Esperaba en la
plaza de Cangallo alguna movilidad que me traslade hasta el distrito de
Huancapi, mi nuevo destino marcado en mi ruta de viaje. Normalmente los autos
que vienen de Huamanga llegan hasta Cangallo, solo las combis llegan hasta
Huancapi. Después de esperar largo tiempo apareció la combi. Mucha gente bajó y
solamente yo la abordé en este punto, y en el vehículo quedaron dos personas, en
total solo éramos tres pasajeros con destino a Huancapi, paradero final de las
combis que cubren la ruta Huamanga-Cangallo-Huancapi, cuyas combis que parten
de Huamanga una vez se haya vendido todos los asientos disponibles, por lo
tanto no hay horarios fijos de partidas y llegadas.
Luego de 3
minutos cruzamos un largo puente sobre el rio Pampas pasando al otro extremo
del valle rumbo a Huancapi. El puente señala la división entre las provincias
de Cangallo y Víctor Fajardo. El distrito de Huancapi es la capital de la
provincia de Fajardo y se encuentra localizado sobre los 3,081 msnm.
El rio Pampas nace en el
departamento de Huancavelica, su origen esta en las lagunas de Choclococha y
Orccococha a 4,800 msnm sobre las mesetas andinas de la provincia de
Castrovirreyna. Después de bañar la margen izquierda de la provincia de
Cangallo y la margen derecha de la provincia de Fajardo, recogiendo a su paso
la unión de otros rios llega hasta Vilcashuaman para formar parte del límite
natural entre los depatamentos de Ayacucho y Apurímac. Finalmente las aguas del
rio Pampas se unen a las del rio Apurímac para hacerlo más torrentoso y en la
ruta de Abancay a Cusco formar el cañon del Apurímac, uno de los más profundos
del mundo.
Durante unos 8
minutos aproximadamente seguimos por una carretera al borde del rio disfrutando
de una vista espectacular. Un hermoso rio de aguas que a la distancia nos
parece de un color turquesa serpentea sobre bancos de arena blanca cubriendo
todo el ancho valle bajo un cielo de un color azul intenso. Este hermoso paisaje me alegraba, presagiaba
un bonito viaje y me llenaba de satisfacción sabiendo que había sido una buena
decisión escoger a Huancapi como un nuevo lugar a conocer.
Seguidamente la
ruta nos obliga alejarnos de las orillas del rio y comenzar la subida, siempre
por una carretera nueva que se encuentra en perfectas condiciones. El hábil
chofer, conocedor de la ruta, de cada curva del camino aceleraba su vehículo
sabiendo que no había nadie más por estas pistas, y así fue, no nos cruzamos ni
vimos algún otro vehículo durante el trayecto de Cangallo a Huancapi.
Solo una manada
de burros, asnos y algunos caballos que cubrían toda la pista, obligan al
chofer a detener su rauda marcha. Un
hecho muy recurrente en las carreteras del Perú que a veces me hace pensar
sarcásticamente que en los puntos más altos y alejados de las carreteras, ahí
donde no hay mucho tránsito vehicular, los pastores con sus animales son los
verdaderos dueños de las pistas.
En el camino
comienzo a observar algunas grandes rocas que solo la naturaleza pudo hacerlas
llegar o colocar en el lugar donde se encuentran. Desde la ventana de la combi
tomé una foto a esta gran roca, que para mi imaginación en ese momento me
parecía la cabeza de un cóndor. Sin embargo hoy con toda la tranquilidad del
mundo, la veo y trato de imaginar que se puede ver. Creo que también podría
simular la silueta de un monje. Seguramente cuando alguien lea mi narración y
vea la foto estará imaginando otras cosas y eso es bueno y algo natural, toda
la vida está llena de imaginación, desde cuando niños vemos alguna sombra o
escuchamos algún ruido y creemos que es un monstruo ahí esta nuestra presente
la imaginación en nuestra mente.
Imaginación que
de adultos nos lleva a descubrir inventos para suplir nuestras necesidades o
imaginaciones que nos ayudan en muchos casos a tomar decisiones, algunas veces
acertadas y en otras no. Imaginación que no la debemos perder con el paso de
los años y la debemos tener hasta los últimos días de nuestra vida.
El vehículo va
descendiendo lentamente y el paisaje va cambiando notoriamente, comienzan a
divisarse las parcelas de cultivo en señal inequívoca de que nos acercamos a la
ciudad y que el viaje estaba llegando a su destino final.
Después de 45
minutos el carro llega a la plaza principal de Huancapi. Veo un ambiente
tranquilo con una plaza pequeña pero muy bonita.
Los caminos
interiores que conducen a la parte central de la plaza están hechas con filas
de losetas color rojo y amarillo. El
ornato de la plaza es excelente, jardines bien cuidados, árboles recortados
adecuadamente, veredas limpias con tachos ubicados en las esquinas para
depositar los desperdicios. El único árbol grande es ese cedro que no se tala
nunca cuya historia comentaré más adelante.
Como siempre no
faltan las bancas, las cuales utilizo para un reparador descanso y desde allí
poder apreciar con tranquilidad y atención cada detalle del entorno.
Todos los
caminos conducen a la parte central de la plaza en donde han construido una
pileta, la cual cuando llegué no tenía agua, señal de que no la usan o que aún
falta terminar. Podemos observar claramente como la parte superior del techo
circular no está unido por la presencia de un gran cedro, símbolo de Huancapi.
En una de las
calles que conforman la plaza se ubica la Iglesia San Luís de Huancapi. Cuando
entré a la iglesia se encontraba un grupo de feligreses adornando la imagen de
San Pedro preparándola para la procesión del 29 de Junio. Les pregunté si este
era el Santo Patrón del pueblo y me contestaron que no. Me dijeron que el Santo
Patrón es San Luis y que en realidad no era un Santo sino un Rey de Francia. Me
contaron a groso modo una historia, diciéndome que el rey derrotado y pobre
llega por estos lares, por su vejez andaba apoyado sobre un bastón de cedro.
Llega a las orillas de una laguna donde finalmente muere. La laguna se seca y
del bastón de cedro crece un nuevo y frondoso árbol, formándose en este lugar
el pueblo de Huancapi. Los hechos de secarse la laguna y crecer un nuevo árbol
de un pedazo de madera seca sirven para atribuirle su santidad.
Es una
construcción sobria, con un frontis muy característico de las iglesias
serranas. Dos torres a cada lado que sirven de campanarios y una gran puerta
ojival la cual abren completamente en el mes de agosto para la salida de las
andas de San Luis Santo Patrón del distrito. En la parte superior dos ventanas
pequeñas, un reloj antiguo y la cruz completan el frontis.
El interior es
pequeño posiblemente suficiente para todos los habitantes. Dos filas de bancas,
un altar central y paredes de las cuales cuelgan pequeños cuadros de la vida de
Jesús completan la breve descripción del interior de la misma.
En el altar central han colocado
imágenes de santos y en el centro destaca un trabajo de madera.
En la entrada observo una
pileta antiquísima de piedra labrada con agua bendita. Los bordes deformados y
deteriorados demuestran su antigüedad, los que están en la iglesía me dicen que
es de la época colonial.
Cerca del altar
mayor han colocado una moderna pileta de mármol. Los feligreses que arreglaban
la iglesia me comentaron que esta pileta fue confeccionada y traída desde Lima
y es utilizada en los bautismos.
Dentro del perímetro de la
plaza principal encontramos el local de la municipalidad de Huancapi. Para mi
gusto está dentro de lo apropiado, una construcción de dos pisos terminado con un gran balcón a lo largo de
todo el borde del techo, sin ningún detalle que rompa el aspecto de todo el entorno.
Al fondo el cerro Tinca.
Aquí otra construcción moderna, el edificio
de la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) Fajardo.
En el centro de la
plaza existe un cedro que es como un monumento para los huancapinos, el cual
está relacionado con la historia de San Luis que me contaron y que he relatado
brevemente en párrafos anteriores. Muchas veces se intentó cortar este cedro
para hacer reformas en la plaza pero según dicen por “motivos divinos” las
personas encargadas de la tala enfermaron gravemente o murieron, atribuyendo dichos
sucesos a un castigo de San Luis. Hace unos diez años los huancapinos se
opusieron a la tala del cedro, la defensa del árbol tuvo connotaciones que
pasaron sus linderos dándose a conocer en todo el país y el mundo, desde
entonces se considera a Huancapi como “Capital Ecólogica del Mundo “
Las calles
adyacentes a la plaza muestran viviendas modernas de material noble y antiguas
de adobes que se alternan indiscriminadamente como una muestra de complemento
entre lo moderno y lo antiguo.
Las calles más
alejadas del centro, las que posiblemente corresponden a los primeros
pobladores son todas de adobe guardando en ellas la historia del pueblo.
Algunas de estas casas antiguas
tienen largos balcones de madera apoyados sobre listones de madera que también
sirvieron para construir el segundo piso. Las ventanas son de madera impidiendo
la entrada de la luz exterior.
Si bien es cierto algunas personas pueden construir sus viviendas de material noble pero eso no quita que mantengan sus tradiciones y creencias vigentes tal como lo muestra la siguiente foto. Una casa en la cual sobre el techo han colocado varias figuras artesanales de iglesias. En muchas casas de Ayacucho, sobre todo en Quinua, se acostumbra poner sobre el techo una pequeña iglesia o torito según las creencias con la finalidad de ahuyentar todo lo malo.
También hay bares, a falta avisos luminosos o de afiches no hay mejor solución que poner la propaganda y la tácita invitación en la pared.
Aquí también
encontramos un moderno terminal terrestre para el embarque y desembarque de
pasajeros el cual luce desolado, porque no hay mucha afluencia de vehículos y
porque la gente misma y los choferes no se acostumbran a tener un punto fijo de
llegada y partida. Cuando abordé la combi que me iba llevar de regreso a
Cangallo lo hice en la plaza principal. Después que subí estuvimos dando
vueltas por las calles por espacio de más de media hora, el chofer recogía
pasajeros en las casas particulares, algunas le decían que regrese en diez
minutos que todavía no estaban listos, otros subían y había que recoger bultos
en otro lugar, es decir me hicieron un “tours gratis” por las calles de
Huancapi antes de partir.
Finalmente el
chofer se animó a partir con el número de pasajeros ideales, es decir con todos
los asientos llenos. Una señora que traía uvas comenzó a invitar a algunos
pasajeros que estaban a su alrededor, me invitó y recibí agradecido. Ella decía
que las uvas se las había obsequiado un pariente y había que probarlas. En los
pueblos la gente es así de espontánea comparten lo poco que tienen; hacen un
comentario o una broma y todos los pasajeros nos reímos, casi no hay
conversaciones personales, escuchas algo y si gustas puedes opinar y nadie se
va molestar. En la capital no hubiese aceptado ninguna invitación de una
persona extraña, pues hay desconfianza y puede ser una trampa.
En el camino vi
que un grupo de 7 u 8 personas estiraban la mano en señal de querer abordar el
carro. La combi paró y yo me preguntaba a donde iba subir tanta gente. Los
pasajeros comenzaron a acomodarse para que subieran todos. Una pareja de
esposos que habían comprado tres asientos para que su hijo viajara cómodamente
sentado, paró a su hijo y lo sentó en sus piernas. No se qué más hicieron pero
al final todos habían subido y quedé sorprendido de estos gestos de
colaboración que permitieron que todos subieran.
Lleno de todas estas experiencias y
disfrutando nuevamente del paisaje de regreso terminé mi corta pero placentera
y aleccionadora visita al distrito de Huancapi.
El pueblo es
pequeño pero acogedor, hay algunos hospedajes con comodidades y uno que otro
restaurante. Lugar ideal para alejarse del bullicio de las grandes ciudades.
Este viaje lo
realicé en Junio del 2,015 por lo tanto cualquier dato podría haber cambiado a
la fecha.
Así de hermoso es mi pueblo, gracias por visitarlo 😊
ResponderBorrarhermoso HUANCAPI tierra del PUM PIN
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