Con
mi hermano Carlos salimos del hotel y nos dirigimos al terminal terrestre de
Cerro de Pasco con la finalidad de abordar los carros que nos llevarían a conocer
el Bosque de Piedras de Huayllay, pero el terminal terrestre de Cerro de
Pasco es solo para el uso de los carros interprovinciales que llegan y salen a
Lima o Huancayo. Los autos que llevan a Huayllay tienen su paradero en una de
las calles cercanas a dicho terminal. También se puede ir en combis a un precio
menor pero su partida demora más tiempo debido a que tienen que llenar de
pasajeros el carro.
Una
vez en el auto fuimos conversando con el chofer quien amablemente nos iba
contando muchas historias sobre este lugar. Se sentía contento de que mucha
gente viniera hasta aquí porque él había nacido en este lugar y nos comentaba que
no solamente se llegaba a Huayllay desde Cerro de Pasco sino que existían otras
rutas sin necesidad de subir a mucha altura. Por
ejemplo nos comentó que se puede llegar desde Huaral en cinco horas por un
camino afirmado o también desde Canta pasando por la Cordillera La Viuda.
Después
de recorrer 40 km por una vía asfaltada en muy buenas condiciones por espacio de
una hora, bajamos en un pueblito pequeño, conformado por unas cuantas
casitas conocido como Canchacucho. Desde este lugar enclavado en las alturas y
al borde de la carretera se inician las rutas de trekking al Bosque de Piedras de Huayllay.
Cuando llegamos no había nadie que controlara el ingreso, las casetas de
información estaban cerradas.
El cielo
estaba nublado y el panorama que se veía era desolador. Unas casitas al lado de la carretera en medio
de una inmensa pampa y más allá en la
lejanía a ambos lados se divisaban montañas pedregosas, llenas de piedras de
diferentes tamaños y formas. Uno mira y se pregunta, donde estarán las figuras
que promocionan este lugar, aquellas que
se muestran en los afiches y postales.
Caminamos
unos cuantos metros y llegamos a una pequeña pampa, posiblemente este lugar sea
la plaza principal de este pueblo porque allí se encontraba el local municipal del
centro poblado de Canchacucho. La puerta
estaba entreabierta, tocamos y al no encontrar respuesta entramos tratando de
encontrar a alguna persona que nos pueda proporcionar alguna información o afiches del lugar, pero no había nadie.
Juntamos nuevamente la puerta y nos dirigimos a la carretera.
Antes
de bajar del carro el chofer nos recomendó que preguntemos en una tiendita de
la carretera por el servicio de algún guía. Me acerqué a la tiendita, era pequeña pero se veía bien
surtida de productos. Un muchacho atendía allí y le pregunté por el servicio de guía, intercambiamos algunas
palabras y luego entró al trasfondo de la tienda. Al poco rato salió un señor
de edad avanzada que se ofreció como guía para hacernos conocer las formaciones
más conocidas de la zona.
Conversamos
un poco sobre el lugar y le manifesté mi deseo de querer conocer algunas
formaciones que ya había visto de antemano en algunas fotografías. Me comentó
que el bosque de piedras era muy grande y que algunas de las formaciones que
quería conocer estaban a muchas horas de camino y que en algunos casos había
que ir con movilidad propia hasta cierto lugar y de allí emprender la caminata.
Comenté
al guia que queríamos recorrer algunas de las rutas establecidas por un tiempo
de tres horas. El costo del servicio de guiado fue de S/. 20.00. Es recomendable
ir con un guía que conozca el lugar para que nos indique las ubicaciones de las
formaciones rocosas, de lo contrario será muy difícil ubicar algunas de las
piedras conocidas que dan notoriedad a este lugar, muchas de ellas para poder
ubicarlas y observarlas hay que mirarlas desde un determinado ángulo, caso
contrario lo único que veremos en toda la cumbre serán piedras y más piedras.
A un
costado de la carretera se encuentra un panel que nos indica hacia donde se
encuentra el Bosque de Piedras Huayllay. Dentro del mismo lugar no observé
ninguna señal o indicación sobre alguna formación rocosa, pero estando en el
lugar y sabiendo que las piedras
esconden figuras, uno hecha a correr la imaginación y comienza a fantasear
creyendo ver determinadas formas de
acuerdo a nuestras ideas, descubriendo siluetas de personajes, animales y
cosas.
Como
era la primera vez que estábamos en el Bosque de Piedras de Huayllay escogimos
la ruta número 1, que comprende más o menos tres horas de caminata a paso
normal, alternando con descansos para recuperar el aliento y refrescarnos con
agua. Estos descansos nos sirven para ver la inmensidad de estos bosques de
piedras y comprender lo pequeño que somos en este mundo. El silencio que hay en
estas inmensidades hace que nuestra respiración un poco agitada por la altura y
el sonido de nuestros pasos se sienta más fuerte que en cualquier otro lugar.
El
Santuario Nacional de Huayllay se ubica en el departamento de Cerro de Pasco,
distrito de Huayllay y su rango de
altitud es de 4,100 a 4,546 msnm. Toda la extensión de bosque de piedras tiene
una superficie de 6,815 hectáreas que comprende por lo menos 11 circuitos turísticos reconocidos, cada uno
con diferentes grados de exigencia en cuyos recorridos se puede apreciar figuras
de piedra y lindos paisajes naturales.
Tratando
de buscar el origen de esta maravilla natural encontré poca información al
respecto. Parece que estas formaciones rocosas se formaron poco a poco en
millones de años por procesos erosivos
ocasionados por el viento, el agua y el desplazamiento de los glaciares.
Durante
el trayecto por la ruta 1 y con la ayuda de nuestro guía pude ver formaciones
rocosas que representaban algunas figuras.
El guía me indicaba muchas piedras que representaban figuras de
personajes y animales, al verlas algunas parecían lo que decía el guía y otras
no. Las piedras que a mi parecer se parecen más a las que dicen representar,
son las figuras del caracol, la tortuga, el pensador, el guardián, la osa, la foca, el murciélago, el mexicano, el
puente o arco.
La
Universidad Nacional Daniel Alcides Carrión, de Cerro de Pasco, editó el libro
”'Una maravilla turística” en donde el autor Máximo Roque Lazara, catalogó unas
500 figuras claramente definidas con un registro fotográfico de las formaciones
rocosas desde 1,954. Pero el bosque no solo son piedras, es mucho más que eso,
también encontramos lagunas, arte rupestre, flora y fauna de la zona andina,
miradores naturales y un lugar libre de contaminación, con una tranquilidad y
silencio inusual para mí, acostumbrado al movimiento y ruidos de la capital.
Desde
mi percepción la formación rocosa que más se parecía a lo que representaba fue
la conocida como "el caracol". Aquí se ve claramente la forma de un caracol,
inclusive lo que sería la cabeza tiene unas protuberancias que parecerían las
antenas del caracol. Me sorprendió.
La siguiente es la que conoce como "la tortuga" y es la única piedra
cuyo perímetro está cercado con una reja de fierro. En estas alturas lo único
que crece es un pasto amarillento y el ichu, inclusive encima de la piedra se
observa el crecimiento del ichu.
Esta figura la denominan "el
pensador", debido a que parece un hombre sentado de espaldas, con un
turbante en la cabeza que apoya la mano izquierda en su mentón, adoptando la
clásica pose de un pensador.
En la cima de una colina se observa unas piedras
superpuestas a la que señalan como "el guardián".
Aquí una inmensa roca que representa a "la osa", la cual
simula estar caminando con las patas delanteras extendidas hacia adelante.
En esta formación rocosa nuestro guía decía que era "el
pájaro", pero a mí me parecía más una foca.
Como dice un dicho: “Todo depende del color del cristal con que se
mire”. Cualquier observación o veredicto
siempre tendrá una parte importante de subjetividad, veremos lo que queremos
ver.
A esta formación la conocen como "el cuy".
Y esta otra es conocida como "el mexicano".
Aquí un lugar que lo llaman "el túnel" . La abertura en la
roca permite el paso de una persona sin necesidad de agacharse.
A la piedra que se encuentra delante de esta pequeña loma de piedras le dicen "el lagarto".
Casi al centro de la foto se observa el perfil de otro
guardián de la zona.
Existe una cueva de piedra a la que se le conoce como Cuchipinta. En el interior de esta cueva se encuentran pinturas rupestres dentro de las cuales destaca la figura de un cerdo o chanchito, motivo por el cual el lugar se llama Cuchipinta, que es castellano sería algo así como chancho pintado. La cueva se encuentra cercada debido a que la gente malogra el interior de la cueva.
Se encuentra prohibido el ingreso de vehículos motorizados
al Santuario Nacional de Huayllay.
También
pude observar la explanada donde el 02 de setiembre se había realizado el
“Festival Huayllay XVI Rural Tour 2012”. Para dicha ocasión se arma un gigantesco
escenario con potentes equipos de sonido. En dicho evento se realizan
diferentes actividades como la presentación de
artistas conocidos a nivel nacional e internacional, demostración de
deportes de aventura, actividades costumbristas y degustación de platos
típicos. La finalidad del festival es promover el turismo hacia esta zona. Pero hay que tener mucho cuidado respecto a
la forma que se escoge para promocionar el turismo. Me contaba el guía, que para estos festivales
llega mucha gente desde varios lugares del país, hay venta y consumo de bebidas alcohólicas y en muchos casos bajo los efectos del licor algunos desadaptados dañan y pintan las
piedras.
El
Santuario Nacional de Huayllay fue establecido en 1,974 con el objetivo de
preservar las formaciones geológicas y conservar su flora y fauna, además de
sus pinturas rupestres y restos arqueológicos. En 1,997 fue declarado Zona de
Interés Turístico Nacional y en el 2,001 Patrimonio Cultural de la Nación.
En
Abril del año 2008, el Bosque de Piedras
de Huayllay fue distinguido en el ámbito nacional como una de las Siete
Maravillas del Perú en los concursos organizados por el diario El Comercio y la
Empresa de Telecomunicaciones Panamericana Televisión.
Lo
difícil cuando uno va por su cuenta es poder salir del lugar, por la carretera
solo transitan los autos que hacen la ruta Cerro de Pasco-Huayllay y a esta
altura del camino generalmente los autos pasan con los pasajeros completos.
Después de casi una hora de estar sentados en piedras ubicadas al borde de la
carretera pudimos abordar un auto que nos condujo hasta el distrito de
Huayllay. La distancia desde el centro
poblado de Canchacucho hasta el distrito de Huayllay es de 15 minutos
aproximadamente.
El
clima era cambiante, por momentos estaba totalmente nublado, inclusive con
ligerísima llovizna y en otro momento se abrían las nubes y dejaban pasar
tenues rayos solares
Respecto
al nombre de Huayllay existen varias versiones, pero las que más me gustaron
fueron dos. Una que dice que proviene de la palabra “Waylla” que significa una
variedad de ichu y la segunda versión es la que dice que deriva de la palabra “Huaylla”
que significa pradera y “llay”que significa pueblo.
Queda
pendiente regresar a este misterioso lugar para recorrer algunas de las 10
rutas que me faltan recorrer en busca de nuevas formaciones rocosas.Este viaje fue realizado en el mes de setiembre del 2012, motivo por el cual algunos datos podrían variar a la fecha.
Buen recuerdo ,zona de altura y donde esta el guia orgulloso de su bosque de piedras,lo recuerdo perfectamente.
ResponderBorrarCarlos P.
Espectacular nuestro Perú es lo máximo, los felicito por estas a aportaciones a conocer nuestro Perú.
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