jueves, 20 de marzo de 2014

SAN PEDRO DE CAJAS Y CAHIPOZO


En esta oportunidad relataré el viaje que hice a San Pedro de Cajas, uno de los nueve distritos que forman parte de la provincia de Tarma, localizado en la parte central de los andes peruanos en el departamento o región de Junín, sobre los 4,014 msnm.

Dos motivos me motivaron a conocer este lugar: uno ver sus renombrados tejidos y tapices y dos conocer Cachipozo.

El nombre antiguo era  San Pedro de Cacas que era San Pedro por el nombre del apóstol de Jesús y “Cacas” por el nombre del antiguo pueblo de Gagash, que quiere decir rocas o entre rocas. Antes que llegaran los incas, la zona estaba dominada por dos grupos belicosos: los Tarumas y los Pumpush . Posteriormente  los españoles trajeron la imagen del Apóstol San Pedro, hecho que fue bien recibido por la población llamándose desde ese momento San Pedro de Cacas. Con el transcurrir del tiempo el término cacas fue tomando otra connotación, motivo por el cual el 02 de noviembre del año 1,932 fecha en que se eleva el pueblo a capital del distrito se aprovecha para cambiar el nombre de Cacas por Cajas, quedando finalmente con el nombre: San Pedro de Cajas.

La mayoría de la población del distrito habita en la zona urbana, un gran porcentaje se dedica a la artesanía que consiste en la elaboración de tapices de lana de oveja y la otra parte tiene como actividad principal la agricultura, destacando el cultivo de la papa.

Lo primero que se tiene que hacer es llegar a Tarma, para ello me dirigí un sábado en la noche al Terminal Interprovincial  de Yerbateros con la finalidad de abordar un bus que me lleve a este primer destino. Como ya comenté en relatos anteriores el pasaje en este terminal es de acuerdo a la oferta y la demanda, dependiendo muchas veces del día, la hora y cantidad de pasajeros dispuestos a viajar. El pasaje en esta oportunidad fue de S/ 30.00.

Partimos a las 11.00 pm y después de recorrer 6 horas ya estábamos en Tarma. Eran la 5.00 de la madrugada, todavía estaba oscuro, hacía frio y estaba lloviendo. Buscamos con mi primo Leo un restaurante abierto  e ingresamos, no tanto para desayunar sino para protegernos del clima de ese momento. Tomé un matecito bien caliente, pero mi primo no desaprovechó la oportunidad para desayunar  su cafecito con pancitos tarmeños.

Estábamos en una zona con movimiento nocturno, todos los carros que llegaban de Lima estacionaban por este lugar para el desembarco de pasajeros, equipajes y encomiendas. La llegada de pasajeros también originaba que se estacionen taxis y mototaxis ofreciendo sus servicios a los recién llegados. Eran las 6.00 am y el día comenzaba a aclararse, la lluvia había cesado, salimos del restaurante y emprendimos el camino hacía el paradero inicial de los autos que nos llevarían a San Pedro de Cajas.

Caminamos con nuestras mochilas al hombro hasta la Calle Mártir Olaya donde se encuentran los autos colectivos que hacen la ruta Tarma-San Pedro de Cajas. El costo del pasaje fue de S/. 5.00 por persona y los autos son tipos statión wagon que parten cuando se completa el número de pasajeros.

El camino no es de los mejores,  gran parte no tiene pista y con la lluvia en algunos trechos se forma lodo haciendo peligroso el viaje. Conforme nos vamos alejando el paisaje se vuelve más desolador, las inclemencias del clima en estas alturas hace que solo crezca el ichu, pero increíblemente en estas partes más altas la carretera es amplia y bien afirmada haciendo que el viaje mejore y se desarrolle con total normalidad.



Durante el trayecto pasamos por algunos poblados importantes como Acobamba y Palcamayo. Luego  de recorrer  45  km  en  1.30 horas aproximadamente llegamos a la plaza principal de San Pedro de Cajas. Un fuerte frio que nos obliga a cerrarnos la casaca y una densa neblina nos da la bienvenida.


Dentro del perímetro de la plaza principal, en el centro de una de sus  calles destaca la iglesia Matriz de San Pedro de Cajas. Las paredes son de piedra cubiertas con armagasa de barro y el techo es de calamina. Dos pequeñas torres a cada lado sirven de campanario. Grande relojes marcan la hora del momento en que dejaron de funcionar.



En el interior dos filas de bancas alineadas llegan hasta el altar mayor. Las paredes laterales se encuentran llenas de imágenes y tapices con pasajes de la vida cristiana. Grandes arañas con varias bombillas cuelgan del techo. No entiendo el hecho de que algunas de las bancas y tapices lleven escrito los nombres de las familias o persona que las donaron.


 

En el altar mayor destaca la imagen de San Pedro, patrono del distrito. También muy cerca se observa un púlpito de madera.


 

Al pie de una de las imágenes observo un raro florero.



En la parte central de la plaza se encuentra una modesta estatua del Apóstol San Pedro.


Exactamente al frente de la iglesia matriz, en otra de las calles del perímetro de la plaza se ubica el local municipal del distrito y a un costado formando parte del mismo edificio la casa del artesano.


Era un día domingo y lamentablemente los centros de venta y exhibición de tejidos se encontraban cerrados. En una de las esquinas de la plaza se encuentra el moderno Centro Comercial Artesanal  donde pude apreciar algunos tejidos y tapices confeccionados de lana pura, que le ha valido a este distrito ser  considerado como “Capital de la Artesanía Textil del Perú”. El arte sampedrano viene siendo transmitido de generación en generación desde épocas muy remotas y tiene fama mundial.



El proceso de las confecciones de estos tejidos es largo y complejo. Primero se selecciona lana blanca de oveja, luego se hierve en agua con colorantes naturales. La lana teñida y seca es cardada para luego preparar  los “zarpes”, que son trozos de lana de un dedo de espesor, enrollando una tira de lana cardada sobre una superficie plana con una paleta plana, los cuales deben quedar en forma cilíndrica y uniforme.



Con los zarpes se van formando las figuras deseadas cerrando la trama con varias vueltas de hilo de algodón. Luego de terminar las figuras se teje unas franjas de algodón a los bordes y se corta del telar. Se cosen ambos extremos, asimismo se cortan los nudos, hilos y pedazos de lana que sobresalen. El resultado final dependerá de la habilidad de cada artesano para usar el telar a pedal de madera y de su creatividad para formar figuras.

Un detalle curioso que observé al caminar por las calles de este distrito fue que varias viviendas  tenían parte de las paredes tapizadas con piedras pequeñas.
 
 
Las formas y colores eran diferentes.



Aquí una antigua casona que va cediendo ante el paso de los años. Que contrasta con una construcción moderna y más grande que se levanta a su costado.



La mañana iba avanzando y el tiempo mejoró notablemente, se despejaron las nubes y nos dejaron ver el hermoso cielo serrano, de un color azul intenso. En esos momentos los alumnos del colegio San Martín de Porres N° 38747 tomaban sus ubicaciones para el desfile.



No pudimos quedarnos a ver el desfile pues teníamos que ir a Cachipozo y el único carro que nos iba dejar cerca del lugar había completado de llenar el número de pasajeros y se disponía  partir. Estos autos hacen la ruta San Pedro de Cajas-Condorin, sale uno al día y cuando se completa el número de pasajeros, tuvimos que pagar S/.3.00 que era costo del pasaje como si fuéramos hasta Condorin. El chofer nos indicó donde bajarnos y que ruta seguir para llegar hasta Cachipozo.

Luego de caminar pausadamente cerca de 10 minutos aproximadamente llegamos hasta un gran cartel  en donde la comunidad campesina de San Pedro de Cajas en inglés y español nos da la bienvenida al Centro Histórico y Arqueológico de Cachi Puquio.



La alegría por estar muy cerca de cumplir otro de los objetivos del viaje me hace emocionar. Soportando el frio y la afección por la altura subimos por un sendero bien demarcado, en donde a medio camino encontramos un gran bloque de piedra con la figura de un rostro tallado en ella. Esta piedra es conocida como el guardián de Cachipozo.



Me acerco a las paredes del camino y entre los árboles observo a lo lejos toda la forma y extensión del complejo.



Terminamos el camino de subida y ahora nos toca bajar por el sendero bien demarcado.



Nuevamente encuentro otro cartel que nos recuerda que estamos en un área protegida y que debemos respetar nuestro patrimonio arqueológico, histórico y cultural.



Llegamos a la entrada pero se encontraba cerrada. Alzamos la voz llamando a alguna persona o guardián pero nadie apareció. No nos quedó otra cosa que abrir la primera tranca hecha de pedazos de troncos y posteriormente la puerta de fierro. Tuvimos suerte que la chapa de esta segunda puerta de fierro no se encontrara cerrada con llave y candado.



Finalmente estaba dentro del Cachipozo y tenía ante mí los dos manantiales de agua salada. Me agaché al borde de las pozas y sentí un raro olor que me hizo desistir de tomar y probar un poco de sus aguas. Encontramos varios vasos descartables con los cuales la gente que viene  a este lugar bebe  el agua de los manantiales salados.



Cuando en el siglo VI las fuerzas del Inca Pachacútec conquistaron esta zona, los manantiales de agua salada ya se encontraban en el lugar, hecho que originó que se fundara un pueblo cercano con la finalidad de solidificar la sal por medio del calor del fuego y abastecer de este elemento al ejército y ayllus vecinos.

Con el tiempo los manantiales han sido protegidos con una infraestructura de piedra y cemento, lo cual hace parecer a estos manantiales un lugar ceremonioso. En la actualidad se sigue extrayendo la sal para su comercialización.



Una leyenda cuenta el origen de estos pozos de sal de la siguiente manera:  "Eran dos jóvenes amantes que estaban prohibidos por sus padres y los dioses de pasar las noches juntos. Ella era hija de un poderoso brujo y él, hijo de un cacique rival. Ambos  padres se habían jurado la muerte. Enterados de los amores que se profesaban sus hijos, mandaron encerrarlos en un lugar remoto. No pudieron verse. Solamente la voz de las torcazas los comunicaba cada noche. La chica se enteró de las pretensiones paternas de casarla con el curaca del pueblo y se lo hizo saber a su amante. El chico a pedido de la chica la liberó de la chullpa en la cual estaba y ambos huyeron. El  brujo se enteró de la fuga y con su gente fueron tras ellos. Día y noche marcharon, pero cansados al fin del acecho, los enamorados se convirtieron en torcazas o palomas blancas por medio de las artes mágicas de la doncella. Volaron muchos días hasta llegar a una fuente de agua, donde decidieron reposar, pero en cuanto bebieron de sus aguas, cayeron dormidos al fondo del profundo pozo donde se convirtieron en sal. Desde entonces las aguas del pozo cubren los cuerpo de los amantes y al lugar se le conoce como el CACHIPOZO.
 
Otra leyenda local  habla de que los pozos representan a una pareja de enamorados que huyeron de otro lugar transformados en palomas y que de sus lágrimas se formaron las dos pozas. Cada ojo de agua corresponde a los dos desafortunados amantes, el ojo más grande que tiene más concentración  salina correspondería al hombre y el pequeño a la mujer.

Todos los 04 de julio de todos los años se realiza la limpia de los pozos con la participación de todo el pueblo, según dicen al final del trabajo la gente termina lanzándose naranjas. Las aguas de los pozos no son transparentes por el efecto del yodo que tiene la sal, pero a pesar de todo reflejan el entorno.



Era hora del regresar , cerramos las puertas tal como las encontramos y caminamos con dirección al pueblo. Eso ya lo sabiamos antes de subir al auto que nos llevó, movilidad no había y solo nos quedaba  caminar. Miramos en que dirección estaba el pueblo, avistamos la carretera, comparamos distancias y concluimos que teniamos que hacer nuestro camino al andar, porque ir por la carretera iba ser más largo y penoso.

Muy cerca encontramos unos ambientes techados con divisiones  que posiblemente sirve para el expendio o venta de comida y artesania  en fechas especiales, donde la afluencia de público a estos manantiles es masiva.



Mientras caminábamos en dirección a la ciudad a lo lejos vimos a un campesino que transitaba por otro camino. Alzamos la mano para que nos viera y le gritamos preguntando si el camino por donde caminábamos nos iba conducir finalmente hasta el distrito. El hombre hizo señas con la mano indicando que estábamos en el camino correcto.



Y en efecto así fue, a los quince minutos de caminata ya veíamos a lo lejos la ciudad.



Seguíamos caminando y cada vez más seguido encontrábamos aspectos comunes de la vida de campo, como parcelas de tierra de cultivo cercados con piedras, ganado pastando, casitas de los pastores y algunos campesinos arando la tierra.



En  estas alturas también la naturaleza estaba presente con pequeñas flores que resaltaban a lo largo de todo el camino.



Lo primero que vimos al entrar de nuevo al pueblo fue una pequeña pero llamativa y bien cuidada capilla que decía:  3 de Mayo, 5 esquinas, 1972.



Luego nos dirigimos a la plaza de toros que tiene el nombre del torero español Manuel Rodríguez Sánchez conocido en el mundo taurino con el apelativo de “Manolete”, quien murió de una cornada en una plaza de toros en Linares, España. Es bien sabido desde la época colonial que en muchos de los pueblos de la sierra del Perú se tiene afición a las corridas de toros, en donde no solo participan algunos toreros de renombre sino aficionados y los mismos pobladores que después de haber ingerido mucho licor se arman de valentía lanzándose  al ruedo, ante los gritos de temor y la risa de los espectadores.



Llegamos cerca de la 1.00 pm a la plaza principal y ya era hora del almuerzo. En la misma plaza dos señoras empujando sus carretillas de construcción llegaban transportando sus ollas de comida ante la atenta y alegre mirada de los comensales, quienes se acercaban por su porción de menú. Un perro sentado esperaba que terminen los comensales para recibir alguna sobra.


Durante todo el tiempo que estuvimos aquí el clima fue cambiante, llegamos con un frio terrible y llovizna, cerca de las 10.00 am el cielo se despejó totalmente y se sentía el calorcito de los rayos solares pero eso no significaba que se sentía calor, sino un abriguito nomás. Cerca del medio día nuevamente el cielo se cubrió de nubes y hasta el momento que partimos hubo ligeras lloviznas intermitentes.

No existe mucha movilidad y fue difícil salir. En la misma plaza había un carro que salía a Tarma pero tenía que completar  el número de pasajeros para partir, lo cual demoró bastante tiempo, tal vez por la hora.

 

En San Pedro de Cajas no hay policías ni comisaria, cuando pregunté el motivo me dijeron que hasta antes del 15 de diciembre de 1,990 tenían comisaria, agencias bancarias, servicio de telecomunicaciones, correo, cooperativas, etc.  En la noche de ese fatídico día mientras los alumnos de la promoción del colegio secundario habían preparado su fiesta de promoción, irrumpió una columna terrorista destruyendo el local municipal y los locales de las instituciones mencionadas anteriormente. Nueve autoridades del distrito fueron asesinados en la plaza principal ante la mirada atónita y de miedo de los pobladores, algunos de los cuales lucían sus trajes de fiesta pues eran partícipes de la fiesta de promoción que iba a realizarse esa misma noche.  Ahora la comisaria más cercana se encuentra a  50 km de distancia, en el distrito de Acobamba.

Es un típico pueblo de las alturas de nuestro querido Perú,  alejado de las grandes ciudades, en donde las atenciones al turista en temas de infraestructura son mínimas. Pero eso no es problema cuando se tiene las ganas de conocer y disfrutar de un viaje a un nuevo destino. Todo se compensa con la amabilidad de los sanpedranos, saludos y respuestas a mis preguntas recibo a cada instante, haciendo que me lleve un grato recuerdo de este lugar.

Este viaje lo realicé en octubre del 2,013 motivo por el cual algunos datos podrían haber cambiado a la fecha.








































 



6 comentarios:

  1. Cesar gracias por la información ahora para el 28 de Junio algunos amigos sampedramos me invitaron para la fiesta, me parece un frígido pero agradable lugar, saludos Jhorman

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  2. Gracias por la info, iré a visitar una laguna que he visto por ahí algunos de tus datos me parecieron interesantes y me ayudan montón.

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  3. MUY BUENA DESCRIPCION DEL PUEBLO, DONDE ACTUALMENTE DE DEBERIA DESARROLLAR EL TURISMO COMUNITARIO

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  4. Gracias por la información, lo visitaré el próximo año.

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  5. Que interesante dato, muy buen aporte sobre ese distrito que muy pocas personas la conocen. Como estudiante de Antropologia, ya me dio la curiosidad de saber mas sobre la infraestructura de las casas de ese distrito y tambien saber que cultura inflencio para esa arquitectura de cachipozo.

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