Es increíble ver como el tiempo
pasa tan rápido, pero los recuerdos perduran a través del tiempo mientras la
memoria sea lúcida. Hoy recurro a mi memoria para compartir un viaje que hice
muchos años atrás en busca de nuevos lugares que me permitieran conocer
nuevos pueblos del Perú y cuando no pensaba que un día podría compartir
mis recuerdos con la gente escribiendo en un blog.
Estaba en Cajamarca y me levanté
muy temprano, a las 5.am ya me encontraba en el paradero desde donde salían las combis con destino al
distrito de San Pablo. Una vez que se completó el número de pasajeros la combi
partió con rumbo a su destino final. En la oscuridad de la madrugada y con la
vía libre avanzábamos rápidamente.
Poco a poco transcurrían los
minutos y el camino se iba aclarando pese a las densas nubes que cubrían el
cielo cajamarquino. Por unos instantes se desató una persistente llovizna que pasó
desapercibida para los pasajeros acostumbrados a estas cosas naturales pero que
para mí no fue tanto así. Iba sentado en
el asiento de adelante junto al chofer y, veía como las gotas de agua caían sobre
el parabrisas del carro empañando la visión, una situación que solo se puede
vivir cuando se viaja a los pueblos de la sierra.
La ruta cuenta en su mayor parte
con una carretera nueva en muy buenas condiciones. Existía una parte del camino
que solo estaba afirmado, pero se observaba maquinaria pesada señal de que
estaban trabajando. Han pasado tantos años de aquel viaje que seguramente ahora
toda la carretera está terminada.
En una parte del camino se hizo
un alto y yo aproveché para perennizar el momento en una fotografía. El cielo
todavía no aclaraba completamente pero desde aquí se veían las cumbres de las
montañas.
Como la mayoría de los caminos
serranos gran parte del paisaje está lleno de verdor. Un paisaje tan diferente
a lo que veo a diario en la capital, un paisaje sin casas, sin edificios, sin
carros, sin gente, un paisaje que disfruto mucho en mis viajes.
En el camino pasamos por la “Cooperativa
Agraria de Trabajadores Atahualpa Jerusalén” que cuenta con 11,000 hectáreas de
tierras en donde se ha hecho una reforestación con el sembrado de pinos. Sin
duda una acción a imitar en otros lugares del país.
Después de casi dos y media horas
de viaje estaba llegando a San pablo. Un
arco nos da la bienvenido al distrito de San Pablo. Este arco es conocido como
el “Arco del Triunfo” en recuerdo a la batalla que se libró en esta ciudad y de
la cual comentaré más adelante.
San Pablo es uno de los cuatro distritos que conforman la provincia de San Pablo en el departamento de Cajamarca. Sus orígenes se remontan a épocas antiguas, pero como distrito fue creado por Ley el 21 de abril de 1,950 durante el gobierno del Presidente Manuel A. Odría. Se localiza sobre los 2,365 msnm.
Caminando llegué hasta la plaza
principal del distrito la cual es pequeña pero bien cuidada. Destaca es su
perímetro la Iglesia de San Juan Bautista San Pablo cuya construcción original
data del siglo XIX. El templo que ahora vemos fue restaurado en 1,995 siguiendo
su modelo antiguo. La iglesia termina en tres pequeñas torres que sirven de
campanario, al comenzar la torre central tiene un gran reloj y en ella se
venera a San Juan Bautista uno de los santos patronos de la ciudad.
Todo el piso de la plaza se
encuentra enlosetado delimitado con pequeños jardines interiores. En la parte
central destaca una pequeña pero muy antigua pileta de piedra que al verla nos
recuerda los muchos años de vivencia de este pueblo. Las casas son de adobes
con techos de tejas a dos aguas y pequeños balcones de madera.
Me senté a descansar en una de las bancas que existen dentro de la plaza donde seguramente muchos san pablinos y san pablinas se han sentado a descansar, a conversar o simplemente para dejar que las horas pasen disfrutando del entorno, acciones que difícilmente se puede hacer en las grandes ciudades dominadas por el tiempo, el apuro y el estres. Al fondo se observa una construcción conocida como la Ermita de San Juan o la Capilla de San Juan.
Cuando viajaba solo y llegaba a pueblos alejados de las ciudades
era difícil tomarse una foto, muchas veces no encontraba una persona para
pedirle el favor de tomarme una fotografía y en muchos casos las personas no aceptaban
porque decían no saber usar la cámara fotográfica. Este viaje fue uno de esos, pero tuve suerte
al conseguir una persona que me tomara una foto en la entrada al Complejo
Arqueológico Kuntur Wasi y de allí no vi a nadie más.
Avanzaba por un sendero lindo,
lleno de árboles y flores. Caminaba emocionado como un niño que espera abrir un
regalo, preguntándome en cada curva si esa sería la última, miraba a la derecha
e izquierda, quería ver el objetivo que me había hecho llegar hasta este lugar.
Seguía subiendo por el sendero y
después de aproximadamente 15 minutos de caminata vi por entre los árboles la
explanada de la parte central del complejo. Allí estaba mi objetivo que me había hecho
madrugar y aventurarme en este viaje a un lugar desconocido para mí: Complejo
Arqueológico Kuntur Wasi.
El complejo se halla en la cima
del cerro La Copa sobre los 2,300 msnm.
Los estudios señalan que data de 1,100 años AC. y durante su desarrollo
se encuentran varias etapas que van desde influencias pre-chavin hasta
cupisinique.
La palabra Kuntur Wasi deriba de dos vocablos quechuas,
“kuntur” que significa “cóndor” y “wasi” que significa “casa”. Uniendo ambos
vocablos sería algo así como “la casa del cóndor”.
En el complejo arqueológico se puede ver paredes y escaleras de piedra.
Durante las excavaciones se hallaron nueve tumbas funerarias, siete de ellas
pertenecían a la fase Kuntur Wasi y dos a la fase Copa.
En una de las tumbas de la fase
Kuntur Wasi se encontraba un personaje notable e importante, ello se
deduce por lo que se pudo encontrar en
la tumba, una corona de oro conocida como la corona de las 14 cabezas, llamada así por dos filas de 7 caras
colgantes en cada una.
Una segunda tumba contenía a un personaje con una corona de oro con cinco caras de felinos, dos colgantes y una nariguera de oro con motivos felinos. En otra tumba se encontraron restos de un personaje con orejuelas de oro. También se encontró un personaje con una corona de oro y pectorales repujados de jaguar. En la última tumba se encontró los restos de una anciana mujer con 21 láminas de oro y plata en forma de aves junto a más de 6,000 piedras de sodalita y grisasola, además de conchas de spondylus.
Una segunda tumba contenía a un personaje con una corona de oro con cinco caras de felinos, dos colgantes y una nariguera de oro con motivos felinos. En otra tumba se encontraron restos de un personaje con orejuelas de oro. También se encontró un personaje con una corona de oro y pectorales repujados de jaguar. En la última tumba se encontró los restos de una anciana mujer con 21 láminas de oro y plata en forma de aves junto a más de 6,000 piedras de sodalita y grisasola, además de conchas de spondylus.
En las tumbas de la fase Copa se
encontraron collares y pinzas de oro. Aquí se aprecia piezas de oro soldadas,
técnica de soldado que no se aplicó en la fase Kuntur Wasi. Todas estas muestras
se exhiben en el museo de sitio.
En total son cerca de 200 piezas
de oro finamente trabajadas que respaldan lo que dice un panel colocado cerca
del lugar en el sentido de que se trataría de las muestras de la orfebrería más
antigua de las Américas.
También se observa canales de
regadíos posiblemente para hacer ofrendas, porque los estudios señalan a este
lugar como un centro ceremonial donde se realizaban rituales, sacrificios y
ofrendas.
Aquí localizamos un monolito de piedra
con rasgos de felino similares a los monolitos de la cultura Chavín. Este
monolito es prácticamente el símbolo emblemático de Kuntur Wasi, lo encontramos
en muchos afiches que hacen referencia e invitan a conocer el lugar.
El monolito es el más grande de este lugar y el mejor conservado. Fue descubierto en 1,946 y se observa que tienen dos rostros gravados. Destaca el de la parte frontal que pertenece a un personaje de pie con rasgos de felino y dos tipos de ojo: uno redondo rodeado de una serpiente y el otro rectangular.
Más allá encontramos otros monolitos de piedras con gravados
más rústicos en comparación con los gravados del monolito anterior.
Un panel en la entrada señala las
excavaciones de Kuntur Wasi y en ella dice: “Desde 1,988 hasta 2,002 se han realizado
12 temporadas de excavaciones, las que han permitido revelar la historia del
centro ceremonial de Kuntur Wasi desde
su inicio hasta su abandono. Se han hallado evidencias de hasta cinco fases o
épocas las que se han denominado: Idolo, Kuntur Wasi, Copa, Sotera y
Cajamarca. Las labores desarrolladas
fueron producto de un esfuerzo conjunto de arqueólogos y trabajadores del
pueblo, quienes llevaron a cabo un registro y documentación minuciosos que
permitieron descifrar la complicada superposición de fases arquitectónicas y
recuperar importantes hallazgos como las ocho tumbas que contenían objetos de
oro. Estas serían una muestra de la orfebrería más antigua de las Américas. “
La fase Idolo abarca de 1,100
-800 AC, la fase Kuntur Wasi cubre los años 800-500 AC, la fase Copa comprende
del 500-250 AC y la última etapa 250-50 AC. En cada una de las etapas el centro
ceremonial se fue modificando hasta su abandono.
En la parte baja existe un museo
de sitio en donde se exhibe muestras de lo encontrado en las excavaciones como
cerámicas, piezas de oro, piedras, huesos y piezas líticas muy bien labradas. También
planos del lugar y fotos de los procesos de excavaciones y de los momentos importantes
de los descubrimientos. Visitar este museo es imperdible, es más importante y
admirable que visitar el mismo recinto por las maravillas que se puede
apreciar. Recomiendo no dejar de visitar el museo.
En el perímetro de la plaza
principal de la ciudad de Cajamarca se puede encontrar agencias de turismo que
ofrecen sus servicios para conocer este lugar, pero como es mi costumbre yo lo
hice por mi propia cuenta, utilizando el transporte público. Es importante leer
antes sobre el lugar que vamos a visitar para entender y comprender con mayor
facilidad lo que vemos o lo que dice el
guía.
El 5 de diciembre del 2,012 en
banco Central de Reserva del Perú pone en circulación una moneda de la
colección numismática “Riqueza y Orgullo del Perú”. En esta oportunidad esta moneda representaba
al departamento de Cajamarca y en ella se observa parte del centro ceremonial
Kuntur Wasi destacándose la figura del monolito descubierto el 1.946. En la
parte superior de la moneda se hace mención a la fase KUNTUR WASI S. XI – III
a.C.
La guerra con Chile fue dura y
sangrienta, muchos humildes peruanos ofrendaron su vida por la patria. A lo
largo de todo el Perú, en pueblos de la costa, sierra y selva encontramos
vestigios y recuerdos de aquellos héroes anónimos que no dudaron en enfrentarse
al opresor, aun sabiendo que estaban en desventaja y que iban a una muerte
segura.
El 13 de Julio de 1,882 en este
lugar se desarrolló una batalla, en donde un grupo de peruanos ataca la guarnición chilena apostada en esta ciudad
haciendo replegar a las tropas chilenas a la costa. Ante esta situación los altos mandos
militares chilenos envían nuevas tropas a San Pablo en busca de los soldados
peruanos. Cuando los chilenos llegan a
San Pablo los defensores peruanos ya se habían retirado a las alturas de las
cordilleras. En represalia las tropas chilenas atacan el pueblo destruyendo e
incendiando las casas y cometiendo abusos contra la población. Emoción de estar en el mismo lugar donde se desarrolló la batalla.
En la guerra con Chile muchos jóvenes tomaron las armas y perdieron la vida. En el campo donde se desarrolló la batalla se ha construido un obelisco en memoria de tres estudiantes del Colegio San Ramón que perdieron la vida. Ellos fueron José Manuel Quiroz, Gregorio Pita y Enrique Villanueva.
En mis viajes me
gusta entrar a los mercados, ello me permite ver y descubrir nuevos productos, algunas
costumbres y características de los pobladores como por ejemplo su rasgos y
vestimenta. También me permite ver como
es la forma de vender, por ejemplo en muchos pueblos no se vende de acuerdo a
un peso, no hay balanzas, lo que hacen
es formar rumas o montoncitos colocando los productos unos encima de otros y de
acuerdo al tipo de producto y al tamaño del montoncito tiene un precio.
En el mercado de
San Pablo vi esta curiosa forma de colocar los panes dentro de una canasta de
venta de panes, de acuerdo a la venta los panes son retirados de las columnas
en forma ordenada de tal manera que en ningún momento se aprecia un desorden.
Este viaje lo hice en junio del 2,010, han pasado más de
seis años y a la fecha muchos datos
pueden haber cambiado.
Que hermoso, iré muy pronto por allá. César Promo, soy Marisol García. Espero contactarte.
ResponderBorrar