Salimos con mi esposa e hijita de
Huánuco rumbo a Tomayquichua, uno de los ocho distritos con que cuenta la
provincia de Ambo, en el departamento de Huánuco.
Se encuentra ubicado a 16 km de
la cuidad de Huánuco a una altura de 2,000 msnm aproximadamente, al margen
derecho del río Huallaga. Normalmente hay transporte de camionetas que hacen
esta ruta, el tiempo del viaje es de
aproximadamente media hora y su costo es de S/. 4.00. También se puede ir en auto o mototaxi desde
el distrito de Ambo, capital de la provincia del mismo nombre.
El origen del distrito de
Tomayquichua se remonta a la época pre-hispánica, siendo los Chupachos los
primeros habitantes quienes se encontraban en la cuenca del rio Huallaga. Desde
entonces el poblado adoptó el nombre de Tumay-kichwa que proviene de los
vocablos quechuas “Tumay” o “Tumaj” que significa “Valle” y de “Kichwa” que significa “Tierra Templada”, traducido
al español sería algo asi como valle templado. Algunas personas aseguran que el
nombre verdadero es Tomaykichwa.
La plaza principal es pequeña,
con grandes árboles y en la parte central se ha construido una pileta. En una
de las calles del perímetro de la plaza se encuentra la Iglesia de Tomayquichua
y el local municipal del distrito.
La iglesia de
Tomayquichua es muy antigua, data de 1,610. Lamentablemente en el año
2,009 mientras se celebraba una misa sorpresivamente se cayó la pared que
sostenía el altar mayor de la iglesia. En abril del 2,013 se hizo la demolición
y se iniciaron los trabajos de construcción de una nueva iglesia con
actividades y aportes de la feligresía.
Tomayquichua es un pueblo pequeño
en donde la mayoría de las casas son de un solo piso, pero el moderno local
municipal se levanta impresionante con una construcción de cuatro pisos,
contrastando y rompiendo el esquema del lugar.
En el frontis del municipio se encuentra un monumento donde
se distingue a La Perricholi y el virrey Amat y Juniet en un tierno abrazo de
amor, simbolizando el romance que vivieron estos dos personajes tan
disimiles durante la época colonial.
Según los detalles de la obra se aprecia que ella era una delgada y espigada
mujer y él era un gordito bonachón de menor estatura.
También encontramos una calesa o carruaje de dos ruedas.
El cielo estaba totalmente despejado y los rayos solares
calentaban el ambiente mientras paseábamos por las calles de este pintoresco
distrito. Algunas casas son de adobe y
otras de material noble pero todas tienen techos a dos aguas cubiertas con
tejas, muy clásico de los pueblos de la sierra.
Las viviendas que están un poco más alejadas del centro son
de adobe y tienen extensos huertos por donde se llega caminado a través de
pasajes angostos que se quedaron en el tiempo, Caminar por estos lugares es
maravilloso, viendo las frutas colgadas en los árboles y sintiendo el aroma de
las flores. Solo el canto de algún pajarillo o el ladrido de un perro rompen el
silencio total que nos hace ver que no estamos viviendo un sueño.
Uno de los motivos que me hizo conocer
este distrito es que según la historia aquí vivió “La Perricholi”. Como el
distrito es tranquilo no existe movilidad y todo se hace caminando, fue así
como caminamos por una calle estrecha y de subida que nos llevaría a la
casa donde nació y vivió parte de su infancia este personaje muy ligado a la
época colonial.
María Micaela Villegas y Hurtado
de Mendoza más conocida como “La Perricholi” nació el 28 de setiembre de 1,748 y es considerada una actriz del teatro peruano colonial.
En el teatro Manuel A. Segura, antiguo Teatro Municipal de Lima existe una
placa que dice: La Casa de la Tradición con los auspicios de la Municipalidad
Capitalina a la célebre actriz limeña Micaela de Villegas “La Perricholi”
creadora del arte escénico nacional al cumplirse dos siglos de que iniciara en
el Real Coliseo de la Comedia hoy Manuel A. Segura las primigenias actividades
artísticas en el Perú. Mayo, de 1968”.
Aunque los documentos legales que
existen sobre Micaela Villegas señalan que era natural de la ciudad de Lima y
así lo declara ella misma en su testamento, popularmente el pueblo de
Tomayquichua la ha tomado como hija de su tierra y así lo hace saber al mundo
entero.
Después de caminar cerca de 20
minutos llegamos a la casona en donde un aviso nos hacer saber que estamos frente
a la casa de La Pericholi.
Fue la mayor de seis hermanos, su padre fue arequipeño y su madre limeña. A
pesar que su familia era de condición modesta aprendió a leer y escribir, cosa
no muy común entre las mujeres de esa época. Le gustaba el canto y la danza y
desde muy niña mostró vocación por el teatro, oficio considerado en esa época
como indigno para una mujer.
Debutó a los 15 años en el
teatro, su pasión y talento, su imaginación y gran memoria hizo que antes de los 20 años se convirtiera
en la actriz de moda. Todos los días el teatro se abarrotaba de público que
quería ver y admirar la belleza y expresión artística de la joven.
Lo que da trascendencia a La Perricholi
es su romance con el Virrey de la época. Ella era una joven de 18 años y el
virrey Amat y Juniet tenía 63 años, sin embargo aquel romance duró 14 años,
convirtiéndose en la relación más escandalosa del siglo XVIII. Fruto de ese
romance en 1,769 tuvieron un hijo al que bautizaron con el nombre de Manuel.
Este fue el único hijo que tuvo el virrey. Cuando el virrey muere en España su
hijo viaja a reclamar la herencia, pero legalmente fue considerado ilegítimo y
no recibió nada de herencia.
En la casona donde se dice nació la Perricholi se encuentra una
habitación que según los guías y las
leyendas escritas allí, fue el cuarto de
Micaela Villegas. Una cama, un tocador, un maniquí de tamaño natural y muchos cuadros
en la pared completan el ambiente.
Hay muchas historias sobre el
origen del apelativo de Perricholi, sin embargo la más conocida y tradicional
dice que en una de las tantas peleas que tenían, Amat la llamó enfurecido
"perra chola" que en su acento catalán sonaba a "perri choli";
el incidente trascendió las paredes del Palacio y la alta sociedad limeña que
no le tenía mucho aprecio comenzó a llamarla La Perricholi con la intención de humillarla. Recordemos que
era amante del Virrey, pero este enamorado locamente no dudaba en mostrarse públicamente. "Miquita", como la llamaba
cariñosamente Amat, gustaba de exhibirse junto al Virrey y provocar la envidia
en la nobleza colonial limeña.
Micaela Villegas fue el símbolo
que inspiró al virrey Amat para hacer muchas de las construcciones que realizó
en su gobierno, entre ellas se encuentran la Alameda de los Descalzos, el bello
palacete de La Quinta de Presa, el Templo de las Nazarenas que más tarde albergaría
la imagen del Señor de los Milagros de la cual era devota y El Paseo de Aguas que
fue construido para impresionarla.
La tradición cuenta que cuando el
Virrey le declaró su amor, ella le respondió que lo aceptaría solo cuando él
pusiera la luna a sus pies. Ante semejante desafío el Virrey mandó construir el
Paseo de Aguas que hoy se encuentra en el distrito del Rímac en Lima. En el
centro había una gran fuente de agua donde se reflejaba el cielo. El Virrey muy
astutamente en una noche de luna llena, llevó a La Perricholi al borde de dicha
fuente, y le dijo: Hoy pongo la Luna a tus pies. Desde ese momento se hicieron
amantes.
Otro detalle que encontramos en la casona es un antiguo pozo de agua de uso familiar
Un carruaje antiguo en la misma casona.
En el lugar alquilan trajes de La
Perricholi y del virrey para las respectivas fotos del recuerdo, en mi caso me
conformé con una foto al lado de un maniquí que según dice tiene la figura y
vestimenta que ella usaba.
En 1,776 Amat fue cesado como Virrey
del Perú y regresó a España, dejándole una generosa pensión y varias
propiedades. Micaela se quedó en Lima con su hijo Manuel y tuvo que enfrentar
los ataques de los enemigos del ex Virrey.
Sus últimos años los dedicó a la
oración, vistiendo el hábito de las Carmelitas y realizando muchas obras de
caridad que hicieron olvidar a los limeños los escandalosos años de su juventud,
ganándose con sus actos muchas muestras de afecto y consideración hacia su
persona.
Micaela Villegas murió en su casa
el 16 de mayo de 1.819 a la edad de 71 años. Su sepelio fue sencillo según ella
misma lo pidió y dejó como herederos de sus bienes a su hijo Manuel y su
nieta Tomasa, hija de Manuel.
Este poblado también sirvió de
inspiración para que el escritor peruano Enrique López Albújar escribiera su obra
“El hechizo de Tomayquichua”, donde se narra dos historias de amor entre
jóvenes de la burguesía limeña y del mundo andino. Existe una casa abandonada
que dicen fue el lugar donde vivió el literato.
Y como si fuera poco, fue aquí donde
nació Isabel Herrera, abuela de Santa Rosa
de Lima.
Conversando con algunos
tomayquichuinos me comentaron que la fiesta más importante son los carnavales.
Se escoge la reina del carnaval, se hacen bailes con trajes típicos y pasacalles, la gente se echa agua, pintura,
talco y no falta el licor y la buena comida. Como actividad central está la
yunza o cortamontes.
En el lugar escogido se planta un
árbol lleno de adornos y regalos. La gente toma licor y baila alrededor del árbol
al ritmo de la música que toca la banda. Los bailarines dan golpes con un hacha
o machete hasta que el tronco se quiebra y cae el árbol, motivo que aprovechan
todos los presentes para coger alguno de
los regalos que tenía el árbol. Al
final, quien logre derribar el árbol, será quien se encargue de preparar la yunza del
próximo año. Y como despedida
muere Don Calixto, Rey del Carnaval Huanuqueño, cuyo cuerpo es arrojado al río.
En el lugar se encuentran varios
recreos turísticos donde se puede degustar la comida huanuqueña, tal vez una
pachamanca o un cuy chactado, un locro de gallina o un picante de queso,
depende de los gustos.
Este viaje lo realicé en agosto
del 2,011 cualquier dato puede haber variado a la fecha.
Interesante su relato. Gracias por tus opiniones, ceñidos a la verdad.Saludos
ResponderBorrarMuchas gracias por su comentario. Lo invito a leer mis otras narraciones.
ResponderBorrarMuy buena
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