lunes, 24 de octubre de 2016

AMPAY : AQUI ESTA


Cuando por primera vez vi la plaza principal de Abancay me pareció pequeña para ser la plaza principal de la capital de un departamento peruano. Pero la belleza, la armonía no se mide por su tamaño sino por otros detalles que hacen que al ver algo nos guste.

La plaza principal es muy bonita, con un buen ornato, todo el piso esta enlosetado. Grandes palmeras se encuentran en los jardines interiores compartiendo el espacio con otras plantas menores y flores de lindos colores. En el centro han construido una glorieta y en una de sus calles se ubica la catedral de Abancay.


 

El guardián protector de Abancay es el Nevado Ampay considerado por todos los abanquinos como el Apu centinela de la ciudad. Un lugar considerado como sagrado por los antiguos peruanos, teniendo en cuenta que en la antigüedad las altas cumbres eran consideradas como dioses importantes ante quienes se hacían ofrendas. Hoy en día en algunos lugares todavía se mantiene estas creencias, muchas veces he sido testigo de ceremonias de pedidos de permiso y entrega de ofrendas para ir o entrar a determinados lugares.

 
El 23 de julio de 1,987 mediante un decreto supremo el gobierno peruano crea el Santuario Nacional de Ampay. Hasta la fecha el Perú ha declarado 9 santuarios nacionales, que son: las Lagunas de Mejía en Arequipa, el Bosque de piedras de Huayllay en Pasco, Calipuy en La Libertad, el páramo  Tabaconas Nambelle en Cajamarca, las montañas de Megantoni en Cusco, la Cordillera Colán en Amazonas, los manglares de Tumbes, los bosques montanos tropicales de Pampa Hermosa en Junín y el Ampay en Apurímac.

 
Recordar que existen Parques Nacionales, Reservas Nacionales y Santuarios Nacionales, todo ellos destinados a proteger la diversidad natural de paisajes, pisos ecológicos,  flora y fauna existente en determinados lugares del país.

 
Estaba con mi hermano Carlos en Abancay y decidimos darle un vistazo a este lugar. Para ello abordamos un taxi con destino al distrito de Tamburco y de allí hasta la entrada al Santuario. La distancia desde el centro de Abancay hasta la misma entrada es de solo 5 km, la misma se cubre en unos quince minutos de viaje por un camino que en su mayor parte es solo afirmado.

 
Una vez en la puerta de acceso pagamos cada uno S/.5.00 por derechos de ingreso. Allí encontramos un panel de madera con el mapa de todo el santuario en donde se resaltan sus lugares más importantes.

 


El santuario cubre altitudes que van desde los 2,300 hasta los 5,100 msnm. Ello conlleva que se encuentren diversos pisos ecológicos.  Cada uno de ellos con sus climas propios y por ende con fauna y flora propias. También dentro de ella se encuentran bosques, nevados, lagunas y pinturas rupestres.

 
 
La subida no es un largo camino en donde poco a poco se va subiendo, se trata de subir el cerro en un zigzag de curvas cercanas, a cada paso se siente los efectos de la altura. Una sensación de falta de aire nos obliga a aspirar con más fuerza para llenar los pulmones de oxígeno, siento que los latidos del corazón se aceleran bombeando con más fuerza la sangre al cuerpo, se me seca la boca y los deseos de dar bocanadas de agua se incrementan. Seguimos subiendo y llegamos a  un panel en donde se lee que estamos a 2 km del Santuario Nacional de Ampay.

 
Nos dimos cuenta que hay mucho que caminar todavía  pero no nos amilanamos y junto con mi hermano Carlos seguimos subiendo  por un camino que se abre paso entre los arbustos que cubren todo el escenario, unas con otras las plantas luchan por tomar posesión de cada espacio de tierra disponible cual lucha titánica por la supervivencia.

 
 
Toda la zona está  llena de verdor por todos lados, el clima esta nublado lo cual no permite ver las cumbres de los cerros en donde seguramente en uno de ellos se encuentra el nevado Ampay.

 
 
El nevado Ampay se encuentra en la Cordillera Vilcabamba. Se extiende imponente desde los 4,600 hasta la cumbre a 5,252 msnm.
 
Una historia cuenta que  por aquí vivía un guerrero aimara que cuidaba a una nieta muy hermosa y antes que el ejército Chanka llegara a este lugar imploró a los dioses salvar a su nieta de la mano opresora, pero que no se vaya, que siempre estuviera presente, que la pudiera ver. Los dioses escucharon las súplicas de este valioso guerrero y salvaron a su nieta convirtiéndola en un hermoso nevado el cual hasta ahora podemos ver.
 
Otra historia cuenta que hace muchos años un joven guerrero tenía entre sus hijos a una niña que era muy inquieta y salía de la casa para jugar y se perdía por las cumbres. Sus padres y hermanos iban a buscarla por diferentes lugares y cuando alguno de ellos la encontraba gritaban ampay!, ampay!, que significa aquí esta!, aquí esta!.



Llegamos a un punto del camino desde donde se aprecia gran parte de la ciudad de Abancay. Es una especie de mirador natural que aprovechamos para hacer un descanso contemplando todo el valle con el rio Pachacaca, las calles con árboles y los típicos techos a dos aguas con sus tejas rojas de las casitas serranas, todo ello flanqueado por las altas cumbres de las Cordilleras Oriental y Occidental de los  Andes Peruanos.

 
 
Llegamos a otro letrero que nos indica que estamos a 10 metros del bosque de intimpas. Este bosque es considerado  la parte más importante del santuario y comprende una extensión de casi 600 hectáreas.

 
 
La intimpa es un árbol dioico, es decir que hay plantas machos y hembras. Para saber si un árbol es macho o hembra debemos observar varios árboles del mismo tipo. En cada caso las flores son diferentes, en los árboles machos las flores tienen estambres que es donde se produce el polen y en los ejemplares hembras las flores tienen pistilo que produce el fruto. Otra característica es el tamaño de la planta, por ejemplo en el caso de las intimpas, el tronco de los árboles hembras es más grueso que el de los árboles machos y las flores también son diferentes.
 
Por muchos años la intimpa fue talada para usar su madera de muchas maneras, situación que obligó a declararla una planta endémica cuya tala  está prohibida. Proteger esta planta y en particular el bosque de intimpas,  único en su género en el Perú fueron los principales motivos para crear el santuario de Ampay.
 
El nombre intimpa significa “árbol del sol” y  es la unión del vocablo quechua “Inti” que significa “Sol” y el sufijo “pa” que indica “pertenencia”.

 
 
Buscando en internet datos sobre la Intimpa encontré la transcripción del cuento N° 8 de la Dirección General de Educación Básica Regular del Ministerio de Educación del Perú,  que dice asi:
 
El bosque de Intimpa lloraba y lloraba. Un colibrí que por ahí pasaba escuchó su llanto. Se posó en la rama de uno de sus árboles y le preguntó: Intimpa ¿por qué lloras? El árbol de Intimpa respondió: Lloro porque cortan mis ramas, queman mis troncos. Lloro porque pronto desapareceré y a los nevados ya no veré. Lloro porque cuando caiga la lluvia el pueblo del niño ya no protegeré.
 
El colibrí entristeció y comenzó a llorar. Pasaba por ahí una wallata y escuchó al colibrí llorar. Se acercó volando a la rama y le preguntó: Colibrí ¿por qué lloras? El colibrí respondió: Lloro porque el árbol de Intimpa llora porque cortan sus ramas, queman sus troncos, porque pronto desaparecerá, a los nevados ya no verá y cuando caigan las lluvias el pueblo del niño ya no protegerá.
 
Entonces la wallata entristeció y comenzó a llorar. Pasó por ahí un zorrillo y escuchó a la wallata llorar. Entonces le preguntó: Wallata ¿por qué lloras? La wallata respondió: Lloro porque el colibrí llora, porque la Intimpa llora porque cortan sus ramas, queman sus troncos, porque pronto desaparecerá, a los nevados ya no verá y cuando caigan las lluvias el pueblo del niño ya no protegerá.
 
El zorrillo se puso triste y comenzó a llorar. Pasó por ahí la taruca esquiva, viendo al zorrillo llorar le preguntó: Zorrillo ¿por qué lloras? Lloro porque la wallata llora, porque el colibrí llora, porque la Intimpa llora porque cortan sus ramas, queman sus troncos, porque pronto desaparecerá, a los nevados ya no verá y cuando caigan las lluvias el pueblo del niño ya no protegerá.
 
La taruca se entristeció y se puso a llorar. Corriendo lloraba cuando un niño que entendía el lenguaje de las plantas y los animales escuchó el llanto de la taruca. Se acercó a la taruca despacito y le preguntó. Taruca ¿por qué lloras? Lloro porque llora el zorrillo, porque la wallata llora, porque el colibrí llora, porque la Intimpa llora porque cortan sus ramas, queman sus troncos, porque pronto desaparecerá, a los nevados ya no verá y cuando caigan las lluvias el pueblo del niño ya no protegerá.
 
El niño entonces entristeció y se puso a llorar. Lloraba tan fuerte que vino corriendo el hombre. El hombre que entiende y habla el lenguaje de los niños le preguntó: Hijo ¿por qué lloras? ¿Lloras de hambre? ¿Lloras de frío? Lloro de pena, dijo el niño, porque llora la taruca, porque llora el zorrillo, porque llora la wallata, porque llora el colibrí, porque la Intimpa llora porque cortan sus ramas, queman sus troncos, porque pronto desaparecerá, a los nevados ya no verá y cuando caigan las lluvias al pueblo a mí ya no protegerá.
 
El hombre que amaba al niño se preocupó. Entonces reunió a la gente del pueblo, conversaron. Todos juntos prometieron ya no cortar más árboles de Intimpa y cuidar el bosque. Y así lo hicieron.
 
Entonces el niño dejó de llorar. Y la taruca, el zorrillo, la wallata y el colibrí. El árbol de Intimpa también.
 
Ahora el bosque de Intimpa da refugio a los animales, protege y da alegría al pueblo. El árbol de Intimpa ya no llora, ahora se viste de fiesta, adorna las faldas de los nevados, ahora juega y ríe con el viento.

 
 
Después de caminar en subida por cerca de 1.5 kilómetros  tenemos la vista de la Laguna de Angascocha o laguna chica. La pequeña laguna se encuentra en medio del bosque de intimpas, casi todas las plantas que se ven son intimpas de diferentes tamaños, con un máximo de 3 metros aproximadamente, es un árbol ´pequeño.

 
 
Esta laguna tiene un color verdoso por las plantas que se encuentran dentro de ella. Se encuentra sobre los 3,250 m.s.n.m. Es el  punto medio del santuario con zonas planas alrededor de la laguna que muchos  visitantes lo usan para armar las carpas y pernoctar, para al día siguiente muy temprano seguir con el ascenso a la laguna grande.

 
 
Tomé unas piedras esparcidas sobre el suelo y construí mi apacheta. Un montículo de piedras colocadas una sobre otra como un recuerdo de mi visita a este lugar. Antiguamente tenían un valor sagrado, era una ofrenda que se hacía a la tierra o pachamama y a las montañas o apus. Hoy en día hacerlas es una  costumbre de los viajeros y caminantes que llegan a una meta o a lo que consideran  un lugar de difícil acceso. Es una forma de decir aquí llegue, aquí estuve. Los que hacemos viajes no acostumbramos destruir las apachetas construidas por otros viajeros, sino buscar nuestras propias piedras.

 
Más allá un aviso nos dice que si seguimos subiendo hasta los 3,750 msnm llegaremos a la Laguna Uspacocha o laguna grande. Estábamos cansados porque los días anteriores habíamos hecho otras caminatas, la subida había sido un poco exigente y no habíamos llevado carpas, entonces decidimos regresar con la esperanza de algún día volver y seguir subiendo.

 
 
De regreso por el mismo lugar donde comencé la subida. Al comienzo todo esta bonito con pedazos de piedras que permiten avanzar fácilmente, pero unos metros más allá se acaba y comienza la verdadera travesía por un camino de misterio que se abre paso entre el follaje y nos conduce a un lugar mágico lleno de belleza y ensueño.

 
 
En Abancay nació la heroína de la independencia Micaela Bastidas esposa de Tupac Amaru  y muchos otros personajes ilustres que dieron realce a esta tierra.  Ultimamente leí un poemario de Lucy Martinez Zuzunaga, poeta abanquina, algunas estrofas de su poema “Si preguntan por mí” dice asi:
 
Si alguna vez preguntan por mí,
contéstales que ya no existo,
que me perdí en el silencio
de todos mis desaciertos.
 
Si quieren saber donde fui
respóndeles sin temores
dí que entre las sombras me perdí
y cual fantasma vago incierto.
 
Que una mueca fría reemplazó
la sonrisa que antaño fue
y en los ojos solo brillan
tristezas de un amor lejano.
 
Si preguntan alguna vez,
diles que estoy en lo profundo
de mis inventados infiernos,
quemando sueños inconclusos.
 
Que no intenten encontrarme
dí que ya no vivo consciente
que mi olvido ya tiene tumba
y que mi cruz lleva tu nombre.
 
 
 
Este viaje lo realice en Octubre 2009   por lo tanto algunos datos pueden haber cambiado a la fecha. Increible como pasa el tiempo, han pasado siete años de este viaje y los recuerdos parecen recientes.

 

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