Desde la
plaza principal de Pomata comencé a
caminar por una calle en bajada aproximadamente ocho cuadras hasta llegar a la
carretera donde abordaría los carros que me llevarían a mi siguiente destino:
el distrito de Zepita.
La bajada
fue larga y pesada, me dejó un poco cansado, de tal manera que me senté al
borde de la carretera mientras esperaba el paso de algún carro que me pudiera
llevar a Zepita. Muchas veces las
bajadas y no las subidas son las que más
cansan y más daño hace, sobretodo a las
rodillas.
No hay carros que lleven
directamente hasta Zepita, lo que hay que hacer es abordar los carros que van
hasta el distrito de Desaguadero en la frontera con Bolivia y bajarse a la altura de Zepita.
Después de esperar media hora apareció
un carro tipo microbús con destino a Desaguadero. El carro estaba lleno de
gente que hablaba un idioma raro que no era quechua. Si bien es cierto no se
hablar quechua pero tantos viajes que he realizado por la sierra me ha
permitido reconocer el sonido de algunos de sus vocablos. Pregunté a la señora cobradora que también
hablaba el idioma y me dijo que lo que hablaban era aymara.
Zepita es uno de los siete distritos
que conforman la provincia de Chucuito, su capital es la ciudad del mismo
nombre, ubicada en medio de la meseta altiplánica a 140 km de la ciudad de Puno,
sobre los 3,831 msnm. El color del cielo del altiplano es muy hermoso, un cielo limpio de un color azul intenso.
Desde aquí se observa un
espectacular paisaje natural conformado por la meseta del altiplano, parte del
lago Titicaca y a lo lejos en el horizonte la cadena montañosa con sus picos
cubiertos de hielo de los andes bolivianos.
Zepita es uno de los pueblos antiguos
legendarios del altiplano peruano, situado al oeste del lago Winaymarca llamado
también lago Menor. El gran lago
Titicaca se encuentra dividido en dos cuerpos de agua, denominados lago Mayor o
Chucuito situado al norte con una superficie de 6,450 km2 y una profundidad
máxima de 283 m y el lago Menor o
Winaymarca situado al sur con una superficie de 2,112 km2 y una profundidad máxima de 45 metros.
En sus orígenes esta zona estaba dominada por la etnia de los
Cipitas, posteriormente fueron dominados por el imperio aimara de Tiahuanaco. A
la decadencia de los tiahuanacos, se asentaron en Chucuito los Lupakas que
dominaron toda esta zona. Cuando los Incas conquistaron el altiplano, las regiones
aymaras de Zepita se integraron al imperio incaico. Los Incas teniendo en
cuenta el abolengo de los antiguos Cipitas, mandaron construir caminos y un
tambo real, permitiéndoles conservar algunas de sus costumbres y tradiciones.
En 1,543 los misioneros dominicos
llegaron para evangelizar a los pueblos aymaras y se asentaron en este lugar. El 27 de Agosto
de 1,549 soldados españoles enviados por los conquistadores al mando del
corregidor capitán Alonso de Mendoza fundaron la ciudad de Zepita. Pero por una costumbre que no se sabe su origen el
aniversario de creación política del distrito se celebra el día 2 de Mayo
Después de media hora de viaje
estaba bajando del carro en el borde de la carretera a la altura de la entrada
a Zepita. Caminaba por la calles con dirección a la plaza principal y pude
observar calles limpias y señalizadas, bien pavimentadas, con veredas y algunas
casas muy bien cuidadas. Me llevaba la impresión de un distrito ordenado.
La plaza principal es grande, mi
apreciación personal es que se cubrió mucho espacio con cemento y se ha dejado
poco espacio para las plantas y árboles que siempre dan belleza a estos
lugares. Es una plaza de concepción moderna donde las tradicionales bancas de fierro fundido y
madera donde se sientan cómodamente tres personas han sido reemplazadas por largas
y frías bancas de cemento donde se pueden sentar fácilmente unas diez personas
En la esquina de unas de las calles que forman el perímetro
de la plaza destaca la construcción del
moderno local municipal que con sus casi cuatro pisos sobresale por encima de
otras construcciones menores. En el piso de la plaza principal se encuentra una extensa
descripción que dice: Benemérita Zepita.
En el centro de la plaza se ubica
el monumento al coronel Francisco Bolognesi. La posición de la figura del héroe
es similar a la de Lima, brazo izquierdo en alto sosteniendo la bandera del
Perú y brazo derecho hacía abajo empuñando en su mano un arma.
En una de las calles del
perímetro de la plaza principal no hay viviendas, en lugar de ellas se ha
construido un estrado con tribunas de material noble a los costados. Pregunté a
un policía que se encontraba cerca del lugar sobre esta construcción y me indicó
que en esta calle se realizan los desfiles cívicos y las tribunas permiten que
los pobladores se ubiquen cómodamente para apreciar el espectáculo. Ya no están
armando y desarmando estrados en los desfiles.
Subí hasta la cima de estas
tribunas y estando allí me pareció que también es un lugar que puede ser un
excelente mirador. Desde allí mirando hacia el horizonte se ve parte del lago
Titicaca y más allá los andes bolivianos.
Cuando bajé de la tribuna
encontré un grupo de niños recorriendo
las calles con pancartas en mano gritando mensajes en defensa de los recursos naturales, buscaban
llamar la atención de la población para cuidar el medio ambiente y evitar la
contaminación del lago Titicaca. Es importante hacer estas campañas con los
niños para que tomen conciencia de la importancia de cuidar el medio ambiente para
ellos mismos y las futuras generaciones.
Acompañé a estos niños hasta su escuela y siguiendo la ruta
llegue a una iglesia que se encuentra en muy mal estado de conservación.
Fui hasta ella porque la vi al
pasar con el carro antes de llegar al paradero de Zepita. El lugar estaba
desolado, no había nadie, no sabía cómo se llamaba la iglesia, no la tenía en
mi relación de lugares para conocer. Mientras miraba la construcción y tomaba
fotos aparecieron tres personas que eran músicos a juzgar por los instrumentos
que llevaban. Me acerqué y les pregunté por el nombre y me dijeron que la era
la Iglesia San Sebastián. Hace 30 años las fuertes lluvias destrozaron su única
torre.
Luego regresé de nuevo a la plaza
principal y fui al otro extremo de la ciudad para conocer el templo de San
Pedro y San Pablo. El motivo principal de llegar a Zepita era precisamente
conocer de cerca este templo pero lamentablemente para mis intenciones personales
se encontraba cercado y no se podía entrar. En el año 2011, se cayó la cúpula, el muro de
la torre mayor del lado izquierdo y la parte central del techo posterior lo que
originó que se cerrara todo acceso a ella.
El templo se encuentra alejado de
la ciudad a cinco cuadras de la plaza principal y frente a ella se ubica un
parque el cual luce solitario y abandonado por el mismo motivo de la ubicación
del templo. No es como en otros lugares en donde el templo del pueblo es la
referencia más importante y en torno a ella se diseña la plaza principal y todo
el pueblo.
En las afueras del templo dos señoras
limpiaban el parque, me acerqué a ellas y les dije que quería tomar unas fotos aunque
sea de los exteriores del templo. Una de ellas me dijo que le dejara unas
monedas para las gaseosas. Puse en sus manos unas monedas y levantó un poco la base
de la malla plástica que protegía el templo, me arrojé al suelo y rampando como un soldado
en guerra pasé al otro lado.
Una vez allí a pesar del estado
en que se encuentra pude apreciar de cerca la belleza de la construcción. Se
trata de un templo colonial edificado entre
los años 1,545 a 1,560. Fue construida toda en piedra y es considerada una
de las obras de arquitectura más notables del departamento de Puno, orgullo de
los zepiteños que fue declarado
Monumento Histórico Nacional mediante D.S. 29000.72.Ed.
La portada principal es de estilo
barroco, el labrado que se hizo en la piedra caliza rosada es un trabajo admirable. En la parte central se ubican las imágenes de
San Pedro y San Pablo. Lamentablemente
se observa grietas en sus paredes, que
las lluvias y la dejadez de las autoridades puede destruir para siempre esta
reliquia del pasado.
También están rajadas las puertas
y ventanas de la capilla, en la sacristía las tejas del techo fueron retiradas
y por allí entra el agua de las lluvias destruyendo lo poco que queda en su
interior. A través de un hueco en la puerta pude ver el interior y realmente no
hay nada, lo poco que existe se encuentra en muy mal estado. Me da la impresión de que
solo lo han cercado y abandonado, no hay señales de trabajo de restauración
alguno.
Al igual que casi todos los templos
antiguos de Puno también fue víctima de
robos sacrílegos de cuadros, pinturas y objetos de arte, de oro y plata.
Otros atractivos naturales de
Zepita son los restos arqueológicos de Tanka Tanka ubicado a 28 km del
centro de la ciudad; el bosque de
piedras de Aguallani a un 1 Km de la ciudad por la parte posterior del templo de San Pedro y San Pablo; el cerro
Khapia a 18 km de la ciudad considerada
la cima más alta del altiplano con sus 4,960 msnm y la
misteriosa laguna Warawarami con sus mitos y leyendas.
El 25 de agosto de 1,832 las
tropas patriotas al mando del general Andrés de Santa Cruz vencen a las tropas
realistas comandadas por Jerónimo Valdez, deteniendo el avance de los realistas
sobre el altiplano. Actualmente las pampas donde se libró esta batalla se
encuentra a 5 km del distrito en lo que hoy es el poblado de Chua Chua . Este
acontecimiento histórico motivó que el escudo de Zepita lleve la siguiente
descripción: “Benemérito y Heroico Pueblo de Zepita”.
Con
mi mochila al hombro y pena por no haber
podido conocer el interior de la iglesia de San Pedro y San Pablo me fui
alejando de la ciudad rumbo a la carretera para abordar el carro que me
llevaria a un siguiente destino.
Este
viaje lo realicé en junio del 2,012 cualquier dato podría haber cambiado a la
fecha.
En principio agradecer infinitamente al Sr. César Augusto Paredes, por su visita y por la publicación de su informe. El que os agradece es una persona de 72 años de edad natural del distrito de Zepita en el denominado Centro Poblado de Isani, que estudié mi 5to de primaria en escuela mixta del benemérito pueblo, luego fue a estudiar mi secundaria a la GUE "San Carlos" de Puno, y posteriormente de allí fue a estudiar en la Universidad Nacional de "San Agustín" de Arequipa, en dicha donde radico desde 1974, logrando trabajar en el magisterio y paralelamente en la UNSA. Motivo por los cuales ya no he regresado para servir a mi amado pueblo que mi vio crecer durante la niñez, pues bien ahora que ya soy mayor, la gente joven tampoco ya no me permiten participar, en consecuencia me llevaré mis pobres conocimientos acumulados a la eternidad, sin haber dado siquiera una charla, muy a pesar de que en UNSA de Arequipa logré estudiar y culminar en cuatro carreras universitarias, dos maestrías y una doctoral. Muchas gracias por permitirme expresar; espero que se alguien lo lee, que no se moleste, como suele ocurrir con algunos conciudadanos.
ResponderBorrarCésar Facundo Chaparro Torres
Agradecer al Sr. Cesar Augusto Paredes por su reporte.
ResponderBorrarAgradecer al Sr. César Facundo Chaparro Torres por dar su opinion.
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