. Un poco más distante en la ruta a Tumbes se ubica Puntal Sal.



Pero si no queremos playa sino un lugar tranquilo donde respirar aire puro,  a 10 kilómetros  se encuentra uno de los ingresos a la Reserva Natural de Cerros de Amotape, el mejor conservado de los  bosques secos ecuatoriales de todo el Pacífico en donde se puede apreciar  los bosques de algarrobos y especies animales como pumas, osos de anteojos,  ciervos y lagartos.

 
Desde épocas remotas Máncora fue un lugar con buenos recursos, primero fue su riqueza marina, luego pasó a ser el centro principal del comercio del carbón vegetal y hoy en día  el balneario más concurrido e importante de la costa norte del Perú.

Este viaje lo realicé en febrero del 2,012 cualquier dato puede haber cambiado a la fecha.















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