En el mes de Noviembre del 2,013
el Banco Central de Reserva del Perú puso en circulación una moneda más de la colección numismática “Riqueza y
Orgullo del Perú”. En esta oportunidad la moneda hacía referencia al Complejo
Arqueológico de Tunanmarca, en el
departamento de Junín.
Muchas veces he viajado a
Junín pero no había oído nada con respecto a este lugar, el motivo es que
siempre estuve por los diferentes pueblos de las márgenes derecha e izquierda
que conforman el Valle del Mantaro y Tunanmarca se encuentra al lado opuesto,
en el Valle de Yanamarca.
Planeamos el viaje con
anticipación y un día viernes en la noche me embarcaba desde el Terminal de
Yerbateros con mi hermano Carlos y mi primo Leo con destino a la ciudad de
Jauja, punto de partida de una nueva aventura por los pueblos y parajes del
Perú.
El viaje por la Carretera Central
transcurrió con normalidad y a las 5.30 am estábamos llegando a Jauja. Como ya
he relatado en otras oportunidades los ómnibus interprovinciales que van a
Jauja son los mismos que tienen como destino final la ciudad de Huancayo,
capital del departamento o región Junín. Estos carros hacen una parada en la carretera para el descenso
de los pasajeros que van hasta Jauja y luego prosiguen su viaje.
Desde este lugar caminamos tres
cuadras y llegamos a la entrada del terminal terrestre de Jauja, tomamos un
desayuno al paso, emoliente con sus panes y nos dirigimos a la zona donde
salían los carros con destino a Concho. Previamente nos aprovisionamos del
líquido elemento porque sabíamos que nos esperaba una larga y agotadora
caminata.
Abordamos una combi con destino
al distrito de Tunanmarca ubicado a 10 km de Jauja. Después de 25 minutos de
viaje por un camino asfaltado en muy buenas condiciones estábamos llegando a la
plaza principal del pueblo de Concho, capital del distrito. El costo del pasaje
fue de S/.1.50 por persona.
La plaza principal de Concho es
pequeña pero con muchos detalles, como por ejemplo una glorieta casi al centro;
esculturas de ollas de barro que sirven como grandes macetas; una gran tinaja
que sirve de oficina de información turística; un monumento al chasqui. Los
chasquis eran jóvenes preparados físicamente para recorrer distancias a través del
Qhapaq Ñan o camino inca; siempre llevaba un pututo para anunciar su llegada,
un quipu donde traía la información, una bolsa donde llevada objetos o
encomiendas, una vara, una honda y en la cabeza un penacho de plumas blancas
con una banderola.
En la iglesia se venera a la Virgen de la Natividad
considerada patrona de Tunanmarca. La Iglesia es simple pero llamó mi atención
la forma de cebollas que tienen las
cúpulas de sus dos torres. Posiblemente trataron de imitar las cúpulas bulbosas
o acebolladas de la arquitectura islámica y de las iglesias rusas.
Dentro del perímetro se encuentra
el local de la municipalidad de Tunanmarca, una construcción de tres pisos con
grandes ventanales cubiertos de vidrios azules que contrasta con las modestas casitas
del pueblo.
Otra gran construcción ubicada también
dentro del perímetro de la plaza principal es el local de la Comunidad Campesina
de Concho Tunanmarca. Son obras que resaltan en medio de la plaza principal.
Pero unos pasos más allá la
realidad del pueblo de concho, caminos de tierra sin asfaltar, sin veredas y
casitas de adobe con techo a dos aguas cubierto de tejas rojas.
Por la lectura de los relatos de
otros aventureros que llegaron al Centro Arqueológico de Tunanmarca sabía que
el viaje era largo y complicado, el cual recién pude dimensionarlo después del
viaje.
Estando en la plaza principal me
acerqué a un poblador para preguntarle por donde era el camino para llegar a
las ruinas de Tunanmarca. Desde un
comienzo me dijo que el viaje era largo y demoraba de 3 a 4 horas caminando a buen paso, por lo
tanto nos sugirió que contratáramos un auto con la finalidad de que nos acerque
lo más posible a las ruinas y desde allí iniciar el ascenso a la cumbre.
Intercambiamos ideas con mis
acompañantes de viaje y decidimos seguir la recomendación del amigo tunanmarquino,
de tal manera que esperamos en la plaza la llegada de algún auto. Cuando llegó un auto nos acercamos y pedimos
al chofer que nos llevara lo más cerca posible a las ruinas de Tunanmarca. El
costo por el servicio de ida fue de S/.20.00 por los tres.
Pasamos por las pocas cuadras que conforman en pueblo
de Concho y comenzamos el ascenso por
una carretera afirmada llena de curvas pero sin grandes precipicios. Los rayos
del sol ya comenzaban a calentar el ambiente, un cielo azul era presagio de un
gran día.
Finalmente después de 20 minutos llegamos al final de
la carretera, lugar hasta donde el auto
nos podía llevar. El chofer maniobró su auto con destreza para dar la media
vuelta en la misma carretera y regresar al pueblo.
Desde aquí iniciamos la caminata
hacía la cumbre del cerro Tunun en donde se encuentra el Complejo Arqueológico
de Tunanmarca. Casualmente deriva de dos palabras quechuas: “Tunan” que
significa “punta de cerro” y “marca” que significa “pueblo”. Uniendo ambos vocablos significaría “pueblo
en la punta del cerro”.
Luego de caminar 10 minutos
llegamos al inicio de un sendero empedrado que se abre paso en medio del ichu y
que comprende aproximadamente 300 metros
de extensión con la particularidad de que cada 100 metros han construido unos descansos con sombrillas, que sirven de
mucho en medio de la desolación de este lugar.
La noche anterior había estado a 200 msnm y en menos de 12 horas ya me encontraba sobre los 4,200 msnm. Comenzaba a sentir la altura, cada paso era fatigoso pero estába tan cerca que la ilusión de cumplir un nuevo objetivo me llenada de adrenalina para continuar el viaje, cargaba mi mochila al hombro y seguia subiendo rumbo a la cima.
Llegamos al tercer descanso en donde se acaba el camino empedrado, miramos la cumbre y observamos un camino marcado en la tierra, que seguramente es el camino formado por las pisadas de otros vistantes que también se aventuraron llegar hasta este lugar.
Seguíamos subiendo y el camino
marcado en la tierra también se acaba y comienzan caminos llenos de piedras en diferentes direcciones
en medio de pequeñas construcciones, es aquí donde se cumple con total realidad
el dicho de “camino se hace la andar”.
Llegamos a lo que se considera la
plaza principal del complejo, compuesto
por una pequeña explanada circundada por seis viviendas construidas alrededor.
El cielo por un momento se nubló amenazando con una lluvia que felizmente no se
dio.
Los pocos estudiosos del lugar señalan que antiguamente este lugar era conocido como
Siquilla, hoy se le conoce como Siquillapucara que significa “Fortaleza de Siquilla”,
pero que por su ubicación también es conocida como la ruinas de Tunanmarca.
El lugar fue poblado por los
Huancas y al igual que todas las poblaciones antiguas se encuentra en la cima de
un cerro, en este caso del cerro Tunun.
Las construcciones se hacían en la cima de los cerros como una medida de
defensa, permitían ver cuando alguien se acercaba pero también tenían el
problema de abastecimientos de alimentos y agua.
El complejo arqueológico abarca una extensión aproximada de 1.5 km llena de construcciones y caminos que datan de los años 1,100 dC cuando los Huancas Xauxas huyen dela invasión Yaru y construyen sus viviendas en la cima del cerro hasta que fueron conquistados por los Incas.
Algunas construcciones a pesar del tiempo transcurrido se muestran casi completas y otras han sido destruidas por el tiempo y el abandono.
Las viviendas son circulares con
un diámetro aproximado de tres metros por dos metros de altura. Con una puerta
trapezoidal de regular tamaño que para entrar tuve que agachar la cabeza, sin ventanas
y el techo seguramente estaba cubierto por ichu. Posiblemente estas
características tenían como objetivo impedir la entrada del viento helado y el
frio, protegiéndose de esta manera de las inclemencias del clima.
Las viviendas tienen una base circular
que ligeramente se va cerrando conforme va elevándose la pared.
Cuando desde la cumbre miraba hacía la parte de atrás lo que veía parecía una inmensa pampa, pero en realidad eran montañas y más montañas. Desde aquí solo quedaba mirar hacia abajo, si levantaba la vista solo se vía el cielo, el sol y las nubes, no había nada más, estaba en la cima de cerro Tunun.
Es declarado Patrimonio Cultural
de la Nación el 09 de noviembre del 2,000 considerándola como la “Unica Capital
de Gran Nación Wanka”.
Después de disfrutar del lugar,
de sentirme tan pequeño en la inmensidad, teníamos que iniciar el camino de
regreso. A nuestra vista teníamos la silueta serpenteante de la carretera por
donde habíamos venido con el auto.
Aquí no había nadie más que
nosotros tres, no había a quien preguntar que ruta seguir para el descenso.
Analizamos el panorama y decidimos que
teníamos que ahorrar camino abandonando la carretera y haciendo una vez más
nuestra propia ruta, en medio de tierra, ichu y algunas piedras.
Ahorramos tiempo al caminar por
las pendientes en forma casi recta evitando de esta manera las curvas de la
carretera. Pero no todo podía ser así,
corríamos el riesgo de perdernos, de tal forma que llegamos a un punto en donde solo nos quedaba
seguir caminando por la carretera.
Demás está decir que no
encontramos gente ni vehículo alguno que nos pueda sacar de allí, pero el
camino se encuentra señalizado con paneles informativos de tránsito en donde se
indican las formas de camino. Una cruz
al borde del camino sirve para pedir por una bendición y llegada feliz.
En medio del camino era igual seguir caminando hacia
adelante o dar marcha atrás, pero a estas alturas no hay marcha atrás, el único
camino que nos llevaría al pueblo era seguir caminando para adelante. Por la
altura no crecen grandes árboles y no hay un lugar donde protegerse del sol.
Habríamos caminado 4 Km.
aproximadamente hasta que llegamos al lugar en donde se encuentra el aviso de
señalización para seguir rumbo a las ruinas.
Normalmente estos avisos se encuentran cerca del lugar, pero en este
caso este aviso está muy lejos, seguramente si
alguien decide ir caminando desde un inicio y ve este cartel se motivará
y creará que ya está cerca, pero no es así, desde aquí se inicia un largo
camino.
Cuando en la plaza principal de
Concho se pregunta cómo llegar a las ruinas de Tunanmarca, los pobladores levantan
la mano señalando con dirección a una loma y dicen: Desde ese arco que se ve en
la cima seguir caminando por la carretera.
Realmente la moneda conmemorativa tiene dos figuras superpuestas: el arco y una de las construcciones que vimos
en la cima del cerro Tunun.
Es un lugar que también sirve como mirador desde donde se
aprecia el pueblo y sus parcelas de cultivo. Recién va comenzar la época de
lluvias por eso no se ve mucho verdor.
Mientras bajaba por el camino y
veía cada vez más cerca el pueblo,
meditaba que había sido una larga caminata y que si tal vez no teníamos la
ayuda del carro difícilmente hubiésemos llegado hasta las mismas ruinas.
Finalmente llegamos a una callecita
donde nos sentamos en cuclillas a descansar. Como
anécdota diré que mientras descansábamos apareció el amigo que nos sugirió
alquilar un auto para ir a las ruinas. Le comenté parte del viaje y lo bonito
que había sido caminar por aquellos lugares, nos recomendó otros lugares que
también deberíamos conocer.
Estábamos cansados y nos quedamos
a esperar algún carro que nos llevara de
regreso a Jauja. Después de media hora apareció una combi, subimos y nos fuimos
dejando atrás gratos momentos vividos en esta nueva aventura.
Este viaje lo realicé en Octubre del 2014, cualquier dato
puede haber cambiado a la fecha.
Este es un sitio que esta en mi agenda para visitar, muy buena información la que brindas, una consulta ¿Que tiempo te tomo caminar desde donde se termina la carretera y te deja el auto hasta las ruinas de Tunanmarca?. Saludos.
ResponderBorrarAproximadamente desde donde deja el carro será media hora, dependiendo del ritmo claro esta. Lo más complicado fue el regreso, nos tomó cerca de 2 horas. También puedes hacer que el carro te espere y te lleve de regreso a la ciudad.
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