En esta oportunidad relataré el
viaje que hice a San Pedro de Cajas, uno de los nueve distritos que forman parte
de la provincia de Tarma, localizado en la parte central de los andes peruanos en
el departamento o región de Junín, sobre los 4,014 msnm.
Dos motivos me motivaron a
conocer este lugar: uno ver sus renombrados tejidos y tapices y dos conocer
Cachipozo.
El nombre antiguo era San Pedro de Cacas que era San Pedro por el
nombre del apóstol de Jesús y “Cacas” por el nombre del antiguo pueblo de
Gagash, que quiere decir rocas o entre rocas. Antes que llegaran los incas, la
zona estaba dominada por dos grupos belicosos: los Tarumas y los Pumpush .
Posteriormente los españoles trajeron la
imagen del Apóstol San Pedro, hecho que fue bien recibido por la población
llamándose desde ese momento San Pedro de Cacas. Con el transcurrir del tiempo
el término cacas fue tomando otra connotación, motivo por el cual el 02 de
noviembre del año 1,932 fecha en que se eleva el pueblo a capital del distrito se
aprovecha para cambiar el nombre de Cacas por Cajas, quedando finalmente con el
nombre: San Pedro de Cajas.
La mayoría de la población del
distrito habita en la zona urbana, un gran porcentaje se dedica a la artesanía
que consiste en la elaboración de tapices de lana de oveja y la otra parte tiene
como actividad principal la agricultura, destacando el cultivo de la papa.
Lo primero que se tiene que hacer
es llegar a Tarma, para ello me dirigí un sábado en la noche al Terminal
Interprovincial de Yerbateros con la
finalidad de abordar un bus que me lleve a este primer destino. Como ya comenté
en relatos anteriores el pasaje en este terminal es de acuerdo a la oferta y la
demanda, dependiendo muchas veces del día, la hora y cantidad de pasajeros
dispuestos a viajar. El pasaje en esta oportunidad fue de S/ 30.00.
Partimos a las 11.00 pm y después
de recorrer 6 horas ya estábamos en Tarma. Eran la 5.00 de la madrugada,
todavía estaba oscuro, hacía frio y estaba lloviendo. Buscamos con mi primo Leo
un restaurante abierto e ingresamos, no
tanto para desayunar sino para protegernos del clima de ese momento. Tomé un
matecito bien caliente, pero mi primo no desaprovechó la oportunidad para
desayunar su cafecito con pancitos
tarmeños.
Estábamos en una zona con
movimiento nocturno, todos los carros que llegaban de Lima estacionaban por
este lugar para el desembarco de pasajeros, equipajes y encomiendas. La llegada
de pasajeros también originaba que se estacionen taxis y mototaxis ofreciendo
sus servicios a los recién llegados. Eran las 6.00 am y el día comenzaba a
aclararse, la lluvia había cesado, salimos del restaurante y emprendimos el
camino hacía el paradero inicial de los autos que nos llevarían a San Pedro de
Cajas.
Caminamos con nuestras mochilas
al hombro hasta la Calle Mártir Olaya donde se encuentran los autos colectivos que
hacen la ruta Tarma-San Pedro de Cajas. El costo del pasaje fue de S/. 5.00 por
persona y los autos son tipos statión wagon que parten cuando se completa el
número de pasajeros.
El camino no es de los
mejores, gran parte no tiene pista y con
la lluvia en algunos trechos se forma lodo haciendo peligroso el viaje.
Conforme nos vamos alejando el paisaje se vuelve más desolador, las
inclemencias del clima en estas alturas hace que solo crezca el ichu, pero increíblemente
en estas partes más altas la carretera es amplia y bien afirmada haciendo que
el viaje mejore y se desarrolle con total normalidad.
Durante el trayecto pasamos por
algunos poblados importantes como Acobamba y Palcamayo. Luego de recorrer
45 km en
1.30 horas aproximadamente llegamos a la plaza principal de San Pedro de
Cajas. Un fuerte frio que nos obliga a cerrarnos la casaca y una densa neblina
nos da la bienvenida.
Dentro del perímetro de la plaza
principal, en el centro de una de sus calles
destaca la iglesia Matriz de San Pedro de Cajas. Las paredes son de piedra
cubiertas con armagasa de barro y el techo es de calamina. Dos pequeñas torres
a cada lado sirven de campanario. Grande relojes marcan la hora del momento en
que dejaron de funcionar.
En el interior dos filas de
bancas alineadas llegan hasta el altar mayor. Las paredes laterales se encuentran
llenas de imágenes y tapices con pasajes de la vida cristiana. Grandes arañas
con varias bombillas cuelgan del techo. No entiendo el hecho de que algunas de
las bancas y tapices lleven escrito los nombres de las familias o persona que
las donaron.
En el altar mayor destaca la
imagen de San Pedro, patrono del distrito. También muy cerca se observa un
púlpito de madera.
Al pie de una de las imágenes observo un raro florero.
En la parte central de la plaza se encuentra una modesta estatua
del Apóstol San Pedro.
Exactamente al frente de la iglesia matriz, en otra de las
calles del perímetro de la plaza se ubica el local municipal del distrito y a
un costado formando parte del mismo edificio la casa del artesano.
Era un día domingo y
lamentablemente los centros de venta y exhibición de tejidos se encontraban
cerrados. En una de las esquinas de la plaza se encuentra el moderno Centro
Comercial Artesanal donde pude apreciar
algunos tejidos y tapices confeccionados de lana pura, que le ha valido a este
distrito ser considerado como “Capital
de la Artesanía Textil del Perú”. El arte sampedrano viene siendo transmitido
de generación en generación desde épocas muy remotas y tiene fama mundial.
El proceso de las confecciones de estos tejidos es largo y complejo. Primero se selecciona lana blanca de oveja, luego se hierve en agua con colorantes naturales. La lana teñida y seca es cardada para luego preparar los “zarpes”, que son trozos de lana de un dedo de espesor, enrollando una tira de lana cardada sobre una superficie plana con una paleta plana, los cuales deben quedar en forma cilíndrica y uniforme.
Con los zarpes se van formando las figuras deseadas cerrando la trama con varias vueltas de hilo de algodón. Luego de terminar las figuras se teje unas franjas de algodón a los bordes y se corta del telar. Se cosen ambos extremos, asimismo se cortan los nudos, hilos y pedazos de lana que sobresalen. El resultado final dependerá de la habilidad de cada artesano para usar el telar a pedal de madera y de su creatividad para formar figuras.
Un detalle curioso que observé al caminar por las calles de este distrito fue que varias viviendas tenían parte de las paredes tapizadas con piedras pequeñas.
Las formas y colores eran diferentes.
Aquí una antigua casona que va
cediendo ante el paso de los años. Que contrasta con una construcción moderna y
más grande que se levanta a su costado.
La mañana iba avanzando y el
tiempo mejoró notablemente, se despejaron las nubes y nos dejaron ver el
hermoso cielo serrano, de un color azul intenso. En esos momentos los alumnos
del colegio San Martín de Porres N° 38747 tomaban sus ubicaciones para el
desfile.
No pudimos quedarnos a ver el desfile
pues teníamos que ir a Cachipozo y el único carro que nos iba dejar cerca del
lugar había completado de llenar el número de pasajeros y se disponía partir. Estos autos hacen la ruta San Pedro
de Cajas-Condorin, sale uno al día y cuando se completa el número de pasajeros,
tuvimos que pagar S/.3.00 que era costo del pasaje como si fuéramos hasta
Condorin. El chofer nos indicó donde bajarnos y que ruta seguir para llegar
hasta Cachipozo.
Luego de caminar pausadamente
cerca de 10 minutos aproximadamente llegamos hasta un gran cartel en donde la comunidad campesina de San Pedro
de Cajas en inglés y español nos da la bienvenida al Centro Histórico y Arqueológico
de Cachi Puquio.
La alegría por estar muy cerca de
cumplir otro de los objetivos del viaje me hace emocionar. Soportando el frio y
la afección por la altura subimos por un sendero bien demarcado, en donde a
medio camino encontramos un gran bloque de piedra con la figura de un rostro
tallado en ella. Esta piedra es conocida como el guardián de Cachipozo.
Me acerco a las paredes del
camino y entre los árboles observo a lo lejos toda la forma y extensión del
complejo.
Terminamos el camino de subida y ahora nos toca bajar por el
sendero bien demarcado.
Nuevamente encuentro otro cartel
que nos recuerda que estamos en un área protegida y que debemos respetar
nuestro patrimonio arqueológico, histórico y cultural.
Llegamos a la entrada pero se
encontraba cerrada. Alzamos la voz llamando a alguna persona o guardián pero
nadie apareció. No nos quedó otra cosa que abrir la primera tranca hecha de
pedazos de troncos y posteriormente la puerta de fierro. Tuvimos suerte que la
chapa de esta segunda puerta de fierro no se encontrara cerrada con llave y
candado.
Finalmente estaba dentro del
Cachipozo y tenía ante mí los dos manantiales de agua salada. Me agaché al
borde de las pozas y sentí un raro olor que me hizo desistir de tomar y probar
un poco de sus aguas. Encontramos varios vasos descartables con los cuales la
gente que viene a este lugar bebe el agua de los manantiales salados.
Cuando en el siglo VI las fuerzas
del Inca Pachacútec conquistaron esta zona, los manantiales de agua salada ya
se encontraban en el lugar, hecho que originó que se fundara un pueblo cercano
con la finalidad de solidificar la sal por medio del calor del fuego y
abastecer de este elemento al ejército y ayllus vecinos.
Con el tiempo los manantiales han sido protegidos con una
infraestructura de piedra y cemento, lo cual hace parecer a estos manantiales
un lugar ceremonioso. En la actualidad se sigue extrayendo la sal para su
comercialización.
Una leyenda cuenta el origen de
estos pozos de sal de la siguiente manera: "Eran dos jóvenes amantes que estaban
prohibidos por sus padres y los dioses de pasar las noches juntos. Ella era
hija de un poderoso brujo y él, hijo de un cacique rival. Ambos padres se habían jurado la muerte. Enterados
de los amores que se profesaban sus hijos, mandaron encerrarlos en un lugar
remoto. No pudieron verse. Solamente la voz de las torcazas los comunicaba cada
noche. La chica se enteró de las pretensiones paternas de casarla con el curaca
del pueblo y se lo hizo saber a su amante. El chico a pedido de la chica la
liberó de la chullpa en la cual estaba y ambos huyeron. El brujo se enteró de la fuga y con su gente
fueron tras ellos. Día y noche marcharon, pero cansados al fin del acecho, los
enamorados se convirtieron en torcazas o palomas blancas por medio de las artes
mágicas de la doncella. Volaron muchos días hasta llegar a una fuente de agua,
donde decidieron reposar, pero en cuanto bebieron de sus aguas, cayeron
dormidos al fondo del profundo pozo donde se convirtieron en sal. Desde
entonces las aguas del pozo cubren los cuerpo de los amantes y al lugar se le
conoce como el CACHIPOZO.
Todos los 04 de julio de todos
los años se realiza la limpia de los pozos con la participación de todo el
pueblo, según dicen al final del trabajo la gente termina lanzándose naranjas.
Las aguas de los pozos no son transparentes por el efecto del yodo que tiene la
sal, pero a pesar de todo reflejan el entorno.
Era hora del regresar , cerramos las puertas tal como
las encontramos y caminamos con dirección al pueblo. Eso ya lo sabiamos antes
de subir al auto que nos llevó, movilidad no había y solo nos quedaba caminar. Miramos en que dirección estaba el
pueblo, avistamos la carretera, comparamos distancias y concluimos que teniamos
que hacer nuestro camino al andar, porque ir por la carretera iba ser más largo
y penoso.
Muy cerca encontramos unos ambientes techados con
divisiones que posiblemente sirve para
el expendio o venta de comida y artesania
en fechas especiales, donde la afluencia de público a estos manantiles
es masiva.
Mientras caminábamos en dirección
a la ciudad a lo lejos vimos a un campesino que transitaba por otro camino.
Alzamos la mano para que nos viera y le gritamos preguntando si el camino por
donde caminábamos nos iba conducir finalmente hasta el distrito. El hombre hizo
señas con la mano indicando que estábamos en el camino correcto.
Y en efecto así fue, a los quince minutos de caminata ya
veíamos a lo lejos la ciudad.
Seguíamos caminando y cada vez más
seguido encontrábamos aspectos comunes de la vida de campo, como parcelas de
tierra de cultivo cercados con piedras, ganado pastando, casitas de los
pastores y algunos campesinos arando la tierra.
En estas alturas también la naturaleza estaba
presente con pequeñas flores que resaltaban a lo largo de todo el camino.
Lo primero que vimos al entrar de
nuevo al pueblo fue una pequeña pero llamativa y bien cuidada capilla que
decía: 3 de Mayo, 5 esquinas, 1972.
Luego nos dirigimos a la plaza de
toros que tiene el nombre del torero español Manuel Rodríguez Sánchez conocido
en el mundo taurino con el apelativo de “Manolete”, quien murió de una cornada
en una plaza de toros en Linares, España. Es bien sabido desde la época
colonial que en muchos de los pueblos de la sierra del Perú se tiene afición a
las corridas de toros, en donde no solo participan algunos toreros de renombre
sino aficionados y los mismos pobladores que después de haber ingerido mucho
licor se arman de valentía lanzándose al
ruedo, ante los gritos de temor y la risa de los espectadores.
Llegamos cerca de la 1.00 pm a la
plaza principal y ya era hora del almuerzo. En la misma plaza dos señoras
empujando sus carretillas de construcción llegaban transportando sus ollas de
comida ante la atenta y alegre mirada de los comensales, quienes se acercaban
por su porción de menú. Un perro sentado esperaba que terminen los comensales
para recibir alguna sobra.
Durante todo el tiempo que
estuvimos aquí el clima fue cambiante, llegamos con un frio terrible y
llovizna, cerca de las 10.00 am el cielo se despejó totalmente y se sentía el
calorcito de los rayos solares pero eso no significaba que se sentía calor,
sino un abriguito nomás. Cerca del medio día nuevamente el cielo se cubrió de
nubes y hasta el momento que partimos hubo ligeras lloviznas intermitentes.
No existe mucha movilidad y fue
difícil salir. En la misma plaza había un carro que salía a Tarma pero tenía
que completar el número de pasajeros
para partir, lo cual demoró bastante tiempo, tal vez por la hora.
En San Pedro de Cajas no hay policías
ni comisaria, cuando pregunté el motivo me dijeron que hasta antes del 15 de
diciembre de 1,990 tenían comisaria, agencias bancarias, servicio de telecomunicaciones,
correo, cooperativas, etc. En la noche
de ese fatídico día mientras los alumnos de la promoción del colegio secundario
habían preparado su fiesta de promoción, irrumpió una columna terrorista
destruyendo el local municipal y los locales de las instituciones mencionadas
anteriormente. Nueve autoridades del distrito fueron asesinados en la plaza
principal ante la mirada atónita y de miedo de los pobladores, algunos de los
cuales lucían sus trajes de fiesta pues eran partícipes de la fiesta de
promoción que iba a realizarse esa misma noche. Ahora la comisaria más cercana se encuentra a 50 km de distancia, en el distrito de
Acobamba.
Es un típico pueblo de las
alturas de nuestro querido Perú, alejado
de las grandes ciudades, en donde las atenciones al turista en temas de infraestructura
son mínimas. Pero eso no es problema cuando se tiene las ganas de conocer y
disfrutar de un viaje a un nuevo destino. Todo se compensa con la amabilidad de
los sanpedranos, saludos y respuestas a mis preguntas recibo a cada instante,
haciendo que me lleve un grato recuerdo de este lugar.
Este viaje lo realicé en octubre
del 2,013 motivo por el cual algunos datos podrían haber cambiado a la fecha.
Cesar gracias por la información ahora para el 28 de Junio algunos amigos sampedramos me invitaron para la fiesta, me parece un frígido pero agradable lugar, saludos Jhorman
ResponderBorrarGracias por la info, iré a visitar una laguna que he visto por ahí algunos de tus datos me parecieron interesantes y me ayudan montón.
ResponderBorrarExcelente reportaje.
ResponderBorrarMUY BUENA DESCRIPCION DEL PUEBLO, DONDE ACTUALMENTE DE DEBERIA DESARROLLAR EL TURISMO COMUNITARIO
ResponderBorrarGracias por la información, lo visitaré el próximo año.
ResponderBorrarQue interesante dato, muy buen aporte sobre ese distrito que muy pocas personas la conocen. Como estudiante de Antropologia, ya me dio la curiosidad de saber mas sobre la infraestructura de las casas de ese distrito y tambien saber que cultura inflencio para esa arquitectura de cachipozo.
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