Hace algunos años había leído sobre un pueblo de la sierra
de Lima que tenía las paredes de sus viviendas pintadas con diversos motivos
dando a las calles un colorido y
atractivo muy peculiar. El nombre de este lugar es Espíritu Santo de Antioquia,
conocido simplemente como Antioquia.
Es uno de los 32 distritos que conforman la provincia de
Huarochirí y se encuentra a una distancia aproximada de 75 km de Lima,
dentro de la zona del Valle del río
Lurín sobre los 1,500 msnm.
En la plaza principal se encuentra una gran piedra sobre la
que se ha puesto una placa, en donde se lee que antiguamente este lugar se
llamaba Comunidad del Espíritu Santo. A partir del 5 de abril de 1,935 se le llama
Antioquia.
En una de las calles que se encuentra al frente del mercado de frutas, en la intersección de las Av. Rosa Toro y Av. Nícolás Arriola se encuentra el paradero de los autos de la "Asociación Taxi Sol de Cieneguilla", Ruta B que hacen esta ruta. Los autos partes desde de las 6.00 am hasta las 10.00 am siempre y cuando haya pasajeros. Después de este horario es complicado conseguir movilidad hacia Antioquia. El costo del pasaje es de S/.12.00.
Si buscamos un poco de economía muy cerca a dicho paradero,
en la calle Los Claveles 173, encontramos la agencia de una empresa de
transportes llamada Señor de Muruhuay que también hace la misma ruta por un
costo de S/.9.00 por persona. La diferencia es la comodidad, los horarios de
salida que son fijos y el tiempo de viaje. Los autos salen en cuanto se completa con cuatro pasajeros, en cambio los microbuses
son antiguos y salen a las 9.30 am. El
servicio de microbuses es muy útil para los comerciantes que generalmente llevan
paquetes o bultos, los cuales son colocados en la parte de encima del carro,
forma en que se transportaba antiguamente los equipajes de los pasajeros.
Los 75 km de distancia desde lima tienen en promedio unas
dos horas de viajes. Durante el trayecto pasamos por Cieneguilla , Chontay, Sisicaya y Antapucro.
La carretera esta asfaltada por trechos aunque deteriorada por la falta de
mantenimiento y otra parte del camino es solo de tierra afirmada que levanta polvareda
con el paso de los carros.
El
chofer que nos llevó era muy conversador y nos iba explicando detalles de la
zona, tales como los nombres de los
pueblos, las actividades de los pobladores
y hasta de un poco de política. A su paso casi todos le levantaban la mano y él
respondía con una venia o el toque del claxon del vehículo.
El
viaje se desarrollaba con normalidad cuando de pronto nos encontramos con una fila
de carros que no podían pasar por un puente que estaba clausurado por una hora
y media más debido a trabajos de mantenimiento que se hacía en la carretera
unos metros más adelante. El chofer avanzó y se puso en primera fila delante de
la tranquera que impedía el paso de los carros. Al verlo retiraron la tranquera
y permitiéndonos pasar, luego cerraron nuevamente la tranquera. Nos detuvimos
al otro lado del puente para hacer tomas fotográficas del rio Lurín.
Después de ver esta situación al chofer le hicimos notar que nos habíamos dado cuenta que casi todo el mundo lo conocía y le preguntamos por qué era un personaje tan conocido o si era alguna autoridad de la zona. Nos comentó que en estos pueblos casi todo el mundo se conoce y él era presidente del grupo de pobladores que estaban viendo la distribución del agua para el regadío de las parcelas. El vivía en la zona y en el trayecto nos indicó donde estaba ubicada su casa.
Durante el trayecto pudimos ver que la ruta es muy usada por los ciclistas.
Luego
de aproximadamente dos horas y media de un
viaje ameno por la conversación del chofer y las vistas del paisaje llegamos
finalmente a la plaza de armas de Antioquia, último paradero de los carros.
Complacido quedé cuando vi que todo lo que se decía y había leído de este pueblo era verdad. Todas las paredes de las casas, locales comunales, escuelas, iglesias y cualquier otra construcción estaban pintadas de color blanco y sobre ellas pintaron figuras multicolores de aves, flores, animales y plantas, dando una sensación de alegría y originalidad.
El
pueblo es pequeño, pero muy bonito,
limpio y ordenado. Las casas abarcaran unas dos
o tres cuadras a la redonda de la plaza de armas y en cada casa están
pintados los apellidos de la familia que la habitan. De tal manera que si
buscan a alguien no necesitan preguntar, solo leer los letreros con los nombres
de las familias que viven allí.
El
proyecto de pintar las casas de esta forma nació de la necesidad de dar a
conocer la existencia del pueblo y de
que turistas visitaran el lugar, generando de esta manera ingresos adicionales
a los habitantes. El objetivo principal era transformar el lugar y de ser un
simple poblado productor de frutas pasar a convertirse en un lugar atractivo
para los turistas. Con tal finalidad las autoridades de Antioquia en el año 2,004
hicieron un concurso internacional de pintura para su pueblo, llamado “Colores
para Antioquia” obteniendo el primer lugar el pintor peruano Enrique
Bustamante.
Las
primeras paredes que se pintaron fueron las del colegio Andrés Avelino Cáceres
que se encuentra en la plaza de armas.
Luego las paredes de la iglesia y
después todas las paredes que circundaban la plaza de armas. Finalmente los mismos pobladores vieron que
la plaza de armas se veía muy bonita y decidieron ellos también pintar sus
viviendas.
Cuando
llegamos parecía que las casas recién las habían pintado y ello se debe a que
las pinturas están en constante
mantenimiento. Justamente el día que llegue estaban retocando las pinturas de
la torre de la iglesia.
Luego
de admirar lo bonito que se ve y se siente el lugar tomamos un camino de tierra
que es la continuación de la carretera que conduce al poblado de Cochahuayco localizado a una distancia aproximada de 3 kilómetros. Nuestra intención no era ir a
Cochahuayco sino ver que había más allá de las pocas manzanas que conforman
todo el pueblo. Caminamos un kilómetro y
dimos la media vuelta de regreso. No
puedo dejar de mencionar la gran cantidad de árboles frutales, especialmente
manzanos y menbrilleros que se encuentran a ambos lados del camino y cuyos frutos están al alcance de la mano. A lo lejos
se escucha el murmullo de las aguas del río Lurín.
En algunas chacras ya se encontraban las cajas de madera
para llenarlas de fruta y enviarlas a Lima para su venta.
Regresamos
a la plaza de armas y de allí nos dirigimos al único restaurante campestre de
la zona “Allin Rickuy” donde preparan platos a base de cuy, patos y otras carnes.
No dejen de probar el néctar de menbrillo. Pero antes debemos pasar por el Apu Pariakaka, un complejo recreacional administrado por la
municipalidad, hecho de piedras y
cemento donde se han construido grandes figuras de dos llamas bajo las alas de un cóndor mucho más grande. El
complejo se ha convertido en el escenario donde se llevan a cabo todas las fiestas del
pueblo y previa coordinación se puede utilizar para acampar.
Después
del reparador almuerzo y su respectivo descanso, nos dirigimos al Mirador de
Amancaes. Para llegar hasta este punto alto de la ciudad se camina por un
costado de la ciudad tomando el camino
que da al cementerio. Más allá se llega al estadio municipal el cual siempre
tiene las puertas abiertas, cruzamos toda la cancha deportiva del estadio y
salimos por el otro extremo en donde se comienza a subir por una pendiente hasta la cima de un
pequeño cerro desde donde se tiene una vista espectacular de todo el valle.
Desde arriba se parecía todo el valle y pudimos
comprobar que a pesar de la distancia, las paredes blancas con sus figuras
multicolores se siguen viendo muy bonitas, más aun cuando están rodeadas del
verdor de la campiña antioqueña.
En
este lugar existe una especie de capillita y hasta aquí la población realiza un
peregrinaje los 6 de enero de todos los
años para celebrar la Fiesta de Bajada
de Reyes con la degustación de viandas y danzas típicas.
Cuando
caminábamos de regreso del mirador de Amancaes escuchamos una detonación. Un
poblador nos comentó que era la dinamita que usaba la Minera Huascarán que desde el 2,008 viene
desarrollando sus estudios de exploración con la finalidad de extraer oro. Esta
situación ha generado una gran preocupación entre los habitantes pues
consideran que a la larga contaminará el agua, el medio ambiente y que será difícil
seguir con la agricultura y el turismo.
Mientras
esperábamos la movilidad de regreso a Lima llegó una camioneta grande de donde
bajaron un grupo de muchachos con dos chicas. Sacaron un traje de la parte de
atrás y se la dieron a una de las chicas. La chica entro al carro, cubrieron el
capot del carro con una lona y cuando salió estaba vestida con el traje.
Increíble camerino de modelos. Fueron caminando a la plaza principal y con todo el equipo necesario hicieron una
sesión de fotos. Por mi parte camine discretamente cerca al grupo y desde una
distancia prudencial me atreví a hacer unas tomas de la modelo.
El
pueblo es pequeño, no hay muchos lugares donde poder comer. La economía de los
pobladores básicamente sigue siendo la agricultura, teniendo entre sus cultivos
principales los frutales como manzana, lúcuma, ciruela y membrillo. También se
está desarrollando la agroindustria con la fabricación y envasado de néctares de
estas frutas y el vinagre de manzana. El
turismo poco a poco se va desarrollando, a dos cuadras de la plaza principal como yendo
a Cochahuayco pude ver casa grande de
dos pisos que brindaba hospedaje y en la plaza principal venden artesanías.
Estos
murales de fantasía y color fueron reconocidas por el Record Guiness como el "Retablo más
grande del mundo, 2007".
Este
viaje lo realicé en noviembre del 2,013 cualquier dato podría haber cambiado a la
fecha.
Hola Cesar como estas, tu blog esta muy interesante, muchas felicidades...
ResponderBorrarHola Cesar, muy interesante tu blog, muchas felicidades y un abrazo a la distancia.
ResponderBorrarHola amiga, muchas gracias por leer mi blog, te invito a leer mis otras narraciones. Saludos.
BorrarSolo una acotación, el mercado de frutas queda en la intersección de Rosa Toro y Nicolás Arriola (no nicolas Ayllón)
ResponderBorrarMuchas gracias por la aclaración y por leer mi blog.
ResponderBorrarEntendido ! Y
ResponderBorrarGracias!
Hola César, qué buen contenido! me encantaría saber el nombre del señor que te llevó hacia allá. Si es que aún lo recuerdas... deseo ir con colectivo así como tú pero con tanto peligro... ya no se sabe en quién confiar.
ResponderBorrarLa verdad no recuerdo el nombre del chofer. Los colectivos salen del lugar donde indico en mi blog, ellos pertenecen a una asociación de choferes y se conocen entre ellos, no creo que haya problemas. Pero para tu tranquilidad trata de ir con alguna otra persona. Suerte.
ResponderBorrarmuy interesantes los datos, Cesar!
ResponderBorrary el regreso que tan facil es?