jueves, 28 de febrero de 2019

RECUAY: PORTICO DEL CALLEJON DE HUAYLAS


Recuay es una de las 20 provincias que conforman el departamento de Ancash y es la principal provincia en la ruta al Callejón de Huaylas antes de llegar a Huaraz capital del departamento de Ancash. Dentro de su territorio se encuentran pintorescos distritos como Ticápampa, Catác, Cotaparaco, Huayllapampa, Pararín, Marca, Llacllín, Pampas Chico, Tapacocha y su capital llamada del mismo nombre. En esta oportunidad escribiré sobre la misma capital localizada sobre los 3,394 msnm.

En mis viajes al Callejón de Huaylas muchas veces he pasado por Recuay y pasar por este lugar es una alegría porque significa que estamos a una hora de Huaraz y va terminando un largo viaje de 9 horas en un bus interprovincial que parte de Lima y termina en Huaraz. Por esta razón es llamada como el “Pórtico del Callejón de Huaylas”.

En esta ciudad estuve en tres oportunidades y el resumen de esta narración contiene recuerdos de mis tres viajes.

El último viaje que me llevó hasta Recuay fue la lectura de un artículo en internet donde se señalaba que en este lugar había un puente colgante. En mis viajes me gusta conocer la historia de los pueblos y su cultura que se reflejan en las tradiciones y costumbres. Puede ser el vestido, los bailes, las comidas, sus iglesias, casas y calles o quizás algún resto arqueológico importante.

Motivado por esta noticia abordé en Huaraz una combi que iba hasta Ticapampa. Antes de subir pregunté al chofer si sabía de la existencia de un puente colgante en el pueblo de Recuay. Me dijo que si pero que no estaba en el mismo camino. Abordé el carro pidiéndole que me avisará en el lugar donde debía bajar.

Llegamos a la entrada de Recuay como quien viene de Ticapampa. En este lugar la carretera se divide en tres para atravesar el distrito de Recuay. El chofer detuvo el carro y me dijo que aquí debía bajarme e ir a la izquierda hasta llegar al rio y allí estaba el puente colgante.

Según las instrucciones recibidas caminaba por una carretera muy cerca del cauce del rio pero no veía ningún puente colgante. Si existía algún puente tenía que estar por este lugar. Un poco de duda y desilusión comencé a sentir al pensar que tal vez no me habían hecho bajar en el lugar indicado.

Seguía caminando viendo atentamente la naturaleza tratando de descubrir alguna señal del puente. Por el contrario, parecía como si la naturaleza quisiera que desistiera de mí propósito, el cielo comenzó a nublarse y algunas gotas de lluvia cayeron a pesar de que más allá se veía el cielo azul. No me extrañaba esta situación porque el clima serrano algunas veces es así. Por eso en la sierra hay una cita o frase muy popular que se repite a menudo y dice asi: “No creas nunca en cielo serrano, lágrimas de mujer o cojera de perro”.

Pregunté a un poblador recuaíno que pasaba por ahí sobre la existencia del puente colgante. Me confirmó la existencia del mismo indicándome que caminara hasta encontrar un sendero de piedras sobre el lecho del rio el cual me conduciría hasta el puente. Caminaba cerca al lecho del río tratando de encontrar el sendero de piedras, no había casi nada de agua por esta parte del rio por lo tanto el lecho del rio estaba lleno de piedras.

Llegue hasta un lugar desde donde puede reconocer lo que sería un camino de piedras pero que terminaba a medio camino. No me quedaba otra opción, estaba solo y tenía que decidir las acciones a seguir. Había venido en busca del puente y tenía que llegar, bajé al lecho del rio y caminé por el sendero pisando cada una de las piedras.

El rio estaba prácticamente seco, una delgada columna de agua discurría por el cauce del rio. El área cercana al agua estaba pantanosa por lo tanto tenía que caminar con mucho cuidado para no caer. Felizmente las piedras dispersas ayudaban a cruzarlo, era una señal de que la gente transitaba a diario por aquí.

Llegó un momento en que se terminó el camino de piedras, ahora todo lo que se veía era un pedregal, era el verdadero cauce del rio en épocas de lluvias.

Seguí avanzado en línea recta hasta llegar al otro extremo del cauce del rio. Luego busqué un lugar por donde subir.

Una vez en la cima pude ver el puente colgante sobre el cual había leído en internet. Y como tenía que ser el puente servía para cruzar el verdadero cauce del rio.


El puente se encuentra en muy buenas condiciones, los cables de metal lucen nuevos y bien pintados, las barandas y sus mallas de protección están completas y los listones de madera sobre el cual se camina también están completos.

Este era el verdadero cauce del rio Santa. Aquel rio que nace en la Laguna de Conococha a 4,050 msnm producto del deshielo de los nevados de la Cordillera Blanca y que en su camino se interna en la sierra ancashina recorriendo todo el Callejón de Huaylas hasta Caraz, luego aquí el cauce del rio hace un giro hacia la costa sirviendo la fuerza de sus aguas para el funcionamiento de las Hidroeléctricas del Cañón del Pato y de Huallanca. Después de recorrer 347 km sus aguas terminan en el Océano Pacífico cerca de la ciudad de Santa a 10 km aproximadamente de la ciudad portuaria de Chimbote. El Santa es un rio que nace, recorre y termina dentro de los límites del departamento de Ancash.


Mi padre era de Caraz y muchas veces escuchaba en casa o reuniones familiares un huayno ancashino que hace referencia a lo caudaloso y peligroso de este rio, cuya letra dice así:

“Rio Santa, rio Santa caudaloso, quiero que lleves todas mis penas al olvido. Todos me dicen, todos me cuentan que eres santa. De que me vale, de que me sirve que eres santa si tus corrientes son traicioneras rio Santa”.

He sido un poco extenso en describir como llegue al puente colgante de Recuay para que sirva de referencia a todo aquel que quiera visitarlo. En internet solo leí que había un puente colgante pero no decía como llegar. Algunas personas a quienes les cuento oralmente esta anécdota me dicen: tanta cosa por un puente. Pero es mi gusto y sobre gustos y colores no han escrito los autores.

El fútbol es el deporte más popular del país, el cual despierta pasiones y desarrolla el ingenio para expresar sus preferencias. Muy cerca del puente, con tantas piedras alrededor a un hincha del club Universitario de Deportes se le ocurrió formar con ellas el símbolo de su equipo.

Después de haber estado en el puente colgante avancé por un moderno malecón construido muy cerca del rio. Nuevamente el cielo fue generoso y se despejó para hacer mi paseo más placentero.

Durante épocas remotas aquí se desarrolló la Cultura Recuay manteniendo una fuerte influencia de la Cultura Chavín tal como lo muestran los restos de cerámicos encontrados en muchas partes de la región Ancash. También son muy conocidos los monólitos de piedra de la Cultura Recuay muchos de los cuales se exhiben en el Museo Arqueológico de Huaraz que se ubica en una de las calles del perímetro de la plaza principal de Huaraz.

Posteriormente se desarrolló el Señorio de Choquericay que después de largas luchas y enfrentamientos fue dominado por el Imperio Incaico.

Los conquistadores españoles en 1,533 pasaron por Recuay rumbo a Cajamarca para capturar al Inca Atahualpa. Unos años después crean la encomienda de Choquericay que comprendía las actuales provincias de Huaraz y Recuay.

Las encomiendas fueron creadas durante la época Colonial y era la asignación por parte de la Corona Española de una cantidad determinada de nativos a un súbdito español llamado encomendero. Era una forma de agradecimiento que hacia la Corona a los conquistadores españoles por los servicios prestados. Los nativos fueron obligados a trabajos forzados y abusos que terminaron en la esclavitud.

Un detalle de las farolas a lo largo del malecón es que sus parantes tienen gravados en alto relieves.  Me comentaron que estas farolas solo se encienden en el aniversario del pueblo y que la mayor parte del año permanecen apagadas. También se observa pequeños arbustos y flores de bellos colores.

El 30 de setiembre de 1,949 durante el gobierno del presidente Manuel A. Odría mediante Decreto Ley N° 11171 se crea la provincia de Recuay, con su capital del mismo nombre. El distrito de Recuay es uno de los 11 distritos de la provincia.

En el malecón también se ha construido una pileta con un diseño moderno. En su construcción se ha empleado material noble y en los acabados se utilizó cerámicos.

Terminando de recorrer todo el malecón caminé por las calles de Recuay rumbo a la plaza principal. En este camino tuve la oportunidad de conocer muchas de las calles de Recuay, algunas de las cuales las describo y muestro algunas fotografías más adelante.

La plaza principal de Recuay es de regular tamaño y está llena de muchos detalles que la convierten en un lugar atractivo para conocer.

Varias de las capitales provinciales del Callejón de Huaylas como Carhuaz y Caraz en sus plazas principales tienen lindas y grandes piletas de bronce. Siguiendo esta tradición la plaza principal de Recuay también tiene una linda y colorida pileta de bronce.  Las paredes del perímetro de la pileta han sido decorados con mosaicos de colores y diseños vistosos.

También se observa largas bancas semicirculares con jardines internos llenos de plantas, flores y árboles.

Un pequeño atrio circular para celebrar algunas actividades oficiales con tres mástiles para izar las banderas.

Las veredas de la plaza son amplias y cuando se colocaron las losetas se combinaron los colores para formar algunas figuras geométricas que resaltan cuando se camina sobre ellas.

En una de las calles del perímetro de la plaza principal se ubica la Iglesia San Ildefonso.

En la parte externa de la iglesia se encuentra la estatua de San Ildefonso considerado el Patrón religioso de Recuay.

La iglesia tiene un diseño muy particular con tres grandes arcos en la entrada y una sola puerta central. En la parte central superior se observa una gran cruz pintada sobre la pared con un vitral redondo en el centro. Al lado izquierdo se encuentra una torre independiente de la iglesia que sirve de campanario.

La puerta de entrada es de madera y en ella se han pintado diversos pasajes de la vida de Jesús y de la religión católica.

En el interior podemos apreciar dos filas de bancas en donde los feligreses se sientan para oír la misa, pero antes hay dos pilas de agua bendita. Todo el techo es de madera brillante y en las paredes laterales reposan estatuas de Santos y Santas de la religión católica.

Las dos pilas son de mármol y tienen gravados la fecha de su construcción 1,906 y las iniciales PR que podría significar Parroquia Recuay.

En la parte central del altar mayor entre pilares se encuentran tres estatuas y algunas pinturas en la parte superior. Esta parte del techo tiene algunos diseños.
 
 

Al lado derecho se encuentra la imagen de una virgen. En la parte central está la imagen de Jesucristo. Y a la derecha se ubica la imagen de San Ildefonso.
 
 

Al costado derecho del altar mayor se encuentra un pampapiano. Se trata de un instrumento musical muy antiguo que data de la época colonial y que generalmente se usaba en las ceremonias religiosas. Básicamente es un pequeño órgano con la particularidad de que para emitir sonidos no solo se tiene que usar las manos sobre el teclado sino también los pies, con los cuales hay que mover los pedales que se encuentran en la parte de abajo.

Subí al campanario para ver las antiguas campanas del templo, aquellas que hacen sonar el campanero llamando a misa todos los días.

Desde la parte alta de campanario se tiene una buena vista de toda la plaza principal de Recuay.

En otra de las calles del perímetro de la plaza principal se encuentra el local de la Municipalidad Provincial de Recuay. Un local con varios arcos sobre el cual reposa el segundo piso. En la parte central tiene un pequeño balcón y el techo está lleno de tejas rojas.

Otro atractivo turístico de Recuay es su mirador, un espacio en el cerro Jerusalem formado por cuatro grandes arcos localizados en la parte alta de la ciudad y desde el cual se puede apreciar gran parte del distrito.

El mirador no está muy lejos de la plaza principal y se llega hasta este lugar caminando de subida unas 8 cuadras aproximadamente desde la plaza principal

Al frente del mirador cruzando la carretera se localiza un lugar muy bonito y de una rara belleza natural conocida como la “Gruta de San Patricio”. El lugar es una cueva formada por rocas calcáreas y sedimentarias llenas de estalactitas y estalagmitas que con el paso de los años han adquirido formas muy caprichosas y peculiares dando lugar a la formación de curiosas figuras de piedra por todos lados. La imaginación puede hacernos ver diferentes figuras y personajes en cada forma. 

Las estalactitas y las estalagmitas son formaciones de roca que se encuentran dentro de las cuevas. El agua de la lluvia que se filtra a través de las rocas y el agua que se evapora dentro de la cueva hace que el techo de la cueva esté húmedo, esta humedad vuelve a precipitarse lentamente arrastrando consigo algunos minerales. Estos minerales van formando las estalactitas desde el techo y las estalagmitas desde el piso de la cueva hacia arriba.

Como en cualquier lugar este tipo de cuevas están llenas de misterio e historias que se comentan alrededor de ella.  Se dice que tiene una comunicación hasta las costas de Huarmey pero que con el terremoto de 1,970 un derrumbe en su interior cerró el paso, ahora solo se puede ingresar como máximo 15 metros. Como toda gruta en su interior el piso esta mojado y se siente un fuerte olor a humedad. Otras historias dicen que allí vive el diablo y otra que en su interior habita un gallo de oro. Como toda gruta en su interior el piso esta mojado y se siente un fuerte olor a humedad.

Siempre lo digo, el color azul intenso de los cielos de los pueblos de la sierra peruana es espectacular. Y en las noches este mismo cielo se ve bien oscuro pero llenas de estrellas. Me gustaría poner fotos de los cielos serranos llenos de estrellas, pero mi cámara no permite esas tomas nocturnas.

Caminar por algunas de las calles de Recuay es trasladarnos a pasado. Parece como si las agujas del reloj del tiempo se hubiesen detenido. Calles con viejas casas de abobe que se resisten al paso del tiempo. Cada una de ellas guarda un sin número de historias y han sido testigos de tantas vivencias que quedarán guardadas por siempre.

En algunas calles se puede observar casonas antiguas de dos pisos sin ventanas que conservan sus clásicos balcones de madera y techos a dos aguas con tejas rojas. En su momento estas casonas pertenecieron a las familias mas pudientes, hoy sus puertas permanecen cerradas a la espera del regreso del algún heredero.
 
 
 
 

Sigo caminando por las calles solitarias de Recuay y es como si nadie viviese aquí. No pasan carros tampoco hay perros callejeros que ladran a los transeúntes. Dicen que en la fecha de aniversario y fiestas patronales estas mismas calles se llenan de carros y gente que viene de diferentes partes del Perú. Es como si todos los hijos recuaínos vinieran al llamado de la madre tierra.

El tiempo pasa y lo moderno va tomando su lugar, ya sea reemplazando lo antiguo o  conviviendo con el. Modernas casas de material noble con finos acabados se levantan junto a antiguas casas de adobe.
 

Las calles son angostas permitiendo solo el paso de un vehículo. Quizá en ciudades más grandes esta situación sea un problema social originando congestiones de gente y vehículos. Pero en Recuay, un lugar tan bello y tan tranquilo el tamaño de sus calles es suficiente.
 

En la segunda mitad del siglo XIX el sabio italiano Antonio Raimondi recorrió el Callejón de Huaylas y a cada una de sus provincias le puso un apelativo, con las cuales se les conoce hasta nuestros días sobre todo entre los habitantes del Callejón de Huaylas. Los apelativos son:  “Recuay Ladronera”,  “Huaraz Presunción”,  “Carhuaz Borrachera”,  “Yungay Hermosura” y “Caraz Dulzura”.

Cada uno de estos apelativos tiene una explicación, por ejemplo, cuando estuvo en Recuay fue víctima del robo de algunas de sus pertenencias; en Huaraz se enamoró de una huaracina presuntuosa que lo despreció; cuando llegó a Carhuaz vio que toda la gente estaba borracha pues estaban celebrando una fiesta patronal; en Yungay fue cautivado por la belleza natural del lugar y en Caraz lo deslumbró la amabilidad de la gente y el sabor de sus dulces de leche y fruta. Según la historia se dice que estos apelativos los puso Antonio Raimondi, tal vez sea cierto o no, pero de lo que si estoy seguro es que hasta ahora tienen vigencia.

Un detalle que me gustó mucho es que los postes de alumbrado de la plaza principal son de metal y en ellas se han gravado rostros de personas.
 
 
 
 
 
 

Este viaje los realicé en octubre del 2,011 y setiembre 2,016 cualquier dato puede haber cambiado a la fecha.


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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