Si había un lugar que esperó por
mucho tiempo para ser visitado es la Reserva Paisajista Nor-Yauyos Cochas y
dentro de ella el pueblo de Huancaya. Hasta donde tenía conocimiento llegar a
este lugar era complicado, uno porque el camino era malo y otro porque había
escaso servicio de transporte público. Generalmente escuchaba que la gente
había visitado este lugar con movilidad propia o en tours utilizando los
servicios de agencias de viajes.
Con el paso del tiempo las cosas
mejoraron y se construyó una carretera totalmente asfaltada hasta el pueblo de
Tinco distante dos horas de Huancaya. El tramo final se hace por una carretera
afirmada en donde constantemente se está en peligro debido a lo angosto de la
carretera y los profundos abismos. El carro que nos transportaba era tan grande
que en algunas curvas tenía que retroceder para poder doblar y continuar con su
trayecto, definitivamente si el chofer no tenía la pericia en el manejo y el
conocimiento de la ruta no estaría hoy
escribiendo este relato.
Nuestro viaje se inicia en el
Terminal de Yerbateros donde del carro interprovincial debía salir a las 6.00
am y llegar a Huancaya a las 3.00 pm aproximadamente. No se cumplió ninguno de
los dos, salimos con un retraso de un poco más de media hora y llegamos a las
5.00 pm aproximadamente.
Este viaje lo hice con mi hermano
Carlos y mi primo Leo, para ello habíamos comprado los pasajes una semana antes
creyendo que si no comprábamos con
anticipación los pasajes, posiblemente se terminaban y no podríamos viajar. La
realidad fue otra, ese mismo día mientras esperábamos la hora de partida había
asientos libres y la gente seguía comprando sus pasajes, cuyo costo fue de S/.
35.00 cada uno.
El trayecto se desarrolla con
normalidad hasta el distrito de Imperial Cañete en donde hacemos una parada de
40 minutos para desayunar. Luego pasamos
por Lunahuana, Zuñiga, Cotahuasi y otros pueblos, hasta que llegamos a un lugar
donde hacen un transbordo de carro. Gran
cantidad de pasajeros baja del bus y suben a una custer que ya estaba esperando
para llevarlos por una vía afirmada a otro lugar. Este hecho hace que perdamos
más de media hora de viaje.
Proseguimos el viaje y los paisajes
de vuelven cada vez más bonitos. Por la ventana del ómnibus veo como las aguas
del río cañete serpentean entre las piedras del lecho, formando pequeñas
cascadas sobre mantos de agua que varían entre los colores azul y verde.
A las 4.00 pm llegamos a Huantán,
capital del folklore y cuna del carnaval yauyino, en donde bajamos para
almorzar. No había mucho que escoger solo comer el menú. Nuevamente iniciamos
la ruta pasando por LLapay y después
llegamos a Tinco en donde el camino
asfaltado se termina y comienza un camino afirmado, de subida, angosto y lleno
de peligros. En cada pueblo suben y bajan pasajeros o se hace entrega o recojo de encomiendas
motivo por el cual el viaje se hace largo y pesado.
De un momento a otro el clima
cambió bruscamente y, de un esplendoroso sol pasamos a una intensa lluvia.
Luego de pasar por la laguna
Piquecocha finalmente llegamos a Huancaya en medio de una persistente lluvia.
El ómnibus por su tamaño no puede entrar a la ciudad y nos deja en la entrada
de la misma. Bajamos y la fuerte lluvia
nos obliga a detenernos, abrir nuestras mochilas y sacar nuestros ponchos de
plástico para protegernos de la lluvia y evitar mojarnos la ropa.
Preguntamos por el lugar de
hospedaje que nos habían recomendado pero los propietarios habían viajado a la
ciudad de Lima y no atendían. En ese momento no sabíamos a donde ir, pues la
lluvia había hecho que las calles luzcan solitarias debido a que los pobladores
se refugiaron dentro de sus casas.
Comencé preguntando a algunas
señoras que encontraba a mi paso sobre un lugar donde pernoctar. Casi todas nos
decían que no había hoteles y que solo se podía encontrar posada en la casa de
alguna familia que pudiera tener alguna habitación habilitada para dicho fin.
La situación se complicaba porque nosotros queríamos cuartos independientes y
en un solo lugar. Finalmente llegamos a un acuerdo con una señora que tenía en
su casa tres cuartos disponibles con dos camas cada habitación. Por cada cama cobraba S/.10.00 o sea S/.20.00
por cada habitación, luego de conversar y negociar llegamos a un acuerdo de
pagar S/.15.00 por cada cuarto.
Huancaya es uno de los 33
distritos de la provincia de Yauyos en la sierra de Lima, situado sobre los
3,500 msnm, dentro de la Reserva Nor Yauyos-Cochas. El lugar es recorrido por
el rio Cañete, que con sus cascadas y aguas color esmeraldas forman pequeñas y
grandes lagunas generando un entorno
y paisaje de singular belleza inigualable
que no lo he visto en ninguna otra parte del Perú.
Buscando sobre el origen del
nombre encontré que Huancaya deriva del vocablo quechua Wancaya, que significa
lugar de pedregones. También se manifiesta que Huancaya quiere decir : HUANCA=
piedra, piedra grande o pedazo de cerro, y AYA= muerto, lo cual significaría
piedra muerta, muerto por la piedra o simplemente piedra desintegrada. Será por
eso que el lecho del rio Cañete en esta zona tiene muchas piedras que generan
las cascadas que la han hecho conocida.
Esta señora de 83 años viene
todos las mañanas desde Vitis trayendo el pan que su esposo amasa y hornea
durante la madrugada. Camina 2 km con su carga de pan al hombro para que la
gente huancayana pueda comer el pan serrano calientito. La encontramos en el
camino a las seis de la mañana cuando recién llegaba,
posteriormente la vimos vendiendo sentada en la
vereda de una de las calles que forman la plaza principal.
El pueblo es pequeño, con poco
movimiento de Huancayanos y eso se observa en su pequeña plaza principal. En
ella encontramos jardines con árboles y
flores en cuyo centro se encuentra una pileta de agua coronada con la escultura
de una trucha. Algunas bancas invitan a
sentarse para descansar, pero los fuertes vientos acompañados de un frio
intenso hacen desistir de tal ocurrencia.
En el perímetro se ubica la
Iglesia San Juan Bautista a la cual se le está construyendo una torre; el museo
municipal; el local municipal y algunas tiendas pequeñas. La plaza también es
el punto principal de reunión, a donde llegan y desde donde parten los pocos
autos y combis que hacen algunas rutas en horarios establecidos.
Lo primero que hacemos es salir
del centro de la ciudad y caminar durante unos 10 minutos por un sendero de
piedras rumbo a uno de los puentes que cruza el rio.
Pero antes de llegar al puente nos
metemos a un terreno de propiedad
privada para contemplar de cerca las cascadas de Cabracancha.
El color de las aguas y las
cascadas que se forman son impresionantes. Las caídas de agua y el torrente del
rio hacen un fuerte ruido, pero agradable
al oído y que junto a todo el paisaje que lo rodea terminan haciéndonos
caer rendidos a sus encantos.
Pero no todo el lecho del río
está lleno de caídas de agua, en algunos tramos la quietud del agua genera que
se formen hermosas lagunas.
Finalmente llegamos al puente en donde un aviso indica que este puente no es antiguo ni menos
colonial, sino es un puente “estilo colonial”.
Pero la forma de los motivos y
los materiales usados en su construcción hace que parezca muy antiguo.
El puente es todo empedrado y se han
hecho arreglos para la comodidad del visitante, como por ejemplo troncos
cortados a manera de sillas en donde se puede descansar después de la caminata.
Y desde allí observar con
tranquilidad toda la belleza del lugar que tiene con atractivo principal el
color de las aguas del rio Cañete y las formaciones caprichosas que va formando
mientras discurre por su cauce natural. Este camino sigue subiendo y es el que nos lleva al distrito de Vilca.
Seguimos caminando y llegamos al puente 20 de enero, cuya
construcción se terminó en enero del 2,012.
Según nos comentaron la creación como distrito fue el 15 de noviembre de
1,915 según ley 2189, pero en esa época las noticias demoraban en llegar y
recién se enteraron de su creación el 20 de enero de 1,916, motivo por el cual celebran como día central
de su aniversario el 20 de enero, es decir el día que se enteraron que eran distrito.
Hasta ese entonces pertenecía al distrito de Carania.
Algunas personas hacen la pesca de truchas con caña o
anzuelos, única forma de pesca que está permitido dentro de toda la reserva.
Al retorno nos detenemos en una gran roca conocida con el
nombre de Shocoparara. La roca ha formado una cueva en donde se puede apreciar restos
pinturas rupestres.
Después de disfrutar de estos
bellos paisajes iniciamos el retorno al centro de la ciudad.
Las callecitas son empedradas con
unas canaletas al medio para discurrir el agua de las lluvias; angostas por
donde solo pueden transitar vehículos menores; de subida o bajada según se
trate la dirección en donde estamos y a donde nos dirigimos.
Por algunas calles solo se puede pasar caminando
Seguimos avanzando y los caminos no son todos planos. Al
levantar la vista para subir esta calle llena de escaleras nos permite apreciar
aquel cielo azul intenso matizado con algunas nubes blancas muy típico de la
sierra peruana.
Caminando hacia el otro extremo
del pueblo encontramos el camino más
amplio y mejor conservado del lugar que nos conduce a lo que los lugareños
llaman el boulevard. Esta caminata lo
hacemos como si saliéramos de Huancaya, pero en realidad es el camino de
entrada a este distrito.
A un costado se encuentra el Colegio
20701 Túpac Amaru cuya infraestructura de los salones de clases es prefabricado.
Es lamentable constatar que en algunos lugares del Perú la educación se imparte
en condiciones inadecuadas, tanto para los profesores como el alumnado.
Esperemos que esta situación en un tiempo no muy lejano cambie para mejor.
Terminando este lindo camino encontramos la figura de una
oropéndola, avecilla de unos 25cm. de largo plumaje amarillo y alas negras, que
abunda en la zona.
Y caminando un poco más llegamos a un arco que nos da la bienvenida o la
despedida según el lugar donde uno se encuentre. Desde aquí parte el camino que
nos lleva al distrito de Vitis y también de regreso a la costa.
Tuvimos la oportunidad de visitar
el Museo Municipal en donde una amable señorita con una didáctica explicación
nos enseña sobre el proceso de población de este lugar, los hechos y las fechas
más importantes y su evolución a través
del tiempo. Se observan restos de utilería cotidiana como prendedores, restos
de vasijas y cráneos de diversos tamaños y formas donde se reconoce la
influencia de la cultura Paracas por las huellas de trepanaciones craneanas.
En la sala principal del museo se
encuentran 8 momias de mujeres, todas con expresión de dolor. Según nos contó
la guía, la expresión de dolor se debe a
que estas mujeres al ver que sus hombres no regresaban por haber perdido la
pelea, preparaban y tomaban fuertes brebajes
a base de hierbas alucinógenas que les ocasionaba fuertes dolores y finalmente
la muerte, impidiendo de esta manera ser tomadas como esclavas por los
vencedores. Una de ellas tiene pegado a su cuerpo los restos de un bebe con el
cráneo alargado, se presume que haya sido la madre con el
heredero legítimo, pues este alargue de la parte posterior del cráneo
era señal de poder y comenzaba cuando aún era bebe el hijo heredero del
gobernante de turno.
Lo difícil de conseguir un
habitación donde descansar, la incomodidad al dormir, la dificultad de
encontrar un restaurante donde comer, no se compara en nada con la satisfacción
de arrullarse con el sonido de las caídas de agua del rio, de despertarse por
el canto de los pajaritos, de caminar distraídamente por sus calles sin ningún peligro
disfrutando de bellos paisajes naturales.
Este viaje lo realice en Noviembre del 2,013 por lo tanto
algunos datos podrían haber cambiado a la fecha.
Es importante tener en cuenta que no hay mucho servicio de
transporte para llegar y salir de Huancaya.
La empresa en que viajamos llega los sábados y regresa los miércoles.
Todos los días llega un auto a la 7.00 am desde Huancayo y
ahí mismo se está regresando, haya o no haya pasajeros.
Solo hay hospedajes con servicios mínimos.
Para comer existen algunas tiendas que dar este servicio, casi no preparan platos extras y generalmente
ofrecen las truchas fritas.
Es un lugar que poco a poco se está preparando para recibir turistas pero
que aún mantiene las costumbres de los pueblos alejados del Perú, donde la
tranquilidad y paz se siente a cada paso, es como si el tiempo se hubiese
detenido y no hay necesidad de mirar el
reloj. Un lugar donde la gente se saluda amablemente unos a otros al cruzarse
por los caminos y también a los extraños, cosas que no lo vemos ni en nuestro
barrio capitalino.
Muy buena descripción. Espero , que hoy, en el 2 016,muchas de las dificultades que se presentaron, ya se hallan superado. (No quiero arrepentirme de haber elegido salir de viaje a este hermoso lugar)
ResponderBorrarSuerte en todo, pensar en positivo.
BorrarMe encanto leer tu blog. Gracias!
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