Vivo en la ciudad de Lima,
capital del Perú y siempre escribo sobre mis viajes realizados a lugares pocos
conocidos del interior del Perú. La idea es dar a conocer que cualquier lugar
tiene algo especial que ofrecer al turista ya sea nacional o internacional.
Pero Lima también tiene lo suyo, por eso en esta oportunidad escribiré sobre un
lugar histórico de la ciudad pero que pocos limeños lo han visitado
personalmente, en la mayoría de los casos lo han visto en fotografías.
Se trata de un hermoso jardín
conocido con el nombre “La Alameda de los Descalzos”, una ancha y larga avenida
llena de jardines de unos quinientos metros localizado entre las calles Jirón
Villegas y el Jirón Chiclayo en el distrito del Rímac a unas nueve cuadras
aproximadamente de la plaza de Armas de Lima.
La historia de este lugar se
remonta al año de 1,611 fecha en que el virrey Juan de Mendoza y Luna, marqués
de Montesclaro terminó de construir lo que en esa época se conocía como “La Alameda
Grande”, un gran jardín al mismo estilo de los grandes jardines públicos que se
construían en esa época en España y Europa.
Posteriormente fue reconstruida
en 1,770 por el virrey Manuel Amat y Juniet y se comienza a llamar “Alameda de
los Descalzos”. El nombre se debe posiblemente porque por esta alameda
transitaban los padres franciscanos sin zapatos es decir con los pies descalzos
camino a su iglesia que quedaba en una de las calles de la alameda.
Si leemos un poco notaremos que a
través de todos estos años el lugar está lleno de historias que varían de acuerdo
a la época en que suceden los hechos. Por ejemplo, están las historias de los
amantes furtivos o el paseo de las tapadas limeñas o las historias románticas como
las del Virrey Amat y Juniet y la Perricholi.
Pero no solo tiene historias románticas
sino también tenebrosas, como aquellas que cuentan que en las noches, pasan por
la alameda fantasmas de viudas, suicidas, personas que murieron en la
Inquisición.
Durante toda su existencia la
Alameda tuvo cambios de diseños, al principio en la época colonial constaba de tres
calles, dos laterales para los carruajes y una central para los peatones. También
la historia dice que en algún momento había tres fuentes de agua, donadas por
el ciudadano Agustín Hipólito de Landaburu y ocho hileras de árboles que
ofrecían a los paseantes sombra y frescor. Este personaje fue un funcionario colonial,
dos veces Alcalde Ordinario de Lima y constructor de la Plaza de Acho.
Más tarde en 1,856 durante la
época republicana el presidente Ramón Castilla la transformó como hoy la vemos e
hizo colocar puertas y una reja perimetral de hierro fundido en forma de puntas
de lanza traídas desde Inglaterra, de 500 metros de largo por cada lado y 20
metros por cada frente.
En enero del 2,016 se terminó la última remodelación que se
ha hecho a este lugar histórico colocándose varias bancas de mármol alineadas
en los costados del camino central.
También se refaccionaron los 50 jarrones
maceteros de hierro fundido y las farolas a lo largo del camino central. La
iluminación artificial de las farolas en las noches, las estatuas, las bancas,
los jarrones y los jardines interiores le dan un toque de misterio y
romanticismo.
Pero lo más sorprendente del
lugar son las 6 estatuas que se encuentran en la portada de ingreso y las 12
estatuas de Mármol de Carrara que se encuentran en el interior de la alameda y
que representan los 12 signos del zodiaco y los 12 meses del año. Las estatuas
fueron traídas desde Europa en un tiempo en que la corriente cultural consideraba
a la cultura griega como símbolo de un adelanto en las artes y la cultura.
En la actualidad toda la alameda
gira a temas de la mitología griega, formadas por un conjunto de leyendas y
mitos que forman parte de la Antigua Grecia. La mitología griega es compleja y difícil
de entenderla en su totalidad porque está llena de una serie de personajes y
hechos, tales como los dioses, semidioses, titanes, monstruos, engaños y
guerras. Los dioses del panteón griego adoptaban figuras humanas y
personificaban las fuerzas del Universo y al igual que los hombres, los dioses
helenos eran impredecibles.
Antes de escribir este relato he
leído mucho sobre la mitología griega y lo que otras personas han escrito en la
internet. Sin embargo, he podido notar que en algunos casos los detalles de las
historias no coinciden exactamente con la descripción de los dioses que
representan las estatuas de la Alameda. Pero no quiero entrar en
contradicciones y seguiré tomando en cuenta el nombre del dios al cual
representa cada estatua, de acuerdo con lo que la mayoría de gente que escribe
sobre el tema considera como válido.
Algunas partes de los relatos los
he copiado tal como lo han escrito otras personas por que al leerlas me pareció
que eran muy claras y se entendían bien. En otras tuve que hacer algunas correcciones
para que según mi criterio sean mejor entendidas y en otras he tenido que
narrar la historia después de haber leído varias anotaciones del tema. Al final
es la historia, los hechos no se pueden cambiar, solo explicarlo tal vez de una
manera más clara y entendible, nada más se puede hacer.
Dicho esto, comencemos con la
descripción de las estatuas que se encuentra en la portada de ingreso en donde
sobre seis pilares descansan seis dioses griegos.
La primera escultura de los
pilares de la portada frontal contando de izquierda a derecha es de la diosa
romana Flora, diosa de las flores y los jardines. Nació como una ninfa que fue
divinizada por los griegos con el nombre de Cloris.
La mitología griega cuenta que un
día de primavera la ninfa Cloris paseaba por el campo y fue vista por Céfiro,
el dios del viento, quien de inmediato quedo prendado de su belleza. El dios al
enamorarse profundamente de la ninfa decide raptarla y para legitimar su acto
decide casarse con ella. Tras las nupcias y como recompensa por su amor y
comprensión Céfiro le hace entrega a Cloris del reino de las flores de los
jardines y los campos de cultivo, otorgándole también un jardín en el que
siempre seria primavera.
Su festividad es conocida con el
nombre de “Floralia”, que se celebraba a fines de abril o a principios de mayo.
Simbolizaba la renovación del ciclo de la vida, marcada con bailes, bebidas y
flores. En esta escultura se la representa portando ramos de flores en las
manos.
La segunda escultura es de la
diosa romana Diana, diosa de la caza, protectora de la naturaleza y la Luna. Asociada
con los animales salvajes y el bosque, teniendo el poder de hablar y controlar
a los animales.
En la mitología griega es
equivalente a Artemisa, hija de Júpiter y de Latona. Nació junto a su hermano
gemelo Apolo. Su nacimiento fue proveniente de una infidelidad de Júpiter.
Cuando Juno la esposa de Júpiter se entera del embarazo decide vengarse de
Latona y sus hijos. Decreta el exilio del universo de su rival, y prohíbe a
todas las tierras acogerla en el momento del parto. Juno secuestró a Nona la
diosa de los partos para evitar el nacimiento, aún así se logró distraer a Juno
para que liberase a Nona. Condenada a una huida perpetua, Latona inicia un
periplo sin final a través de la Tierra, y consigue encontrar un refugio
temporal en la isla de Delos, donde da a luz a Diana y Apolo. Diana nació
primero y esta ayudó a nacer a su hermano Febo, conocido en la mitología griega
como Apolo.
Diana obtuvo el arco y las
flechas de su padre Júpiter y también le pidió a su padre que le concediera
algunos deseos, entre ellos pidió no tener que casarse nunca, un par de
sabuesos con orejas gachas, ciervos que hicieran rodar su carruaje y ninfas que
le acompañaran en sus cacerías, así Diana permaneció casta al igual que sus
ninfas. Por eso Diana también era conocida como la diosa virgen del parto y las
mujeres. Era una de las tres diosas damas, junto con Minerva y Vesta, que juraron
no casarse nunca.
En la mitología era una de las
diosas más adoradas y veneradas de los romanos. Tenía una belleza sin igual, de
aspecto joven y virginal, pues decidió voluntariamente mantenerse pura para
siempre. Se cree que Diana no era una Diosa benévola y que por el contrario
poseía un carácter vengativo y cruel, no dudando ni por un momento en destruir
a quien hacía desafiar su furia. Cuando se veía insultada por hombres los
convertía en ciervos y enviaba a sus sabuesos a matarlos, en caso de ser
insultada por mujeres les causaba dolores de parto, o la muerte como castigo.
En la escultura de la alameda
porta un arco y lleva la mano derecha hacia la espalda como sacando una flecha
del carcaj, a la vez que expone desnuda la mama derecha
La tercera escultura del ingreso
a la Alameda se la identifica con Chronos, dios griego considerado el padre de
Zeus y dios del tiempo.
En la mitología griega se dice
qué gracias a su unión con Ananké, diosa de la inevitabilidad. alrededor del
huevo primigenio dieron lugar a la materia sólida y que a esta la dividieron en
tres partes: tierra, cielo y mar, provocando así la creación del universo
ordenado.
De esta forma Ananké y Cronos
permanecen siempre unidos y son conocidos como las fuerzas del destino y el
tiempo, guiando la inevitabilidad en el curso de los cielos, y el inevitable
paso del tiempo. Es por ello que son el origen y controladores de otros dioses
futuros como el propio Zeus. Su unión con Ananké dio lugar a cuatro hijos:
Caos, Éter, Érebo y Fanes considerados también dioses primigenios, predecesores
del origen de la vida.
La estatua de la Alameda se
encuentra junto al pie derecho del personaje se puede observar un reloj de
arena símbolo de tiempo.
La cuarta estatua de la portada
de ingreso a la Alameda es Zeus en la mitología griega y Júpiter en la
mitología romana. Es considerado el Supremo dios del Olimpo, la divinidad más
importante de todo el panteón griego, hijo del titán Cronos y de Gea.
Es conocido como el padre de los
dioses, soberano de mortales e inmortales y ante él todas las criaturas,
humanas y divinas, se someten. Su ámbito de influencia es el cielo en todas sus
manifestaciones: la luz, las nubes, las tormentas y los truenos. Sentado en su
trono y portando en su mano un cetro rige los destinos del universo, en
ocasiones benévolo, en ocasiones implacable.
El dios Crono, señor del tiempo,
hijo y asesino del dios Urano, había escuchado un oráculo según el cual él
mismo sería destronado por uno de sus propios hijos, tal y como el mismo Crono
había hecho con su padre. Para evitar el cumplimiento del oráculo, Crono
decidió devorar a todos los hijos que engendrará su esposa y hermana Rea. La
Diosa Rea es una de las Titánides hija de Urano y Gea la diosa madre, sus
atributos son la fertilidad y la naturaleza femenina.
De este modo, el dios Crono se
comió a sus hijos Deméter, Hera, Hades y Poseidón recién nacidos. La diosa Rea,
harta de ver cómo todos sus hijos morían tras el parto, decidió urdir un engaño
contra su esposo: daría a luz en secreto al siguiente y entregaría en su lugar
a Crono una piedra envuelta en pañales para que la devorara.
El engaño surtió efecto. Crono se
tragó la piedra convencido de haber devorado a uno de sus hijos. El recién
nacido Zeus fue ocultado por su madre en la isla de Creta, donde fue criado por
la cabra Amaltea y la ninfa Adamantea.
Algunos historiadores señalan que
durante la niñez de Zeus los Curetes bailaban y golpeaban los escudos en torno
al bebé para que no se escucharan sus llantos. Según otros, dado que Crono era
el soberano del cielo y la tierra, se colgó la cuna del niño de la rama de un
árbol, de forma que estuviese a medio camino entre el cielo y la tierra y
pasara desapercibido a su padre. De este modo pasó la infancia de Zeus, que creció
como un niño fuerte y vigoroso.
Una vez que llegó a la edad
adulta, Zeus decidió enfrentarse a su padre Crono y reclamar el trono que le
correspondía. Tras derrotarle, obligó a su padre a que vomitara a todos los
hijos que había devorado. Cronos regurgitó a todos los hermanos de Zeus: Hades,
Poseidón, Hestia, Hera y Deméter.
Junto con sus hermanos, Zeus
inició una larga guerra conocida como la “Titanomaquia”, para arrebatar el
control del universo a los titanes, aliados de Crono. También se le conoce como
“Guerra de Titanes” o “Guerra Titánica”, una serie de batallas libradas durante
diez años entre las dos razas de deidades muy anteriores a la existencia de la
humanidad: los Titanes, luchando desde el monte Otris, y los dioses Olímpicos,
que llegarían a reinar en el monte Olimpo. Los titanes fueron derrotados y
confinados en la región más profunda del infierno, el Tártaro, un sitio
tormentoso de eterno sufrimiento, en las entrañas del Inframundo, similar al
Infierno del Cristianismo.
Una vez consolidado su poder,
Zeus se repartió el universo con sus hermanos varones. A Poseidón le concedió
el gobierno de los océanos y las aguas. A Hades el mando sobre el mundo de los
muertos. Para sí mismo, Zeus se reservó los cielos y el título de soberano,
padre de dioses y hombres.
En la estatua de la alameda en la mano derecha
del personaje se puede observar un rayo símbolo del dios.
La quinta escultura del ingreso a
la Alameda representa a la diosa romana Ceres o su similar en la mitología
griega Deméter, hija de Cronos y de Cibeles. Diosa protectora de la
agricultura. Se dice que fue ella quien otorgó a los hombres el conocimiento
sobre las técnicas agrícolas, así como el tratamiento del trigo y la
elaboración del pan. También se la considera la responsable del florecimiento
de árboles y plantas.
Tenía doce dioses menores a su
cargo para ayudar en las diversas tareas agrícolas, cada uno encargado de una
labor determinada: Vervactor se encarga de poner la tierra en barbecho,
Reparator es quien la regenera, Imporcitor es el encargado de arar los surcos
anchos, Insitor es quien siembra, Obarator es quien ara los surcos más
superficiales, Occator es quien la escarifica, Sarritor la escarda,
Subruncinator la airea, Messor es quien recoge la cosecha, Conuector es el que
transporta la cosecha, Conditor es quien guarda y almacena y finalmente
Promitor es el encargado de distribuirla.
La mitología cuenta que en una
ocasión fue Poseidón el dios griego del mar o Neptuno para los romanos, quien
se enamoró perdidamente de Ceres, y ella en un intento por escapar tomó la
forma de una yegua, pero Neptuno supo del engaño dándose cuenta de la
transformación y se transformó en caballo. El caballo Poseidón violó a la yegua
Deméter que quedó embarazada y pasado el tiempo dio a luz dos vástagos: el
caballo Arión y a una niña, conocida como Despena. El caballo Arión era
maravilloso y además de ser el más veloz gracias a sus pezuñas negras, tenía
las crines del color del mar, era inmortal y tenía el don de la palabra.
En la estatua de la Alameda el
personaje porta sobre el hombro izquierdo el trigo.
La sexta y última escultura de
los pilares del ingreso a la Alameda se la identifica como Hebe, diosa de la
juventud, hija de Júpiter y Juno. Hija de Zeus y Hera, pertenecía a la segunda
generación de los dioses, hermana de Ares e Ilitía. En la “familia divina”
desempeña el papel de criada o de la “hija de la casa”, era conocida como la
ayudante de los dioses.
Ella era quien servía la bebida
de los dioses en el Olimpo, el néctar de los dioses. Estaba encargada de bañar
y vestir a su hermano Ares, a su vez, tenía la obligación de ayudar a su madre
a atar los caballos de su carruaje. suele danzar con las Musas y las Horas al
son de la lira de Apolo.
Hebe tenía el poder de manipular la juventud de los mortales. Ella rejuveneció a su anciano sobrino Yolao durante un día para que este pudiese matar a Euristeo.
Hebe tenía el poder de manipular la juventud de los mortales. Ella rejuveneció a su anciano sobrino Yolao durante un día para que este pudiese matar a Euristeo.
También hizo envejecer a los
pequeños hijos de Alcmeón para que estos pudiesen vengar la muerte de su padre
en manos de los hijos de su madrastra.
Durante el tiempo que fue la
copera de los dioses, permaneció virgen. Ya que era la hija favorita de Hera
nunca nadie la pudo tocar.
Después que Deyanira envenenase a
su esposo Heracles y este ascendiera al Olimpo, Hebe fue asignada como nueva esposa
de Heracles y y tuvieron dos hijos: Alexiares y Aniceto. Estos permanecieron
siendo niños para siempre al ser hijos de la diosa de la juventud
Hebe al haberse casado y ya no
poder cumplir con sus labores como ayudante de los dioses, fue sustituida por
el joven príncipe Ganímedes. Siendo raptado por Zeus, Ganimedes pasó a ser
quien se convertiría en el nuevo copero de los dioses griegos.
Otra historia cuenta que Hebe fue
relevada de sus funciones de copera luego de haber tropezado durante un
banquete. Cayendo al suelo de manera inapropiada enfureció a su padre. Esta
vacante fue otorgada al Joven amante del dios supremo Zeus, Ganímedes.
En esta escultura se la
representa como una joven doncella que viste el peplo griego, la clásica túnica
femenina que llevaban las mujeres de la antigua Grecia. Lleva en sus manos la
jarra y la copa de su función de escanciadora del néctar de los dioses.
En cada uno de los seis
pilares de la parte frontal de la alameda y por los cuatro costados de los
pilares se puede observar en relieve de metal el Escudo Nacional del Perú, complementado
con haces de banderas y trompetas. Una
leyenda bajo el escudo lleva la siguiente inscripción: REPUBLICA PERUANA.
En algunos pilares de la entrada
se han colocado placas recordatorias de mármol en donde se señala la historia
de su construcción inicial y sus posteriores cambios de diseños y
remodelaciones. Una de las placas dice asi:
"Mandó hacer esta Alameda Grande y Paseo el Excelentísimo Sr. Don José de Mendoza y Luna - Marqués de Montesclaros - Virrey, Gobernador y Capitán General de estos dichos reinos de el Perú, tierra firme y Chile siguiendo el modelo de la que se encuentra en Sevilla en los reinos de España el año de MDCXI.
Mandó hacer en esta Alameda tres pilas de piedra el año de MDCXX.
El cabildo Justicia y Regimiento de esta ciudad.
Se mandó plantar en los jardines capulíes, aromos, ñorbos y jazmines. Y renovar las fuentes siendo Virrey el Excm. Sr. Don Manuel de Amat y Junyent.
Año de MDCCLXX. "
"Mandó hacer esta Alameda Grande y Paseo el Excelentísimo Sr. Don José de Mendoza y Luna - Marqués de Montesclaros - Virrey, Gobernador y Capitán General de estos dichos reinos de el Perú, tierra firme y Chile siguiendo el modelo de la que se encuentra en Sevilla en los reinos de España el año de MDCXI.
Mandó hacer en esta Alameda tres pilas de piedra el año de MDCXX.
El cabildo Justicia y Regimiento de esta ciudad.
Se mandó plantar en los jardines capulíes, aromos, ñorbos y jazmines. Y renovar las fuentes siendo Virrey el Excm. Sr. Don Manuel de Amat y Junyent.
Año de MDCCLXX. "
Otra Placa en una de las base de un pilar de la entrada principal dice:
"Se remodeló íntegramente esta Alameda por Decreto Ley del 19 de Enero de MDCCCLVI, dado en la Casa de Gobierno por el Presidente de la República y Mariscal del Perú Don Ramón Castilla y Marquesado.
Se incorporaron 12 estatuas de mármol traídas de Italia que representan el zodiaco, 100 jarrones de fierro y se trajo de Inglaterra una verja del mismo material instalada por Don Gaspar Rvegg.
Después de años de abandono se remodeló íntegramente esta Alameda gobernando esta capital su alcalde el Ilm. Sr. Don Luís Castañeda Lossio. Enero MMXVI. "
“Déjame
que te cuente, limeño, déjame que te diga la gloria, del ensueño que evoca la
memoria, del viejo puente, del río y la alameda…”, compuso Chabuca Granda en
1950. "Del puente a la Alameda menudo pie la lleva que se estremece al ritmo de sus caderas" dice otro fragmento de la canción "La Flor de la Canela". Una placa de mármol colocada en otro de los pilares de la parte frontal
nos recuerdo tal hecho. La placa dice asi:
"ALAMEDA DE LOS DESCALZOS, conocida en todo el mundo gracias a la hermosa canción de Chabuca Granda LA FLOR DE LA CANELA. Nuestra Alameda de los Descalzos es Patrimonio de la Humanidad. La recuperación de sus rejas, jarrones y faroles, de sus estatuas y bancas de sus pisos ha sido realizada respetando su diseño original de 1,556. Se ha construido también una réplica de los tres puentes construidos en 1,611 que se entregan a la ciudad el 15 de diciembre de 1998. José Carlos Navarro Lévano. "
"ALAMEDA DE LOS DESCALZOS, conocida en todo el mundo gracias a la hermosa canción de Chabuca Granda LA FLOR DE LA CANELA. Nuestra Alameda de los Descalzos es Patrimonio de la Humanidad. La recuperación de sus rejas, jarrones y faroles, de sus estatuas y bancas de sus pisos ha sido realizada respetando su diseño original de 1,556. Se ha construido también una réplica de los tres puentes construidos en 1,611 que se entregan a la ciudad el 15 de diciembre de 1998. José Carlos Navarro Lévano. "
Es hora de entrar por la puerta principal para conocer un
poco más de este bello lugar.
La parte central en un largo y ancho camino de losetas de
piedra.
En medio camino, en el piso mismo se ha colocado una placa
de la Municipalidad de Lima.
En el interior de la alameda se
encuentran doce estatuas en dos filas de seis estatuas cada una. Como dije en
párrafos anteriores siempre se les ha identificado a las estatuas como los 12
meses de año, con los 12 signos del zodiaco y con los dioses del Olimpo.
La primera escultura del lado
derecho es el signo de Libra y está representado por el dios griego Hermes,
hijo de Zeus y la pléyade Maya, y el segundo más joven de los dioses olímpicos.
En la mitología romana Hermes es identificado con el dios Mercurio.
Se le describe como rápido y
astuto, moviéndose libremente entre los mundos mortales y divino. Se le
representa como un emisario o mensajero de los dioses; un intercesor entre los
mortales y lo divino, y conductor de almas a la otra vida. Hermes es el dios de
los comerciantes, pastores y los ladrones, pero también el dios del arte, de la
intelectualidad, la oratoria y el ingenio, la literatura y poesía, el atletismo
y el deporte la didáctica y la sabiduría.
En algunos mitos, es un
embaucador y se aprovecha de otros dioses para su propia satisfacción o por el
bien de la humanidad. Sus atributos y símbolos incluyen el herma, el gallo, la
tortuga, el bolso o zurrón, las sandalias y el casco alado. Su símbolo
principal es el caduceo latino, que aparece en forma de dos serpientes rodeando
un bastón alado.
En la escultura de la Alameda
lleva un libro bajo el brazo en cuya caratula se observa a la diosa de la
sabiduría Atenea, sosteniendo una rama de olivo que es un signo distintivo de
ella.
La primera escultura del lado
izquierdo es el signo de Escorpio, representado por el dios Eros. En la
mitología era el dios griego del amor y la fertilidad. Su equivalente romano
era Cupido.
En la historia de la mitología
griega, Eros es el principal responsable del amor homosexual, el patrón del
amor entre hombres. A diferencia de Afrodita, que presidia por el amor de los
hombres por las mujeres. Su estatua podría estar establecida en las palestras.
Las palestras eran uno de los principales lugares donde se reunían los hombres
con sus amados. También los espartanos hacían sacrificios en su honor antes de
la batalla.
Hay versiones variadas sobre su
nacimiento. En un principio se consideraba nacido a la par de Gea y del Caos.
También se piensa que nació del Huevo Original engendrado por la Noche, cuyas
dos mitades al romperse formaron el cielo y la tierra respectivamente.
También hay dudas en cuanto a
quienes son sus padres, en algunos mitos era hijo de Niceto y Erebo, también se
decía que fue hijo de Afrodita y Ares, pero según Platón fue creado por Poros
que simboliza la abundancia y por Penia que representa la pobreza, en el
cumpleaños de la diosa Afrodita. Esto explica los diferentes aspectos del amor.
Hay un cuento que narra la lucha
por el amor y la confianza entre Eros y la princesa Psique, cuyo nombre significa
“alma” y “mente”.
Afrodita estaba celosa debido a
que la mortal Psique era muy guapa, y debido también a que los hombres estaban
dejando de ir a los altares de Afrodita para empezar a adorar en su lugar a Psique,
una simple mujer. Entonces ordenó a Eros que la hiciera enamorarse del hombre
más feo del mundo. El propio Eros se enamoró locamente de Psique y la llevó a
su casa.
Su débil paz fue arruinada por la
espontánea visita de las celosas hermanas de Psique, las cuales hicieron que ésta
traicionase su confianza. Eros herido,
la expulsó y Psique vagó por la tierra, buscando el amor que había perdido. Eros y Psique tuvieron una hija que se
llamaba Hedoné, cuyo nombre está relacionado con el significado del placer y el
deseo sexual, y en algunos lugares la consideraban la personificación de la
lujuria.
En la estatua está representado
por un joven doncel, vestido con corta túnica y coronado de flores. Sujeta un manto en actitud de colocárselo para
ocultarse de su amada ya que ella no debe verlo y porta en su mano derecha un
ramo de flores que lleva, según la mitología griega, a su amada Psique. El
escorpión que identifica al signo se puede observar en el tronco al lado
derecho de los pies de la escultura.
La segunda escultura del lado
derecho es el signo de Piscis,
representado por el dios Poseidon. Considerado uno de los principales dioses
del panteón clásico. Junto a Zeus y
Hades, Poseidón tomó parte en el reparto de las áreas de influencia de los
dioses sobre el universo, correspondiéndole el gobierno de las aguas marinas y
subterráneas.
Poseidón es, por tanto, el señor
de los mares y los océanos. Sin embargo sus poderes no terminaban aquí, pues,
según una tradición muy antigua, Poseidón era también el responsable de los
terremotos y los movimientos de tierras, ya que para los griegos el mundo
flotaba sobre las aguas subterráneas.
Poseidón era uno de los hijos
varones de Cronos y Rea. Recordar que anteriormente escribí sobre Cronos y que
para evitar que uno de sus vástagos le destronara como él mismo había hecho con
su propio padre, devoraba uno a uno a todos sus hijos a medida que éstos iban
naciendo. De este modo acabó Poseidón engullido por su propio padre.
Otras versiones más tardías del
mito nos cuentan que Poseidón se salvó de este destino gracias al engaño
perpetrado por su madre, Rea, que salvo al pequeño junto a su hermano Zeus,
poniendo a ambos a salvo de la ira de Cronos. Diodoro de Sicilia cuenta que el
pequeño Poseidón fue escondido en la isla de Rodas, donde fue criado por los
telquines, nueve hermanos con cabeza de perro y cola de pez. Los telquines eran
grandes conocedores de la metalurgia y el arte de la herrería, y, cuando el
pequeño Poseidón creció, fabricaron para él la que sería su arma predilecta: el
tridente.
La estatua representa a un joven
semidesnudo con signo de los peces contrapuestos al costado izquierdo al pie de
la escultura. Esta es una de las esculturas más dañadas de la serie, habiendo
perdido la mano derecha donde probablemente llevaba un tridente.
La segunda escultura de la
izquierda corresponde al signo de Sagitario, representado por el dios Urano. Conocido en la mitología griega como el dios
del cielo y en la mitología romana era llamado Caelus. Era hijo y esposo de
Gea, la madre tierra. Se dice que fue concebido por Gaia sola, sin embargo,
otras fuentes dicen que Aether es su padre.
Urano y Gea fueron los
progenitores de la primera generación de Titanes que fueron Crió, Ceo,
Hiperión, Jápeto, Océano, y Crono. Sin embargo, sus hijos menores resultaron
ser monstruos como los cíclopes Arges, Brontes y Estéropes, gigantes de un solo
ojo y gigantes de cien brazos y cincuentas cabezas.
Urano detenía a sus hijos en el
seno de su madre cuando estaban a punto de nacer ya que este se avergonzaba de
ellos, por lo que Gea ingenio un plan para vengarse de él, así que le pidió
ayuda a los Titanes, pero solo Crono estuvo dispuesto ayudarla. Gea talló una
hoz de pedernal y se la dio Crono, este la uso para castrar a su padre y
arrojar los genitales tras él. Las gotas de sangre derramadas de los genitales
dieron como fruto a las Erinias y Ninfas, y cuando los genitales de Urano
fueron lanzados al mar produjeron una espuma de la cual nació Afrodita.
Como escribí en párrafos
anteriores Crono encerró a su padre Urano en el Tártaro junto con los cíclopes
y hecatónquiros a quienes también les temía, convirtiéndose así en el rey del
universo. Por lo que Urano predijo que los Titanes serian castigados por su
traición, anticipando la victoria de Zeus contra Crono.
Se dice que Urano no podía
soportar la fealdad de sus hijos Cíclopes y Hecatónquiros, por lo que les
encerró en el Tártaro, lugar sombrío y tenebroso en el centro de la Tierra.
Este lugar se identifica con el vientre de Gea, porque ella es la Tierra. Es
decir, los devolvió al vientre de su madre, lo que causó un gran dolor a Gea.
A partir de entonces la Tierra ya
no volvió a ser “cubierta” por el Cielo en las noches. Éste, mantendría su
lugar para siempre. Y se da el fin de la procreación inicial.
En la estatua de la alameda el
signo zodiacal esta tallado debajo del manto en el que sostiene flores y
frutos. Urano es el dios titan de los cielos y del espacio infinito, y lo
reconocemos por el manto de estrellas con el que se cubre.
La tercera escultura a la derecha
corresponde al signo de Aries, representado por el dios griego Ares o Marte
para los romanos. Hijo de Zeus y Hera,
uno de los escasos frutos legítimos de este matrimonio. Ares era el dios de la
guerra, entendiendo esta actividad como violencia desatada y sin control. Como
tal, es representado como un guerrero fuerte, alto y terrorífico, siempre
armado y dispuesto para la batalla, amante de las trifulcas y el derramamiento
de sangre.
Los griegos no fueron muy devotos
seguidores de este dios, al que apenas rindieron culto en algunos santuarios.
Los romanos, sin embargo, asimilaron al dios Ares con su propia divinidad de la
guerra, Marte, un dios muy popular que estaba en la esencia del carácter romano
y que incluso participó en la leyenda de la fundación de Roma como padre de
Rómulo y Remo
La principal relación que
involucró al dios Ares tuvo como compañera a la diosa Afrodita. Pese a que ésta
estaba casada con el dios Hefesto, asqueada de la fealdad de su esposo, la
diosa del amor no tardó en fijarse en el más apuesto dios de la guerra, Ares.
De este modo, Afrodita y Ares iniciaron una relación adúltera de la que ningún
otro dios tenía conocimiento. Sin embargo, el engaño no duró mucho. Helios,
dios del sol, que desde lo alto del firmamento contempla todas las actividades
de dioses y mortales, descubrió la infidelidad de Afrodita y corrió a la fragua
de Hefesto para revelarle al dios el engaño.
Hefesto decidió urdir un engaño
para humillar a su esposa y al amante de ésta. En su fragua tejió una red de
plata irrompible. En un momento en el que Ares y Afrodita estaban copulando en
el lecho, Hefesto les sorprendió y arrojó sobre ellos la red mágica. Los amantes
quedaron atrapados por el artefacto. Hefesto, para humillarles y dejar patente
la traición de su esposa, llamó a todos los dioses para que contemplaran sus
cuerpos desnudos entrelazados. Afrodita, avergonzada, suplicó a su esposo que
la liberara, prometiendo romper su relación con Ares. Hefesto, ablandado por
las súplicas de su esposa, decidió retirar la red y terminar con el suplicio al
que había sometido a los dos amantes.
De estas relaciones adúlteras de
Ares con la diosa Afrodita nacieron dos hijos: Fobos y Deimos. Los dos vástagos
del dios de la guerra acompañaban a su padre en las batallas, siendo Fobos la representación
del miedo y Deimos la representación del terror, dos sentimientos íntimamente
relacionados con los conflictos bélicos.
Otra de las relaciones amorosas
del dios de la guerra está relacionada con la fundación de la ciudad de Roma.
Los romanos consideraban que el dios Marte era uno de los antepasados de su
pueblo, lo cual explicaba el éxito que siempre había acompañado a Roma en su
expansión militar por Italia y el Mediterráneo.
En la estatua de la Alameda el
signo se encuentra en el pecho de la escultura. El dios de la guerra se
encuentra debidamente representado por un joven guerrero con su armadura y su
actitud de coger su espada, listo para la batalla. El carnero, símbolo de este
signo zodiacal, se encuentra en el peto de la armadura.
La tercera escultura a la
izquierda es el signo de Tauro, representado por el dios Dionisio para los
griegos o Baco para los romanos. Conocido
como el patrono de la agricultura, era el Dios del vino y la vida. Hijo de Zeus
con una mortal de nombre Sémele, por eso Dionisio nació como un semidiós.
Hera, al enterarse del romance de
Zeus con una mortal fue a donde esta, para decirle que su hijo era de uno de
los dioses Olímpicos más respetados de todos.
Sémele dudando de la palabra de
la diosa pidió a su amante que le mostrara su verdadera forma, al hacerlo, los
rayos y truenos que Zeus provocó terminaron por matar a la mortal, pero este
logro salvar al niño que yacía en su vientre, ya que aún era prematuro, Zeus lo
mantuvo en su muslo y de esta forma tuvo su segundo nacimiento.
Un día, unos campesinos en las
afueras de Frigia encontraron a un anciano borracho deambulando por las calles,
al entrar a la ciudad, este fue reconocido inmediatamente como Sileno, el padre
adoptivo y preceptor de Dionisio. Fue
llevado ante el rey de Frigia, Midas, quien lo cuidó y pidió que se encargaran
de él hasta la llegada de Dionisio quien durante un tiempo lo estuvo buscando
desesperadamente.
Al hallarlo con Midas, Dionisio
ofreció conceder un deseo cualquiera que fuese en agradecimiento. La avaricia
de Midas lo llevó a pedir al joven Dios el poder de convertir lo que tocase en
oro, don que le fue concedido.
Al probarlo y ver que funcionaba,
Midas ordenó hacer un gran banquete en honor al Dios. Cuando intentó probar
bocado, Midas se vio que absolutamente todo lo que tocaba se convertía oro,
entonces oró nuevamente al joven dios para que lo liberara del don que tanto
había codiciado y este, apiadándose de él, le ordenó bañarse en el rio Pactolo,
liberándolo así de su maldición.
Dionisio fue un hombre hermoso,
lo cual lo condujo a tener amoríos con muchas mujeres. Algunas de ellas diosas
y otras mortales. Mantuvo relaciones con Afrodita, de la que nacieron Cárites,
Himeneo y Príapo. Con Altea, quien concibió a Deyanira. Con Ariadna, que tuvo a
Enopión, Toante, Estáfilo y Pepareto. Cirse y con la diosa primordial Nix.
En la estatua de la Alameda se le
reconoce por la copa de vino que sostiene en la mano y por los racimos de uva
que coronan su cabeza. El signo zodiacal Tauro se encuentra representado por un
toro descansando a los pies de Dionisio.
La cuarta escultura de la
izquierda es Virgo y está representado por el dios Hermafrodito.
La mitología dice que cierto día Hermes y Afrodita se
miraron intensamente. Y descubrieron que se amaban. Tan fuerte fue la atracción
que sintieron, como poco duradero fue su encuentro. Pero de su unión nació un
hijo, a quien sus padres llamaron Hermafrodito, fundiendo en uno solo sus
nombres griegos.
Terminada su aventura, la diosa
comenzó a sentirse culpable de su adulterio. Y viendo en su hijo un testimonio
vivo de su traición, decidió separarse de él entregándolo al cuidado de las
ninfas del monte Ida para que lo criaran y lo educaran.
Al cumplir 15 años, Hermafrodito
abandonó a sus niñeras y se dispuso a recorrer las tierras griegas. Era tan
bello como su divina madre pero no había heredado de ella su ardor amoroso.
Ante lo encantos femeninos y perspectivas de aventuras, tímidamente bajaba los
ojos y se retiraba.
Un día, al andar por una región
soleada, el calor excesivo le hizo buscar un lago en el que refrescarse. El
hijo de Hermes y Afrodita se desnudó y se zambulló en las límpidas aguas.
La ninfa Sálmacis, espíritu de
aquel lago, no tardó en ver al joven. La visión de aquel hermoso cuerpo
despertó en ella la más intensa pasión. Se desnudó también y se deslizó ágil y
graciosamente en las aguas cálidas. Hizo todo lo posible por conquistar al
joven, pero éste se resistía.
Desesperada, lo enlazó fuertemente
y suplicó a los dioses:”¡Dioses! Haced que nada pueda jamás separarlo de mí ni
separarme de él”. Los inmortales atendieron a su pedido y los dos cuerpos
quedaron fundidos para siempre en un solo ser, de doble sexo.
Hermafrodito suplicó a sus
padres, los dioses, que cualquier joven que se bañara en aquel lago corriera su
misma suerte. De esta forma, el lago arrebataría la virilidad a todo aquel que
se bañara en él, tal como así se lo concedieron los dioses.
Siempre el signo de Virgo se ha
representado por una joven y bella mujer que en su actitud exprese recato, pureza
y virginidad. Pero resulta que las doce esculturas de la Alameda tienen que ser
varones, incluyendo esta. Por ello la estatua donde vemos a un jovencito,
desnudo, cubierto apenas por un paño donde hay flores, es la imagen de
Hermafrodito.
La cuarta escultura de la derecha
es el signo de Capricornio, representado por el dios Zeus. De este dios griego
ya escribí cuando explicaba sobre la cuarta estatua de la portada de ingreso a
la Alameda.
La escultura representa una
escena de la vida de Zeus, tomando una tasa de leche de la cabrita Amaltea que descansa
a sus pies y que representaba la Vía Láctea.
La quinta escultura de la
izquierda es la correspondiente al signo de Acuario, representado por el dios griego
Pan y Fauno para los romanos.
El dios Hermes, que había surgido
como humano, tenía una relación ilícita con una hija de Driope, que terminó
embarazada, dando a luz a un niño que fue repudiado por su madre, ya que tenía
una apariencia mitad humana y mitad animal del género caprino. Lo cubría una
espesa mata de pelo, y sus piernas no eran piernas, sino robustas patas
finalizadas en pezuñas hendidas. De su frente partían dos cuernos que daban un
aire bestial a su rostro, el cual, sin embargo, adquirió con el tiempo una
expresión de taimada astucia. Lo primero que Pan escuchó en su vida fueron los
gritos de horror de su madre al ver la criatura a la que acababa de dar a luz.
Después de que ella saliese
huyendo, Hermes, que era el padre del nuevo dios, lo envolvió en una piel de
liebre y lo llevó al Monte Olimpo para que los demás dioses se regocijaran con
su visión. Sus risas burlonas lo rodearon durante los primeros momentos de
existencia.
Al crecer vivió al margen del
Olimpo, haciendo de los bosques, las cuevas y las fuentes de la Arcadia su
hogar. Ninguna guerra, humana o divina, contó con su participación, por mucho
que Nonno se empeñe en decir lo contrario. Pan nunca escuchó los lamentos de
los héroes ni les ayudó a realizar sus vanas ambiciones. Solo los pastores y
los cazadores podían obtener su auxilio.
En los bosques de la Arcadia,
llevaba una vida tranquila y placentera. Hasta la llegada del mediodía cuidaba
de sus rebaños, sus animales y sus colmenas. Entonces se echaba a dormir bajo
la sombra de un árbol o al frescor de una fuente, y pobre de aquel que le
despertase durante su siesta. Por las tardes, se escondía entre la vegetación
con prodigioso sigilo para espiar a las ninfas, o las perseguía aprovechando su
extraordinaria capacidad para correr y saltar por los peñascos. En realidad,
estaba siempre invitado a las fiestas que organizaban.
A pesar de su aspecto
semi-animal, Pan fue un exitoso seductor de ninfas. Entre sus víctimas se
contaron Eco la futura enamorada de Narciso, Eufema la nodriza de las Musas y
Selene, a la que engaño disfrazándose con una piel de cabra e invitándola
después a que montase en su grupa. Se jactaba además de haber copulado con
todas las Ménades, las ebrias asistentes de Dionisio.
Aquí vemos a un joven semidesnudo en actitud de
cortar caña mientras a sus pies yace un cántaro de agua, el signo de acuario.
La quinta escultura de la derecha
es el signo de Geminis, representado por Hefestos dios del fuego y la forja o
fragua, protector de los herreros, los artesanos, los escultores, los metales y
la metalurgia.
Era el herrero divino del Olimpo
y en su taller fabricaba armas, escudos y otros objetos para los dioses y para
los héroes. Del taller de Hefesto robó Prometeo el fuego para los hombres. Hefesto
creó la cadena con la que Prometeo fue encadenado a la cima del monte Cáucaso y
con arcilla modeló a Pandora, la primera mujer.
Según las versiones de Hesíodo,
Hera lo engendró sola, celosa de que Zeus hubiera dado a luz a Atenea que había
brotado de su cabeza. Según las versiones de Homero, Zeus y Hera fueron los
padres de Hefesto.
Físicamente era feo y cojo. Un
día que Hera discutía con Zeus, a causa de Heracles, Hefesto intentó defender a
su madre y Zeus lo agarró por un pie y lo arrojó del Olimpo. Hefesto cayó en la
isla de Lemnos, quedando cojo para siempre.
Zeus lo había casado con
Afrodita. Hefesto estaba contentísimo de haberse casado con la diosa de la
belleza y forjó para ella hermosas joyas, incluyendo un cinturón que la hacía
irresistible para los hombres. La hermosa Afrodita no amaba a aquel dios cojo y
malhumorado y no tardó en rebelarse contra su matrimonio haciéndose amante de
Ares, el dios de la guerra.
Un día, Apolo «el dios Sol que
todo lo ve», descubrió a los amantes Afrodita y Ares tendidos uno al lado de
otro y fue a contárselo a Hefesto. Éste no dijo nada y preparó una red de plata
irrompible e invisible en torno a la cama de su esposa. Cuando Afrodita se
encontró otra vez con Ares la red atrapó a los dos amantes. Hefesto llamó a
todos los dioses olímpicos para que vieran el adulterio y así avergonzar a los
amantes. Pero uno de los dioses comentó al ver la belleza de Afrodita que no le
habría importado sentir tal vergüenza y fue Hefesto el avergonzado. Hefesto los
liberó cuando prometieron terminar su romance pero ellos no mantuvieron su
promesa.
En la estatua de la alameda el
signo de los gemelos unidos se encuentra al centro de la banda que rodea la
esfera que representa al mundo, sobre la cual se apoya el joven herrero.
Hefestos es el dios de los herreros y del fuego, y lo reconocemos por el enorme
martillo que descansa a sus pies.
Finalmente, la sexta escultura de
la derecha corresponde al signo de Cáncer, representado por el dios griego Cronos
o Saturno para los romanos, dios de la agricultura. En la mitología griega, Cronos
era el hijo de Urano y Gea. El dirigió a sus hermanos y hermanas, los Titanes,
en una revuelta contra su padre y se convirtió en el rey de los dioses. Se casó
con la Titana Rea.
El titán Cronos era hijo de
Urano, dios del cielo, y de Gaya, diosa de la tierra. Urano fue cruel con su
esposa, sus hijos, los titanes, los 100 gigantes armados y los cíclopes. A
éstos los mantuvo prisioneros en el cuerpo de su madre, encerrados en lo más
profundo de la tierra para que no viesen la luz. Gaya sufrió dolores terribles
como consecuencia de esto.
Con la ayuda de una hoz que le
había dado su madre, Cronos castró a su padre y se hizo con el control del
universo. Se casó con su hermana Rea y pronto se convirtió en un tirano como su
padre Urano. Volvió a encerrar a los
cíclopes y devoró a sus propios hijos al nacer, ya que le habían anunciado que
uno de ellos le destronaría. Hestia, Deméter, Hera, Hades y Poseidón sufrieron
este martirio.
Cuando Rea dio a luz a Zeus, para
evitar que sea devorado por su padre, le dio a su marido una piedra envuelta en
sábanas y dejó que la cabra Amaltea y la ninfa Adamantea alimentase a Zeus en
Creta. Cuando el dios se convirtió en un adulto, hizo que Cronos vomitase a sus
hermanos con la ayuda de la Oceánida Metis, la personificación de la
inteligencia y la sabiduría.
Hubo una lucha por el poder en la
que Zeus y sus hermanos derrotaron a Cronos y al resto de titanes. El factor
decisivo en la «Lucha de Titanes» fue el apoyo que recibió Zeus de los 100
gigantes armados a los que había liberado del Tártaro. Los cíclopes, que
también habían sido liberados, crearon los rayos para Zeus en agradecimiento,
además del tridente de Poseidón y el casco de Hades que le hacía invisible.
Tras su derrota, Cronos y los
otros titanes fueron arrojados al Tártaro. Sólo el titán Atlas recibió un
castigo distinto y tuvo que cargar la bóveda del cielo sobre sus espaldas. Desde
entonces, Zeus y sus hermanos reinan en el universo: Zeus sobre los cielos,
Poseidón sobre las aguas y Hades sobre el mundo de los muertos.
Aquí vemos al dios con un brazo
roto a cuyos pies aparece un cangrejo como símbolo del cáncer. Es la estatua
más deteriorada de toda la Alameda.
La sexta escultura de la
izquierda es el signo de Leo, representado por el dios griego Apolo. Es el dios
de la belleza masculina y todo lo relacionado con la perfección, la música, las artes plásticas y la luz. También
el dios del sol, la medicina y la profecía. Es hijo de Zeus y la titánide
Letona y nació después de su hermana melliza Artemisa. Sus atributos son el
arco y las flechas, la desnudez y la lira.
Representado por el sol en la
mitología griega era el dios que protegía y amenazaba desde los cielos, después
de su padre Zeus, fue el dios más influyente y poderoso de todos.
Fue enviado con Poseidón a crear
las murallas alrededor de la ciudad de Troya. Cuando el rey de Troya se negó a
pagar el favor de los dioses, Apolo envió una peste mortal a la ciudad. Más
tarde, fue él quien ayudó a Paris a matar a Aquiles, siendo quien dirigió la
flecha del joven príncipe hasta el único punto débil del héroe troyano. También
salvó a su sobrino Eneas de la muerte a manos de Diomedes.
El pequeño Hermes a las pocas
horas de haber nacido robó parte del ganado de Apolo, el joven dios se comió
varios de los bueyes mientras que escondió el resto en una cueva. Al enterarse
Apolo de los sucesos fue a reclamarle a la madre del joven por lo sucedido, sin
embargo ya había vuelto a su cama.
Zeus quién había visto lo
sucedido pidió a Hermes que se disculpara, de esta forma, sacó su lira y
comenzó a tocar para Apolo, que al ser una deidad de la música, quedó encantado
y se hicieron grandes amigos.
Como muchos otros dioses Olímpicos,
Apolo tuvo muchas parejas e hijos. Al ser un dios de la belleza, tuvo amantes
tanto masculinos como femeninos. Sus amantes masculinos fueron Cipariso y
Jacinto. Por otra parte, tuvo muchas amantes femeninas, entre ellas: Arisone
con quien tuvo a Asclepio y Eriopis. Caliope, quien engendró a Lino, orfeo y
Lalemo. Urania, quien le dio a Lino.
En la estatua de la Alameda vemos
a un joven regando unas flores que son narcisos, y a un león en el pedestal.
Según la mitología griega, Apolo convirtió en unas flores a Narciso, quien se
enamoró de sí mismo en una ininterrumpida auto-contemplación.
A lo largo de las calles que
forman el perímetro de la Alameda de los Descalzos existen diversos edificios
considerados monumentos históricos algunos de los cuales son muy antiguos.
Iglesia de Nuestra Señora del
Patrocinio, consta de una Iglesia y un beaterio anexo fundado en 1688. La
construcción fue reedificada en 1,754 por Juan José de Aspur. En el exterior
destaca su portada de estilo barroco. En el interior hay en hermoso retablo y
una silla del Beato español Fray Juan Masías a la que se atribuyen poderes
milagrosos. La historia señala que aquí Juan Masías trabajó como portero y
cuidando cerdos en los alrededores. También fue habitada por beatas recogidas
por la congregación dominica.
Al lado izquierdo de la alameda
se encuentra la Iglesia Santa Liberata, la cual se construyó entre los años
1,714 y 1,716 en un terreno donado por el Virrey Diego Ladrón de Guevara. El
frontis es de estilo lineal con una sola torre en la parte central. En su interior destaca el altar mayor y las
andas del Señor Crucificado del Rímac, patrono del distrito.
La historia del origen de esta
iglesia dice que en 1,711 el ciudadano Fernando Hurtado de Quesada robó las hostias
de un cáliz de la Parroquia del Sagrario de la Catedral de Lima. Al conocerse
este sacrilegio todos comenzaron a buscar las hostias robadas. El niño esclavo
Tomás de Moya encontró las hostias en este lugar y sobre el mismo lugar se
construyó el altar mayor de la iglesia. En mérito a esta acción el niño esclavo
obtuvo su libertad.
En lo que podría ser el final de
la alameda se localiza el Convento de los Descalzos. Se inició su construcción
en 1,592 por iniciativa del lego franciscano Fray Andrés Corzo como casa de
recolección al pie del cerro san Cristóbal y se convirtió por espacio de 400
años en residencia de los religiosos franciscanos. En 1596 se construyó una
capilla llamada "Casa de Recolección Nuestra Señora de los Ángeles",
hoy Parroquia. San Francisco Solano fue su primer guardián en 1602. Fue
reconstruida en 1748.
Actualmente el convento está
formado por una Iglesia, la Capilla Nuestra Señora del Carmen, amplias huertas,
jardines y siete claustros, tres de ellos destinados a la orden con acceso
restringido y cuatro abiertos al público: el de la Portería, el Ayacuchano, el
de San Francisco de Asís y el de Enfermería.
Cuenta con un Museo que exhibe
los diversos ambientes del Convento así como importantes obras de arte colonial
religioso y una biblioteca de dos niveles donde se pueden hallar más de 15 mil
libros de piel de cabra de los siglos XVI al XX.
Al final de la Alameda podemos ver una pequeña pileta de
agua.
En la calle Patrocinio se encuentra una propiedad conocida
como la Casa del Balcón Corrido.
Aparte de la entrada principal a mitad de camino existen dos
entradas laterales, una a cada lado.
Los cerros aledaños con sus casitas pintadas de diversos
colores también forman parte del paisaje cercano a la alameda.
Y no podía faltar en cerro San Cristóbal con su Cruz
Monumental, protector y símbolo de la ciudad de Lima
Este viaje lo hice en febrero del 2,016 por lo tanto cualquier dato puede
haber cambiado a la fecha.
Súper interesante.
ResponderBorrarTuve la suerte de poder visitar este lugar en el año 1977.
Gracias por la información
ResponderBorrarfalto sagitario
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