jueves, 1 de mayo de 2014

CHAN CHAN: SOL SOL, GRAN SOL


En la zona norte del Perú  alrededor del año 900 d.C.  surgió en este lugar el reino Chimor, organización estatal de la cultura Chimú. Sus principales vestigios se encuentran en la valle del río Moche en el departamento de La Libertad, específicamente en Trujillo.

Muchas veces he viajado a Trujillo y he tenido la oportunidad de estar más de una vez en  Chan Chan,  considerada   la ciudad precolombina de adobe más grande de América Latina y  la segunda en el mundo, con una extensión aproximada de 20 km2  que comprende desde el cerro Campana hasta la proximidades del balneario de Huanchaco, tan grande era esta ciudad  que cuando los Incas llegaron se estima vivían unas 100,000 personas.

Debido a su tamaño se le considera la capital del reino Chimú, un gran reino que abarcó la costa norte del Perú llegando por el norte hasta Tumbes y por el sur hasta Huarmey, pero no logró dominar las sierra. Algunos arqueólogos sostienen que su gran extensión se debe porque tuvo un particular sistema de herencia, por el cual los nuevos señores no heredaban nada, ni los palacios, ni las tierras, ni los servidores de su antecesor, sino que debían conseguir todo por su cuenta, lo que obligaba a cada soberano Chimú, a emprender nuevas conquistas que le diesen las riquezas que no había heredado.

Llegar a Chan Chan es sumamente fácil y estando en Trujillo no hay motivo para conocerla. Se puede contratar los servicios de un taxi que con unos  8 o 10 soles nos lleva hasta la misma entrada en un tiempo de 15 minutos aproximadamente. De lo contrario también se puede hacer un viaje en transporte púbico abordando los microbuses que van hasta el puerto Huanchaco, son solo 5 km de distancia desde el centro mismo de Trujillo.  Hace años atrás los carros que hacían esta ruta eran antiguos ahora cuentan con una flota moderna y el viaje es cómodo.

Después de 30 minutos de viaje en microbús  un gran aviso a un costado de la autopista a Huanchaco  nos indica que estamos llegando al cruce que lleva a Chan Chan



Cruzamos la pista hacia el frente en donde se encuentra el inicio de un largo camino de unos 2 km aproximadamente que nos conduce hasta la entrada principal del complejo arqueológico. También en este lugar se encuentran autos colectivos que por  S/. 1.00 llevan hasta la puerta de entrada al complejo.



El camino es plano, fácil de recorrerlo pero teniendo cuidado que algún vehículo pueda venir.  El sol norteño no perdona, sus fuertes rayos son agotadores y hacen estragos, pero eso no nos amilana y con mi hermano Carlos seguimos caminando hasta llegar a la entrada. Lo recomendable es hacer esta caminata temprano o pasado el mediodía, eso no quiere decir que no habrá sol sino que afectara menos y no olvidar las protecciones contra el sol como un gorro, lentes de sol, bronceador y mucha agua. 



Lo primero que se observa al ingresar es la plaza principal constituida por una gran explanada casi cuadrangular entre grandes paredes de barro. Aproximadamente sus medidas son de 65 por 75 metros, no se observa nada dentro de ella, pero al verla imagino que este amplio lugar servía para realizar grandes ceremonias o rituales.



El único palacio abierto al público  es el recinto conocido como el Conjunto Tschudi, tiene este nombre en honor al explorador y arqueólogo suizo Johann Jakod von Tschudi que estudió por el año de 1,840 estos y otros restos de las culturas antiguas del Perú. Ahora  el lugar se conoce con el nombre de Nik An, tiene una sola puerta de entrada y sus altos muros llegaban hasta los doce metros, hoy la altura de los muros es de 2.30 metros aproximadamente.  Las murallas para una mejor estabilidad eran construidas con  una base de cinco metros hasta llegar a un metro al final de la pared.



Las grandes paredes están gravadas con relieves de figuras geométricas,  peces, aves  y otros seres mitológicos, los cuales eran elaborados con barro y pintados con vivos colores que el abandono, la falta de protección y el tiempo han borrado. Estos relieves o frisos es la característica de la arquitectura Chimú y servían de modelo decorativo.



Existe un corredor en donde se puede apreciar una muralla con relieves en forma de peces con diseños escalonados que representan peces en movimiento. Esta muestra es la mayor ilustración de la importancia del agua, particularmente del mar en la cultura chimú.

 
También se observan recintos amurallados conocidos como las ciudadelas. Desde el año 1,945 cada una de ellas tienen los nombres de: Chayhuac An (casa de inicio), Xllangchic An (Laberinto), Fechech An (casa del atardecer), Utzh An (Casa grande),Tsuts An (casa pequeña), Ñing An (casa del mar), Ñain An (casa de las aves), Fochic An (casa de las aves), Nik An(casa de centro), Xllangchic An (casa del amanecer), Chol An (Casa del final).


Anteriormente las ciudadelas llevaban los nombres de arqueólogos e investigadores que las estudiaron, tales como:  Chayhuac, Uhle, Laberinto, Gran Chimú, Squier, Velarde, Bandelier, Tschudi y Rivero.



La forma de rombos se observa en muchas de las paredes y representa las redes de pescar. Muchos de los habitantes chimús montaban sus caballitos de totora y con sus redes de pescar se adentraban en el mar para traer el sustento de su alimentación. Actividad que aún la siguen realizando los pescadores artesanales de Huanchaco.



Según los primeros cronistas españoles que llegaron con la conquista española fueron once  los soberanos llamados Chimucapac que gobernaron el reino Chimú. El primer soberano  fue Tacynamo. A su muerte subió al trono su hijo Guacricaur y a la muerte de este le sucedió su hijo Ñancempinco. El poder fue pasando de padre a hijo hasta el último soberano chimú Minchancaman  que fue derrotado por los incas y llevado prisionero al Cusco.

Cuando Túpac Yupanqui sitió la ciudad en 1,470 destruyó los acueductos que suministraban agua a la ciudad. Finalmente por el año 1,500 los chimúes se rebelaron y Huayna Cápac saqueó y quemó parcialmente la ciudadela de Chan Chan. Poco a poco la población del reino chimú se fue reduciendo.  Cuando Pizarro llegó a esta ciudad era un lugar abandonado con muy pocos habitantes.

Finalmente como resultado del huaqueo y el abandono de las autoridades en todos estos largos años poco a poco el complejo se fue destruyendo y en gran parte de esos 20 km lo único que se observa son algunas pequeñas pirámides y  murallas,  una que otra estructura con gravados, veredas y caminos que van desapareciendo. En los últimos años se está tratando de proteger y cuidar lo poco que queda, que futuras generaciones vean la grandeza del Perú antiguo y se sientan orgullosos de ser peruanos. Espero que no sea demasiado tarde.

Con respecto al nombre se cree que Chan Chan deriva del idioma quingnam o chimú : Chang o Chan que significa Sol, de lo que se desprende literalmente: Sol Sol. Otros estudiosos de este idioma dicen que solo fue hablado por los Chimú de élite y cuando se repetían las palabras la segunda palabra tomaba un significado complementario a  la primera, por eso señalan que su verdadero significado podría ser:  Gran sol, Sol resplandeciente o Sol esplendoroso.



La entrada  tenia un valor de S/. 8.00 dura dos días y te da derecho a conocer la huaca de la Esmeralda y el Dragón y el Museo de sitio. El recorrido promedio para visitar las ruinas de Chan Chan es de dos horas y media. El Museo de Sitio se encuentra muy cerca a Chan Chan. En la puerta de entrada se brinda servicios de guías, venta de libros, revistas, postales y material para fotografía.

Fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación y  Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1,986.

El último viaje a Chan Chan lo realicé en abril del 2,009 por lo tanto  cualquier dato puede haber cambiado a la fecha.
 

 
 

















 

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