viernes, 28 de febrero de 2014

TINGO MARIA: PUERTA DE ENTRADA A LA AMAZONIA


Tingo Maria  es la capital de la provincia de Leoncio Prado en el departamento de Huánuco y se encuentra ubicada a 139 kilómetros de Huánuco, sobre los 680 m.s.n.m. Se encuentra a orillas del río Huallaga y rodeada de una cadena montañosa. Resalta la belleza natural de sus paisajes, sus cascadas y cuevas, así como lugares adecuados para el turismo de aventura.

En épocas muy remotas vivían en las antiguas tierras de Tingo María y en la desembocadura del río Monzón unas etnias conocidas como los chunchos tingaleses, carapachos, callisecas y los tulumayos.

 
La historia del lugar considera a los misioneros franciscanos Fray Luis Jurado y el Padre Francisco de Olivares como los primeros en llegar a la zona de la selva, pero se considera al hermano Jerónimo Jiménez de haber fundado en 1632 el primer pueblo de Tingo María y la parroquia de San Felipe de los chunchos tingaleses.  La fundación republicana fue el 15 de octubre de 1938, en donde una ley señalaba que los terrenos que comprendían Tingo Maria habían sido expropiados a favor de los colonos que habitaban por aquel entonces. Queda sellada la historia de la fundación de la ciudad teniendo como patrona a Santa Teresita del Niño Jesús por el fervor católico que mostraban los pobladores.

La etimología de la  palabra Tingo Maria proviene de dos vocablos: Tinccos o Tinku, palabra que en quechua  significa unión, encuentro. Y Maria porque en aquella época existía una mujer que vendía comida y daba alojamiento a los viajeros que se trasladaban a través de canoas por los ríos Monzón, Uchiza y Cachicoto; originando el nombre de Tingo María. La unión o encuentro se debe a dos ríos,Huallaga y Monzón, que se unen a la altura del Puente Córpac de esta ciudad.

Para ir de Huánuco a tingo María se debe se debe abordar unos autos colectivos conocidos como “Comité N° 5” cuyo paradero se encuentra a cinco cuadras de la plaza de armas, en el jirón General Prado 1085. El costo del pasaje fue de S/. 15.00 por persona y los 139 km de distancia se hacen en dos horas y media aproximadamente, por una carretera que está en regular estado, por trechos la pista esta buena y por otras totalmente deterioradas. El paisaje que se ve es todo lleno de verdor propio de la zona de selva.

Durante el viaje llegue a un acuerdo con el chofer para alquilarle su auto todo el día. Tenía el carro a mi disposición y no había ya que preocuparse por la movilidad. Estaba listo para iniciar una visita de tan solo un día a Tingo María, pero fue un  paseo muy bonito porque  estaba con mi familia y eso le agregaba una alegría especial  al viaje.

Lo primero que hicimos fue llegar a la plaza de armas,  un ovalo grande, de una concepción muy moderna, de donde se inicia un paseo conocido como la Alameda Perú  que consta de  siete cuadras y cruza el centro de Tingo María, con anchas veredas y árboles oriundos de la zona. A lo largo de esta alameda destacan algunos monumentos como del coronel Leoncio Prado y José Abelardo Quiñones entre otros.
 
También dentro del perímetro de la plaza principal  se encuentra la Iglesia Santa Teresita del Niño Jesús, fundada en octubre de 1,944 es considerado el templo más antiguo de Tingo María. La construcción de la iglesia fue posible gracias a los esfuerzos de los sacerdotes franciscanos canadienses. Actualmente cuenta con un convento adyacente y un centro educativo.

 
Esta ciudad es conocida como  “Puerta de entrada a la Amazonía Peruana”, por eso en  su plaza principal encontramos  una gran estructura arquitectónica en forma de un arco, que representa la puerta de entrada a la Amazonía Peruana.


Como ya es característico en todas las ciudades de la selva peruana el principal vehículo de transporte masivo es la moto. Aquí vemos gran cantidad de motos estacionadas en las afueras de la Municipalidad Provincial de Leoncio Prado, Tingo María.
 
 

Un lugar obligado para conocer en Tingo María  es la Cueva de las Lechuzas, que se encuentra dentro del Parque Nacional Tingo María, en las faldas del cerro de la bella durmiente. Pedí al chofer que nos llevará a dicho lugar ubicado a 6 km al sur-oeste de la ciudad de Tingo María.


Llegamos con mi familia a la entrada, pagamos  S/. 5.00, contratamos un guía que nos cobró s/. 15.00 y comenzamos la caminada por una senda llena de verdor. Arboles de todo tamaño encontrábamos a nuestro paso los cuales eran identificados y explicados por el guía.

En el tallo de un árbol vi una gran protuberancia marrón, pregunté al guía y me explicó que se trataba de un nido de termita. Me acerqué y pude ver miles y miles de termitas que andaban de un lugar a otro. Son unos insectos parecidos a las hormigas que construyen nidos en los tallos de los árboles y se alimentan de la celulosa contenida en la madera y sus derivados, la que degradan gracias a la acción de los protozoos de su sistema digestivo, con los que viven en simbiosis. La mayor parte de las termitas son de climas tropicales o subtropicales. La simbiosis es la asociación por parte de dos o más individuos de especies diferentes con el fin de recibir provecho mutuo para todos ellos.
 

Siguiendo el camino llegamos a un puente sobre un rio de aguas tranquilas,  el origen de este rio que aparece de la nada se cree que sea porque en estas cumbres el  río Santa  que viene de Ancash se hace subterráneo y una parte de sus aguas aparecen de nuevo por este lugar pero ya con el nombre de  río Perdido. En el lugar se forma un balneario natural típicamente selvático, muy popular entre los visitantes ansiosos de tomar un baño luego de visitar la Cueva de las Lechuzas. Finalmente este pequeño rio con sus apenas 500 metros de recorrido desemboca en el río Monzón.  También se le conoce  como tragadero del río perdido.
 
 

No solamente se observan árboles sino también insectos, pajaritos, aves y bellas mariposas. Naturaleza pura.
 

Después de caminar entre bellos paisajes, con un calor sofocante debido al clima tropical de la zona, llegamos al pie de una larga escalera con varias curvas.  Cuando terminamos de subir y llegamos al final de la escalera, observamos  un inmenso boquerón, una gran abertura en medio de la montaña, de unos 35 metros de alto por 80 metros de ancho aproximadamente.
 
Es conocida como la “Cueva de las Lechuzas”, toda su estructura está compuesto principalmente por piedra caliza, dentro de la gruta se pueden ver estalactitas y estalagmitas que con el paso de los años han adquirido formas muy caprichosas y peculiares dando lugar a la formación de curiosas figuras de piedra por todos lados. La imaginación de los guías y de uno mismo puede hacernos ver diferentes  figuras y personajes en cada forma.
 
El olor es bastante fuerte ya que la cueva es el hábitat de cientos de murciélagos que cubren por completo el techo y de guacharos. Todo el camino se hace por unas plataformas de madera con pasamanos, lo cual da seguridad al visitante y fija los límites por donde se puede caminar sin ningún peligro. También nos protege de mojarnos los zapatos ya que el piso está lleno de agua producto de las goteras de las estalactitas.

Las estalactitas y las estalagmitas son formaciones de roca que se encuentran dentro de las cuevas. El agua de la lluvia que se filtra a través de las rocas y el agua que se evapora dentro de la cueva hace que el techo de la cueva esté húmedo, esta humedad vuelve a precipitarse lentamente arrastrando consigo algunos minerales. Estos minerales van formando las estalactitas desde el techo y las estalagmitas desde el piso de la cueva hacia arriba.
 
Conforme se va adentrando a la cueva esta se va volviendo más oscura, casi no llega la luz de afuera y caminamos en medio de la penumbra. Los guías llevan linternas para indicarnos algunas cosas que a simple vista no la veríamos. La entrada solo es permitida hasta donde el camino termina, lógicamente la cueva va mucho más allá, pero no está permitido el ingreso.
 
El nombre de cueva de las lechuzas no es correcto, pues en este lugar no existen lechuzas, las aves que existen en su interior se llaman guácharos.  Estas aves nocturnas viven en grandes colonias dentro de cavernas o cuevas oscuras. Tienen una especie de un sistema de radar que le permite desplazarse sin chocarse con las paredes de las cavernas, con otros pájaros o con árboles cuando busca su alimento por la noche. Entonces, esta cueva se debería llamar la cueva de los guácharos.

Tan solo se ha llegado a conocer hasta 400 metros de este complejo mundo de oscuridad con un ecosistema único. Hay mucho por descubrir.


Cuando regresábamos  por el mismo camino que habíamos recorrido al principio el guía nos indicó la “cueva de las arañas”. Es una cueva que no se nota a simple vista, que no cuenta con una señalización, solo se puede ubicar si alguien nos avisa. Para entrar prácticamente hay que arrastrarse por el suelo, pero una vez que se traspone la entrada ya se puede poner de pie. El lugar es pequeño, totalmente oscuro, hay que entrar con linternas. Lo particular de esta cueva es que aquí viven unas arañas gigantes, las más grandes que he visto, con sus patas extendidas son más grandes que las tarántulas. Entramos con mi hijita para conocer esta cueva.
 
 
Según nos dijo el guía son arañas dóciles cuyo veneno en caso de picadura a pesar de su tamaño no tienen mayores efectos en los humanos.  Bien dicen que cuanto más pequeña la araña más  peligrosa y fuerte es su veneno.

 
El río Monzón tiene su origen en la meseta andina de la Provincia de Huamalíes. Desde el pueblo de Monzón hasta Tingo María, es navegable y desemboca en la margen izquierda del Río Huallaga. Junto a sus afluentes forma un importante valle, en donde se cultiva coca, café, cacao, plátano entre otros productos. Un alto en el camino para apreciar el rio Monzón y su entorno desde un puente.

 

El Parque Nacional Tingo María fue establecido el 14 de mayo de 1965 sobre un total de 18,000 hectáreas pertenecientes al distrito de Mariano Dámaso Veraún, provincia de Leoncio Prado, del departamento de Huánuco. El Parque comprende el área de las Cuevas de las Lechuzas, las cataratas Quinceañera y León Encantado, el corredor de Río Oro y el corredor turístico Tres de Mayo-Río Perdido. El objetivo principal de su creación fue proteger la flora, la fauna  que en él se encuentra.
 
Tingo María, también es conocida como la ciudad de la “Bella Durmiente” porque en la cima de una montaña se logra ver  el perfil de la figura de una hermosa mujer echada de espaldas mirando el cielo y cubierta con un manto de verdor.

 
Según una leyenda se trata de la princesa Nunash. La leyenda dice que un joven llamado Cuynac  atravesando la selva de los Huánucos, se enamoró de la princesa Nunash, los dos llegaron a amarse y Cuynac levantó un palacete en un lugar cercano a Pachas que le puso el nombre de Cuynash en honor de su amada.

Vivieron un tiempo felices, rodeados de vasallos, pero su felicidad quedó truncada cuando fueron atacados por el padre de la princesa: Amaru, convertido en un monstruo en forma de culebra. Cuynac se valió de su hechicería y convirtió en mariposa a Nunash y él se transformó en piedra. Ella en su nuevo estado, voló hacia la selva y retornó con ayuda para combatir al monstruo Amaru.

Los enemigos fueron vencidos, Cuynac, entonces trató de recuperar su forma humana sin conseguirlo, pero ella si pudo retornar a su forma humana y buscó inútilmente a Cuynac. Cansada se sentó cerca de la piedra en que Cuynac quedó convertido y ella se quedó dormida. Mientras dormía, escuchó en sus sueños la voz de su amado que decía: "Amada no me busques, mi voluntad fue pedir a los dioses que me convirtiera en piedra y mi pedido fue complacido y ahora soy sólo una piedra, destinada a permanecer en este estado para toda la vida. Si tú en realidad me has querido y me sigues queriendo todavía; deseo que permanezcas a mi lado toda la vida sobre este cerro y que en las noches de luna aparezcas ante la mirada de la gente como la mujer en actitud de estar durmiendo". Nunash siempre en sueños, aceptó la propuesta de su amado y quedó convertida en piedra, lo que hoy es la figura de la "Bella Durmiente".

Hay otra antigua leyenda  sobre el origen de la Bella Durmiente que dice: un maligno dios acechaba a una bella princesa nativa. Deseaba cortejarla y acceder a sus encantos, pero ella, enamorada de un joven guerrero, rechazaba repetidamente sus regalos y elogios. Un día, cansado y molesto por el constante rechazo del que era objeto, el dios siguió a la doncella hasta una hermosa quebrada. Oculto en la espesura, esperó a que se detuviera para hechizarla. Mientras la joven observaba atónita cómo el rostro del dios aparecía en las aguas calmas de un riachuelo, éste, convertido en una pequeña ave de brillantes colores, se acercó a la princesa y le susurró al oído: "debes casarte conmigo", le dijo. "Tendrás poder y riquezas, además de una vida eterna al mando de todas las criaturas del bosque". Ella, entre lágrimas, respondió: "Jamás seré tuya. Prefiero morir a renunciar a mi amor". Fue entonces que, lleno de ira, el dios la convirtió en roca. Así nació la Bella Durmiente, la cadena de montañas que domina la ciudad de Tingo María y que reproduce la silueta de la joven doncella tumbada sobre la hierba.
 
 
Después de un reparador almuerzo donde degustamos los ricos pescados de la amazonía nos dirigimos a la cueva de las pavas que se encuentra a 3.5 km. al sur de la ciudad de Tingo María.

 
Recibe esta denominación porque dicen que antiguamente en este lugar abundaban las pavas blancas silvestres que vivían entre los árboles a las riberas del cristalino río. Lo conocen también como la quebrada de “Lucunyupe”. Es un lugar de abundante vegetación con un río cristalino en donde la gente acostumbra bañarse.

 
Observé un mototaxi  con su balón de gas al costado del chofer, no me aguante la tentación de tomarle una fotografía. Posiblemente el chofer estaba comiendo algo en los puestos de ventas que se ubican a ambos lados de la carretera.

 
La tarde moría y poco a poco el camino se iba oscureciendo, regresábamos contentos después de haber conocido Tingo María y algunos de sus encantos. Nos contaba el chofer que no es recomendable salir  o ir a Tingo María muy tarde ya que la niebla tropical tiende a perder visibilidad a los choferes y el camino se hace peligroso. Aún asi la gente usa cualquier medio para movilizarse.
 
 
Nos quedaron pendientes muchas cosas por conocer como cataratas, viveros, el parque nacional o el boquerón del Padre Abad, pero teníamos que regresar.  Es recomendable quedarse más días, dicen que las noches son muy alegres por esta zona.



La última parada que hicimos en el camino de regreso de Tingo María a Huánuco fue en el Túnel de Carpish, ubicado a 78 km. de Tingo María. Con sus 2,707 msnm es el punto más elevado de la ruta. Este túnel divide dos paisajes totalmente diferentes: sierra y selva. Cuando sales del túnel el paisaje cambia repentinamente. La vegetación cambia de manera dramática y el exuberante bosque de montaña empieza a poblar las laderas de los cerros.
 
 
Este viaje lo realice en agosto del 2,011 cualquier dato puede haber cambiado a la fecha. La ciudad es moderna y cuenta con todas las comodidades para disfrutar de varios días de aventura y sosiego. No hay pierde.

 








 

5 comentarios:

  1. Es verdad el nombre Tingo María tiene relación con el verbo tincuy. En realidad no proviene solo de este verbo sino de la frase "tin-kun-ma ar-ri", que significa " Si le da encuentro".Refiriéndose al encuentro de dos ríos. El nombre María no tiene ninguna relación con el nombre de esta ciudad.

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  2. Muchas gracias por visitar mi blog y sobretodo por el aporte al mismo.

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  3. Estos lugares tienen una gran belleza. Visitándolos se disfruta mucho.

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  4. El kech-hua es un gran elemento cultural que debe conservarse y estudiarse.

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  5. Reivindicación Proyecto de Reconversión y Control del Equilibrio Atmosférico
    Autor Rolando Escudero Vidal
    En la naturaleza se puede observar muchas cosas que indican claramente que los vegetales se alimentan con los gases de la atmósfera solo por la raíz.
    Por ejemplo cuando se camina por los Andes hay momentos en que uno pasa por lugares con abundante vegetación, árboles de buen tamaño, muchas avecitas, caracoles, lagartijas que corretean, etc. Y bastante cálido. A este lugar le llaman yunga, palabra derivada del nombre kech-hua “yun-ka” que quiere decir “zona cálida”. Posiblemente, un derivado de esta palabra es, también, el nombre Yungay. Pues, los antiguos exploradores que bajaban de las alturas del Huascarán cuando llegaban a esta zona decían “yun-ka-na” que quiere decir “ya es zona cálida”.
    En los Andes los caminos, mayormente, son de subida o bajada. Y para salir de la yunga los caminos, generalmente, son de subida. Y cuando uno sale de la yunga por estos caminos, a medida que avanza en la subida, se observa algo curioso: La temperatura va disminuyendo y los árboles van disminuyendo su tamaño hasta convertirse en pequeños arbustos. Y en la mente van apareciendo preguntas acerca de las causas de este hecho. Y al seguir avanzando en esta subida uno llega a lugares donde ya no hay ni arbustos. Solo pequeños vegetales que apenas salen del piso. De algunos se ven solo tres hojas pegadas al suelo. Caminando así se pasa por tres zonas características de los Andes: la yunga, la zona templada y la puna. Al pasar la puna ya están los nevados.
    Entonces viene la pregunta: ¿Por qué esta variación de los vegetales al cambiar de zona? Hay que tener en cuenta que el desarrollo de todos los seres vivos, tanto animales como vegetales, depende de la alimentación: cuanto más y mejor alimento mayor desarrollo. Esta es la causa del mayor desarrollo de los vegetales en las yungas. El mismo motivo también en la selva. Con la temperatura existente en estos parajes el terreno, necesariamente, se expande creando en el terreno vías para el ingreso de más cantidad de gas en él. Lo que significa mayor cantidad de alimento para los vegetales, pues ellos se alimentan con los gases de la atmósfera. En las zonas más altas disminuye la temperatura. En consecuencia la expansión disminuye causando la disminución de las vías de ingreso de gas atmosférico. Lo que, también, disminuye la cantidad de alimento para los vegetales. Hecho que causará el empequeñecimiento de los mismos. Estos fenómenos son una prueba irrefutable de que las plantas se alimentan solo por la raíz.

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