Había planeado
un viaje las ciudades de Oxapampa y Villa Rica, para ello primero tenía que
llegar a Chanchamayo. Las dos ciudades
pertenecen al departamento de Pasco y cuando escuchamos Pasco siempre lo
relacionamos con un lugar minero de frio extremo, pero es importante señalar que
Pasco va desde las altas punas hasta la selva tropical y que una gran parte del
departamento está compuesto de relieve tropical, especialmente en toda la provincia
de Oxapampa.
Partimos junto
a mi hermano Carlos desde el Terminal de Yerbateros en un ómnibus
interprovincial cuyo destino final era la ciudad de La Merced. Después de un largo tramo de camino de subida
serpenteante desde la costa hasta los Andes peruanos, pasamos en la madrugada
por el abra de Anticona más conocido como Ticlio (4, 818 msnm), el punto más
alto de la ruta. De allí comenzamos el descenso hasta La Oroya (3,750 msnm).
En esta ciudad
la carretera central que va desde Lima se ramifica en tres rutas de acuerdo a
los distintos puntos de destino de la zona centro del Perú: a Huancayo, Tarma y
Cerro de Pasco vía Junín. En nuestro
caso el ómnibus tomó la ruta hacia Tarma (3,050 msnm) y comenzó el descenso
pasando muy temprano por esta ciudad.
Luego llegamos
a San Ramón (815 msnm) y aproximadamente a las 6.00 am estábamos arribando al
terminal terrestre de La Merced (751 msnm), capital dela provincia de
Chanchamayo, departamento de Junín. Habíamos recorrido unos 310 km desde Lima
en unas 7 horas aproximadamente.
La Merced es
la capital del distrito de Chanchamayo y de la provincia del mismo nombre y es
muy común oír los dos nombres cuando se refieren al mismo lugar. Se puede decir
que La Merced es el punto de entrada a la zona de selva del departamento de
Junín y Pasco.
En el terminal
terrestre de La Merced podemos encontrar transporte público para las diferentes
ciudades y pueblos que se encuentran más adentro: San Luis de Suaro, Yuranaki, Perené,
Pichanaqui, Satipo, Oxapampa, Villa Rica y muchos otros. Desde estos lugares se
pueden continuar viaje en autos y lanchas a pueblos y caseríos que se localizan
en plana selva.
Abordamos inmediatamente
una combi con destino a la ciudad de Oxapampa, recuerdo que compramos algunos
panes y desayunamos en el mismo vehículo. Estaba contento porque iba a conocer
nuevos lugares, pero algo comenzó a sonar mal cuando los pasajeros exigían al
chofer que partiera de una vez y este decía que de nada iba servir partir ahora
pues más allá ya no había pase.
Lo que temía
se hizo realidad, saliendo de la ciudad pasando el distrito de San Luís de
Shuaro el tránsito estaba restringido y no había pase debido a la construcción
de la carretera a Oxapampa. Pero esta restricción fue comunicada con anticipación,
la mayoría de las personas sabían que se estaba construyendo esta importante
carretera, lo malo era que yo no estaba enterado ni remotamente de esta situación.
No había pase hasta las 9 am y no era ni las 7 am.
La gente salía
de los vehículos y aprovechaban la situación para reunirse en grupos y
conversar de cualquier tema, lo que se buscaba era hacer que el tiempo pasara
de la mejor manera. Las vendedoras sabiendo de estas demoras programadas con
anticipación aprovechaban para hacer su negocio, dulces, galletas, agua, refrescos,
sanwiches, desayunos con tamales y hasta comida se ofrecían a lo largo de la
fila de vehículos que conforme pasaba el tiempo iba creciendo más y más.
En el corto
trayecto que habíamos realizado me había percatado que pasamos por un pueblo.
Aproveché la inesperada situación para caminar de regreso y llegar hasta el
pueblo que minutos antes habíamos pasado.
Se trababa del
distrito de San Luis de Shuaro, el primer pueblo que aparece en la ruta a
Oxapampa. Posee una catarata conocida con el nombre de Sanshirio pero en esta
oportunidad solo llegue hasta la plaza principal debido a la situación
inesperada que encontré.
Por fin
después de casi dos horas de espera que pareció toda una eternidad se
restableció el tránsito para alegría de todos los que estábamos en la combi y
seguramente para los ocupantes de los otros vehículos. El aburrimiento por la
espera comenzó a desaparecer cuando tenía ante mis ojos el bello paisaje del
valle de Chanchamayo con el rio Perené formando meandros mientras discurre sus
aguas en medio de los cerros llenos de verdor.
Todo el camino
está lleno de una exuberante vegetación con algunas curvas en donde ligeramente
se va subiendo hasta llegar a los 1,814 msnm.
La carretera cruza la Reserva de la Biósfera Oxapampa-Asháninka-Yánesha.
Las reservas
de biosfera a diferencia de las reservas naturales protegidas, están diseñadas
para conservar los recursos naturales con un uso sostenible de los mismos. Considera
dentro de ellas áreas naturales terrestres y acuáticas, con su fauna y flora,
buscando una relación equilibrada entre los seres humanos que la habitan y la
naturaleza.
Esta reserva
se registró en el 2,010, pertenece al departamento de Pasco y comprende el
Parque Nacional Yanachaga Chemillén, las Reservas Comunales de Yánesha y El
Sira, así como el Bosque de Protección de San Matías de San Carlos. En total
son 1 millón 800 mil hectáreas protegidas por el Estado como ya lo dije en el
párrafo anterior con la finalidad de conservar la flora, fauna y comunidades
indígenas que se encuentran comprendidas dentro de su territorio, aprovechando
de manera sostenible de los recursos naturales de la zona.
Nosotros
bajamos en un caserío al borde del camino conocido con el nombre de La Cañera,
distante a unos 14 km de la ciudad de Oxapampa, 25 minutos más de viaje y estaríamos
llegando a Oxapampa. El costo del pasaje fue de S/.6.00. Desde aquí es el punto
de partida para iniciar la caminata a la Catarata El Tigre.
El camino se inicia por un
sendero plano en medio de plantaciones de granadillas. Todo alrededor está
lleno de verdor, un paisaje típico de la zona de ceja de selva. Se conoce con
el nombre de ceja de selva o selva alta al conjunto de bosques densos,
lluviosos y nubosos de las montañas localizadas al oriente de los Andes
Peruanos. Básicamente se encuentra comprendida desde los 600 msnm llegando en algunos
casos a montañas de hasta los 3,000 msnm.
Al comienzo el camino es ancho y
hay varios senderos porque cada uno conduce a las entradas de los ranchos
cercanos. Lo que debemos hacer es seguir de frente por el sendero que nos
conduce al pie de la montaña. En muchos casos las cataratas que se localizan en
la selva peruana se encuentran en propiedades privadas.
Luego el camino se hace angosto y
comienza la subida. Realmente la subida es moderada y fácilmente lo puede
realizar cualquier persona. Lo que si se puede observar es que el lugar está
compuesto de bosques con una vegetación muy densa producto de las lluvias. Tener
en cuenta que el clima tropical húmedo y el fuerte calor sofoca y cansa más.
Cruzamos un puente de madera sobre
el rio para pasar al otro extremo del camino que nos conducirá hasta la
catarata.
De no haber camino todo esto
sería una montaña con una exuberante vegetación llena de árboles difícil de
caminar. Cada cierto tiempo se da mantenimiento al camino porque la crecida de
las plantas hace que el angosto sendero se vaya cerrando hasta casi
desaparecer.
Subía caminando a paso firme por
el sendero rumbo a la catarata. De pronto comienzo a escuchar cada vez con más
fuerza el ruido que hace el agua al caer desde una gran altura sobre las
piedras. Y allí estaba ante mis ojos la catarata El Tigre, el motivo por el
cual había hecho este viaje.
La catarata es una caída de un
torrente de agua libre de unos 30 metros aproximadamente. Son 2.5 km que nos separan de la carretera. Llegar hasta aquí toma
unos 40 minutos más o menos a paso moderado. Se encuentra a la mitad del cerro
sobre los 1,850 msnm. El ingreso es libre no tuve que pagar ningún costo.
Debemos tener mucho cuidado al
caminar por aquí ya que conforme nos acercamos a la catarata el camino es
barroso y las piedras húmedas son resbalosas. Venir a estos lugares
relativamente escondidos y pocos difundidos es por cuenta y riesgo de cada
visitante, un mal paso y caemos, y de aquí nadie nos saca sino es por nuestros
propios medios.
El nombre de la catarata se debe
a que en época de crecida del rio la gran cantidad de agua que cae sobre la
roca encerrada en este pequeño cañoncillo emite un sonido similar al rugido de
un tigre. Los lugareños cuentan que descubrieron esta catarata hace muchos años
atrás porque escucharon el rugido de un tigre y siguieron el sonido para darle
caza pero se dieron con la sorpresa de que no era un animal sino una catarata
de donde salía el rugido, de allí su nombre.
Se ha construido un puente
rústico teniendo como base los troncos de árboles desde donde se puede apreciar
la catarata en todo su esplendor. Un momento de descanso para disfrutar del
lugar y después, como todo tiene su final, iniciar el camino de regreso a la
carretera para continuar el viaje a Oxapampa.
Al hacer la bajada tomamos otro sendero y llegamos hasta un
puente peatonal colgante.
El puente colgante es un puente
que tiene dos estructuras de concreto en cada extremo desde donde se sujetan
varios cables de acero. Sobre los cables de abajo se coloca el tablero del
puente o lo que es el camino mismo del puente generalmente compuesto de pedazos
de madera. Siempre es necesario poner barandas de seguridad a cada lado porque
los puentes colgantes se mueven al paso de los peatones y algunas personas
necesitan un apoyo para poder cruzarlos. Estos movimientos en algunas personas
causan un gran temor hasta el grado de no querer cruzarlos
El puente fue inaugurado en agosto
del año 2,005 según consta en la placa recordatoria colocada en uno de los
arcos de concreto que sirve de base al puente.
Cuando llegamos a La Cañera no
había gente a quien preguntar sobre la ubicación exacta de la catarata.
Caminamos siguiendo la flecha del letrero que se encuentra al borde la
carretera.
Vimos que en los exteriores de una
casa dos motos y que la puerta estaba abierta. Nos dirigimos hacia ella y
encontramos a dos albañiles que hacían su trabajo en esa casa. Nos indicaron el
lugar donde estaba la catarata y la forma como llegar. Se ofrecieron llevarnos hasta cierto punto en
sus motos lo cual nos alivió en parte la caminata de ida.
Si uno hace el viaje por su
cuenta y no utiliza los servicios de una agencia de turismo, la llegada de
movilidad puede tardar bastante tiempo y en algunas ocasiones hasta horas. Los
tours se pueden contratar en La Merced y Oxapampa.
Al regreso nuevamente nos encontramos
con el bloqueo de la vía. En esta oportunidad de parada y espera fue en el Puente
Paucartambo. Así se le conoce a un asentamiento humano perteneciente al
distrito de Villa Rica, provincia de Oxapampa.
Las rústicas viviendas se
encuentran a ambas orillas del rio Paucartambo y están unidas por un puente que
da nombre al asentamiento.
Si bien es cierto vi mucha pobreza en este lugar, también es cierto que disfruté de momentos agradables, los paisajes naturales en este lugar son espectaculares. Los niños pasaban la tarde jugando a tirar sus hilos de pescar bajo el puente.
La gente aprovecha para hacer
negocios en pequeñas tiendas o de forma ambulatoria vendiendo refrescos y
comida. Un letrero nos indica que si seguimos por la izquierda llegamos en 44
km a Oxapampa y si seguimos por la derecha llegamos a Villa Rica en 23 km.
Nosotros no teníamos que seguir ni a la derecha ni a la izquierda sino tomar el
camino que nos llevaria de regreso a La Merced.
En este viaje me encointré con situaciones inesperadas,
pero son estas situaciones no planificadas los que le dan un plus adicional a
estos viajes. Tengo entendido que ahora el camino está señalizado, entran vehiculos hasta cierta parte.
Este viaje lo realicé en agosto del 2,011 y muchas cosas
a la fecha han cambiado. En octubre del 2,017 fui de nuevo a Oxapampa y pude
ver que la carretera ya esta totalmente termianda y que la movilidad es mas
fluida con un servicio de combias que parte cada media hora desde los
terminales terrestres de La Merced y Oxapampa.
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