Estaba
en Pasco y pasado el mediodía partía el ómnibus que me traería de regreso a la
ciudad de Lima. Así que tenia media mañana para poder conocer algún otro lugar.
En mis planes iniciales de mi viaje al departamento de Cerro de Pasco estaba
conocer el distrito de Ninacaca porque había dos lugares que atrajeron mi atención: su iglesia y su camposanto.
El distrito
de Ninacaca es uno de los 13 distritos de la provincia de Pasco. Fue creado por Decreto Ley el 2 de Enero de
1857. Se encuentra a 32 Km. al Sur Oeste de la capital Cerro de Pasco, a una altitud de 4,200 m.s.n.m.
Junto
con mi hermano Carlos abordamos los autos que salen de una calle cercana al
terminal terrestre. El carro se dirige por la carretera que va de Cerro de Pasco a
Lima y después de 30 minutos de viaje aproximadamente hay un desvío a la izquierda que conduce a
Ninacaca. El costo del pasaje es S/.10 por persona.
Cuando
llegamos había un cielo parcialmente despejado cuyas nubes se fueron alejando conforme
transcurría la mañana. A pesar de la altura en que me encontraba la calentura
de los primeros rayos solares unidos al propio clima frio de la zona, creaban
en mí una temperatura muy agradable que me invitaba a quitarme la casaca.
El último
paradero de los autos es la plaza principal del distrito la cual es amplia,
limpia y bien cuidada. Tiene todo el
piso enlosetado, con jardines intermedios y una glorieta moderna de cemento
casi al centro.
Destaca
la construcción moderna de tres pisos con grandes ventanales del local municipal.
Ya
es costumbre para mi observar que en los pueblos que reciben el canon minero
se hacen modernas edificaciones para sus locales municipales. Son grandes
construcciones de concreto en muchos casos de varios pisos y grandes ventanales
cubiertos con vidrios de colores o polarizados que contrastan con las construcciones
modestas de adobe, techos de calaminas y tejas del resto del pueblo. Algunos
llaman a esto modernidad, pero si caminamos un poco más allá seguiremos viendo
la pobreza y la falta de desarrollo para cubrir las necesidades básicas de los
habitantes.
A un
costado de la plaza frente al municipio distrital se encuentra la Iglesia San
Pedro de Ninacaca. Fue construida en la época colonial entre los años 1,580 y
1,610 y consagrada a San Pedro, santo patrono de Ninacaca. La iglesia es de
gran belleza, toda la construcción es de piedra con una sola nave y sorprende ver que todo el techo está cubierto con paja.
Todo
el perímetro de la iglesia está conformado por un cerco de piedra y en cada
esquina hay una figura de piedra. Al lado izquierdo de la iglesia se encuentra
una torre del mismo material con una campana de bronce muy antigua posiblemente
de la misma época de construcción de la iglesia.
La
iglesia tiene el aspecto típico de las iglesias de los pueblos de la sierra
peruana, la conjunción de lo andino con lo español. Las piedras son unidas con
una armagasa de tierra, agua y posiblemente cal. Se encuentra
en un buen estado de conservación, se nota que la cuidan y le hacen un
buen mantenimiento.
Fue
reconocida como Monumento Histórico por el Instituto Nacional de Cultura con
Ley No. 9401 el 15 de Octubre de 1,941. Lamentablemente estaba cerrada y no
pude entrar, aunque dicen que el altar principal es todo de madera bañado en
pan de oro, guardando joyas y alhajas de oro y plata que fueron obsequiados por
los hacendados mineros de la época colonial.
Bordeando
el lado derecho de la iglesia encontramos un pasaje muy
pintoresco. Bonito, bien cuidado y muy limpio, donde destacan estatuas que
representan las costumbres y
actividades de los pobladores
ninacaquinos.
Una
placa con la imagen de un santo nos indica que este lugar es la alameda San
José de Ninacaca.
Por el pasaje también se tiene una estrada a la iglesia.
Regresamos a la plaza principal y vimos que se llenaba de alumnos de un colegio local, al parecer se iba realizar una ceremonia cívica. Por un costado de la misma nos dirigimos hacia el cementerio.
La
entrada muestra dos medios arcos que se unen simbólicamente al final del
camino. A mi modo de interpretar sería algo así como el inicio y final de la
vida y el camino que recorremos mientras vivimos, con sus alegrías y tristezas,
con sus éxitos y derrotas Dentro de ellas dos ángeles tocando trompetas
señalando lo importante que es la vida y la oportunidad que tenemos de
disfrutar de ella. Completa la vista la
puerta de entrada y una larga pared que marca límites al lugar y por la parte
trasera el límite es una gran montaña.
Cuando comencé a leer los apuntes que se daban sobre Ninacaca muchos de ellos hacían mención a su cementerio, el cual era único por las formas de las construcciones de sus tumbas. Antes de viajar había visto muchas fotos sobre el lugar pero cuando con mis ojos lo vi no pude dejar de sorprenderme mucho más. El colorido que presenta aquel Camposanto es algo que no lo he visto en ningún otro lugar del Perú. Aquí se entierran los muertos bajo tierra y no se pone ni una sola cruz sobre las tumbas, lo que hacen es construir réplicas de iglesias, palacios, estadios, municipios, carros, ambulancias y de todo lo que uno pueda imaginar.
Sobre las tumbas vi réplicas de los estadios de la U y Alianza posiblemente porque los difuntos tenían gran afición al futbol y eran hinchas de estos equipos. También había réplicas de Iglesias posiblemente porque el difunto tenía mucho fervor religioso. Otros tenían replicas de municipios, de palacios y el contraste con las rocas del cerro circundante es impresionante.
En
marzo de 1,989 un atentado terrorista
destruyó la cooperativa y alcaldía matando a diversas autoridades entre
ellos al presidente de la cooperativa y al alcalde. Los locales donde
trabajaban estas personas quedaron destruidas por las bombas, después del
entierro el pueblo construyó sobre sus tumbas réplicas en miniatura de las
mismas como un recuerdo a las
actividades que realizaban en vida. A partir de allí se hizo una costumbre
construir sobre la tumba del difunto la
réplica de algo que lo identificara. Recorrer sus caminos me llenó de admiración.
Sobre
el origen del nombre leí que deriva de la palabra “ninagaga” la cual está
compuesta por dos vocablos quechuas: “nina” que significa candela y “gaga” que
significa roca. Traduciendo se podría decir “roca de donde sale candela”, tal
vez porque existe una roca de color rojiza en donde las mañanas soleadas los
rayos de sol caen directamente sobre ella y su reflejo hace parecer una
llamarada. Con el tiempo el término Ninagaga se fue convirtiendo en Ninacaca
como se le conoce en nuestros días, pero más bonito suena su nombre original.
La
hora avanzaba y tenía que regresar a Pasco, pues como dije en un comienzo pasado
el mediodía partíaa el ómnibus que me traería de regreso a Lima, poniendo fin a
esta aventura de ir al departamento más alto del Perú, Cerro de Pasco.
Este viaje lo realice en setiembre del 2012, algunos datos
pueden haber cambiado a la fecha.
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