Cuando estaba en Huancaya miraba
en la lejanía de los cerros los tejados de las casas del pueblo de Vitis, uno
de los 33 distritos que conforman la provincia de Yauyos y uno de los 8
distritos que conforman la Reserva Paisajística Nor Yauyos Cochas.
La distancia que separa a Vitis
de Huancaya es de solo 1 kilómetro, motivo por el cual esta distancia hay que
hacerla caminando por la carretera, disfrutando a cada paso de los lindos
paisajes de la zona. Si queremos ir en auto tenemos que alquilar alguna
movilidad o esperar y tener suerte de que alguna persona con auto esté saliendo
de Huancaya y nos quiera transportar. No encontraremos una empresa de autos que
realice esta ruta.
De acuerdo a nuestro plan de
viaje hoy teníamos que conocer Vitis y
para ello salimos muy temprano de Huancaya con mi hermano Carlos y mi primo Leo
rumbo a nuestro próximo destino. Bajamos
por las calles de Huancaya hasta llegar al arco que se encuentra en la entrada de
Huancaya. En nuestro caso este arco para nosotros era de despedida.
Estas paradas también nos servían
de descanso, aprovechando para
refrescarnos y beber un poco de agua. No teníamos ningún apuro en llegar rápido
a Vitis, así que disfrutábamos del viaje
conversando y haciéndonos una que otra broma.
Tratando de encontrar información
sobre el origen del nombre, lei que Vitis proviene de la voz nativa “Witi” que quiere decir: "fuera “. Se
cree que los primeros habitantes fueron peregrinos de diferentes tribus a los
que se les llamaba los Witis, es decir "los de afuera”.
En la ruta encontramos una caída
de agua conocida con el nombre de
“Cascada de la Sirena”. Se encuentra en una de las curvas más escondidas
de la ruta, es pequeña con poca agua, pero definitivamente se encuentra en un
lugar preciso, a estas alturas el cansancio de la caminata comienza a sentirse
y es necesario refrescarse un poco. Una leyenda cuenta que algunas noches
aparece una sirena que con su belleza atrae la curiosidad de los jóvenes,
quienes se acercan y a los cuales ya nunca más se les vuelve a ver. Es por eso
que nadie hace esta ruta en horas de la noche.
Después de caminar mas de una hora un letrero nos recuerda que ya estábamos a 100 metros del pueblo.
Vamos llegando a la entrada de Vitis y el camino afirmado de tierra se transforma en una pista de cemento.
Lo
primero que vemos son unos pequeños niños jugando en la calle ante la atenta
mirada de sus profesoras. Las sonrisas de sus rostros indican que están
pasándola de maravillas y no podía ser de otra forma si estaban disfrutando de
su hora de recreo.
Me acerco a la entrada del aula para ver el salón de clase y puedo observar en ella mucho orden, limpieza y color, un ambiente que definitivamente permite a los niños tener ganas de ir a la escuela.
Seguimos avanzando, las calles
son empedradas con unas canaletas al medio para discurrir el agua de las
lluvias.Me acerco a la entrada del aula para ver el salón de clase y puedo observar en ella mucho orden, limpieza y color, un ambiente que definitivamente permite a los niños tener ganas de ir a la escuela.
Subo a la torre del campanario y
desde allí se tiene una vista de toda la plaza principal.
En la misma calle de la iglesia se ubica el local artesanal de la comunidad vitisina en donde con el uso de telares a pedales se fabrican ponchos, bolsos, chalinas, tapices y otros accesorios a base de lana de alpaca y ovino.
Seguimos avanzando hacía lo que
en nuestro caso sería el extremo final del pueblo, pero cuando uno viene de
Lima este extremo es la entrada al
pueblo de Vitis. En este lugar encontramos el arco de entrada que nos da la
bienvenida.
También aquí han construido un mirador desde donde se observa grandes
montañas y tierras de cultivos.
Estando en el mirador pude comprobar porque a
Vitis le dicen: “La ciudad de los vientos”. Realmente era medio día y corría
unos vientos tan fuertes que querían arrancarme la ropa y lanzar por los aires
mi gorrita.
Mi hermano Carlos hizo la ruta a
la laguna de Piquecocha, mientras mi primo y yo nos quedamos en el mirador y
después regresamos a la plaza principal
del pueblo.
La laguna de Piquecocha se
encuentra 11 km antes de llegar a Vitis, una media hora aproximadamente en auto
y sobre los 3,400 msnm. Tiene una
extensión aproximada de un kilómetro con una profundidad media de 3 m.,
llegando hasta 25 m. en su parte más profunda.
Sus aguas son transparentes simulando un color verde esmeralda por las plantas que se encuentran dentro de ella. Algunas partes están llenas de totora y se puede ver revoloteando patos y gaviotas en sus aguas.
Mientras esperábamos la llegada
de mi hermano, mi primo y yo habíamos
tratado de encontrar un lugar donde almorzar o a alguna persona que nos
preparara algo de comer. Las pocas tiendas que habían estaban cerradas y las
que tenían la puerta abierta no atendían, tocábamos la puerta y nadie salía. Con suerte en una de
ellas salió alguien y logramos comprar una mano de plátanos.
Cuando mi hermano regresó de la
laguna Piquecocha le comunicamos la mala noticia: no había almuerzo. Le tomamos
una foto con el joven guía que lo acompañó y emprendimos el camino de regreso a
Huancaya.
Queríamos llegar lo
antes posible a Huancaya para poder almorzar, sabíamos que en estos pueblos es
difícil conseguir un lugar donde almorzar y peor aún en horas de la tarde. Al
final preguntando llegamos a un lugar donde nos prepararon algo para almorzar.
Después del reparador y necesario almuerzo
descansamos un rato haciendo recuerdos de la caminata a Vitis, luego salimos para seguir caminando y conocer más lugares de
Huancaya.
Vitis se encuentra localizado en
los andes de la provincia limeña de Yauyos a una altitud de 3,616 msnm en la
cuenca del rio Cañete y fue creado como distrito el 03 de mayo de 1955. Con las
pocas personas que logramos conversar fueron muy atentas y los pobladores básicamente se dedican a la ganadería y
agricultura.
Este viaje lo realicé en noviembre
del 2,013 y cualquier dato puede haber cambiado a la fecha.
complicado lo del almuerzo ese dia, Leo preocupado, pero todo compensado con la caminata y los bellos lugares que conocimos. vitis "ciudad de los vientos".
ResponderBorrarCarlos P.