Salí del hotel muy temprano con el objetivo de conocer el
distrito de Zaña. En el centro de Chiclayo abordé un taxi, pague S/. 2.50 y me
trasladó al paradero conocido como EPSEL. En este paradero se abordan las
combis que se dirigen hasta el distrito de Cayaltí y en su trayecto pasan por
Zaña. EPSEL son las siglas de la Empresa Prestadora de Servicio de Saneamiento
de Lambayeque.
Zaña es un distrito
de la provincia de Chiclayo, ubicada en el sur del departamento de Lambayeque,
localizado a 51 km de la ciudad de Chiclayo. El tiempo de viaje es de 1 hora
aproximadamente y el costo del pasaje en combi es S/. 3.50. Gran parte del
camino se hace por la Panamericana Norte como quien se va a Lima. En el
trayecto se pasa por el distrito de Reque y antes de llegar a Mocupe existe un
desvío a Zaña.
La mayor parte de su territorio es llano, apto para el
cultivo agrícola con una altura promedio de solo 46 msnm. La otra parte limita
con los cerros de la cordillera occidental de las andes.
Llegue a Zaña temprano, el cielo estaba totalmente
despejado y los rayos solares todavía eran débiles, situación que generaba un clima templado, pero a pesar de ello por
momentos sentía unos vientos fuertes. En
la cuarta cuadra del jirón Real, una de
la calles que conforman la plaza principal de Zaña se halla el moderno local
municipal.
La plaza principal es pequeña, pero muy bien cuidada, el
camino es enlosetado y cuenta con bancas de cemento para sentarse y descansar. A
un costado de la plaza se encuentra una pileta.
Hoy en día en el centro de la plaza principal de Zaña destaca
una especie de glorieta de arcos al cual se llega ascendiendo por unas
escaleras.
En una de las esquinas de la plaza se encuentra la nueva
iglesia de Zaña, cuya construcción es simple, con dos torres a cada lado que
sirven de campanario. Lamentablemente estaba cerrada y no pude entrar para
verla por dentro.
Cuando se lee la historia de este pueblo uno se encuentra
con episodios muy trágicos, cuyos hechos
llegan incluso a denominar al lugar como pueblo maldito o castigo divino. Estos
adjetivos se refieren a acontecimientos sufridos en el pasado como
consecuencias de los desastres naturales que destruyeron gran parte de la
ciudad.
Hoy en día Zaña es un pueblo pujante que lucha por sobresalir
a través de la agricultura, orgulloso de su pasado y con esperanza en promover
el turismo, motivo por el cual se encuentran abocados en la restauración de sus
iglesias antiguas con la finalidad de mostrar al turista la belleza y el
esplendor que la consagró en su momento como una de las ciudades más
importantes del virreinato del Perú.
Antes de la llegada de los españoles esta zona era habitada
por indígenas descendientes de la cultura moche, quienes hicieron importantes obras
de regadío en la zona con la finalidad de ganar tierras de cultivo. Cuando los
conquistadores se dirigían a Cajamarca para la captura y muerte del Inca
Atahualpa pasaron por este lugar y se
encontraron con un valle que tenía un suelo fructífero para los sembríos de
arroz y caña de azúcar, además de un pueblo que estaba bien organizado.
Posteriormente decidieron aprovechar estas facilidades adicionales y fundar la
ciudad. Durante el gobierno del Virrey Diego López de Zuñiga el 29 de noviembre de 1,563 el capitán español Baltasar Rodríguez funda la ciudad con
el nombre de Villa Santiago de Miraflores de Saña.
La ciudad fue dividida en dos zonas, una conocida como la
Zaña Colonial donde poblaron las familias más adineradas llegadas de España,
que llegaron atraídas por la riqueza del lugar. La otra zona era Zaña Pueblo que estaba habitada por los indios
dedicados al trabajo en el campo. Como en todo el proceso de la conquista
española lo pobladores del lugar fueron desplazados a los alrededores y cerros
aledaños.
Gracias a su creciente economía pronto se convirtió en el
centro comercial más importante de la zona norte del Virreinato del Perú. Sus
recursos eran exportados a Panamá, Chile y Guayaquil. Fue la tierra de miles de
españoles, quienes trajeron a esclavos
negros para el trabajo agrícola de sus tierras y el servicio doméstico.
Cuenta la historia de esta tierra, que la fama de la riqueza del lugar era tan
grande, que sus noticias traspasaron los linderos del virreinato llegando a los
oídos de piratas que asechaban los poblados
en busca de riquezas.
Fue así que el 4 de marzo de 1,686, el pirata inglés Edward
Davis arribó a esta zona por el puerto de Cherrepe y lo saqueó brutalmente
arrasando las tierras y las riquezas que los españoles poseían. Poco después el corsario inglés Sir Francis
Drake terminó por arruinar el lugar. Asustados por estos hechos y temiendo por sus vidas las familias españolas fueron
migrando a los alrededores.
Una leyenda cuenta que el pirata en su incursión tomó de
rehén a una dama de alcurnia y procedencia adinerada, conocida como la Bella
Mencia, a la que detuvo hasta que su
familia se animara a pagar el rescate de 50.000 pesos, valor que según se dice fue pagado. Durante su detención parece que la
joven se enamora del pirata y nunca más se le vuelve a ver en el pueblo,
comentándose que huyó con su captor perdidamente enamorada.
A pesar de ello poco a poco Zaña logró recuperarse, pero
por desgracia el 15 de marzo de 1,720 ocurrió una gran inundación. Las aguas
del río Zaña se desbordaron de su cauce atacando con gran fuerza a la ciudad,
destruyendo todo lo que estaba a su paso. Este suceso fue considerado como un
"castigo divino", por los ritos paganos, bailes eróticos y las orgías
de los esclavos negros, quienes vivían en desorden y exceso como respuesta a los abusos de sus amos.
La catástrofe ocasionó que los españoles se mudaran
definitivamente a otras localidades, mientras que los esclavos se fueron a
Piura, Chincha y Quito.
Pero el tiempo de esplendor de Zaña no solo se lee en su
historia sino que se puede apreciar en los restos y ruinas de lo que hoy queda
como evidencia de su importancia. Sabemos que para los conquistadores españoles
una de sus principales actividades fue el adoctrinamiento religioso, para ello
se dedicaron a las construcciones de iglesias donde se impartía la religión
católica.
Durante la época colonial en este pueblo se levantaron
siete iglesias de estilo barroco lo que nos confirma la importancia del lugar
en esta época. Las siete iglesias fueron: la iglesia matriz,
la iglesia del hospital San Juan de Dios, el convento de San Francisco, el
convento de San Agustín, el convento de La Merced, la parroquia de Indios Santa
Lucía y la capilla anexa a la casa donde murió Santo Toribio de Mogrovejo.
Lamentablemente el tiempo y la naturaleza hicieron su parte
mala, de los siete templos cinco están en ruinas y dos ya no existen. El diseño arquitectónico de los templos
corresponde a artistas españoles y mano de obra inicialmente indígena, posteriormente
se empleó masivamente trabajadores esclavos de raza negra.
El convento de San Agustín es el
más grande, la mayor parte de la
construcción está en ruinas debido a las
lluvias del fenómeno del niño en 1,720. Lo que queda en pie nos permite activar
la imaginación y tener una idea de la belleza y grandeza del lugar. Se
encuentra a 2 cuadras de la plaza principal y para entrar se debe pagar S/
3.00. La señora que hacia el cobro en la entrada vendía unos folletos sobre la historia de Zaña,
compré uno y me sirvió de mucho para escribir parte de este relato.
Fue fundado por el padre Fray Alonso García, el 5 de
octubre de 1,584 y construida por el alarife Blas de Orellano. Alarife es el nombre que se daba antiguamente
al maestro de obras o albañil.
Algunas paredes y portadas a
pesar del tiempo y abandono aún muestran pinturas, tal como se puede observar
en la parte superior de esta portada.
Su arquitectura originalmente estaba conformada por un
convento de dos patios y una iglesia, ubicados sobre una manzana completa a dos
cuadras de la antigua plaza mayor. Al
caminar por todo el lugar veo que es muy grande, lo cual indicaría que este
convento era importantísimo en su momento y que debió acoger a muchos religiosos
agustinos.
En el segundo piso de la iglesia se aprecia que los techos
de las naves eran altos, creando un ambiente espacioso y solemne. En las paredes todavía se
observa una que otra moldura o adorno que ha resistido en el tiempo. Desde aquí hay una vista de parte del patio del convento, las casas de la ciudad, la iglesia matriz de la plaza principal y los andes peruanos.
Las bóvedas se apoyan sobre arcos
cruzados llenos de altorelieves.
El gran patio presenta una refinada estructura de arcos y
otros detalles de arquitectura muy refinada para la época. Al estar en este
lugar imaginaba los grandes palacios griegos y romanos donde predominaban los
estilos jónicos, corintio y neoclásico.
El destacado historiador del arte Harold Edwin Wethey en su obra Colonial Architecture and Sculpture
in Perú, consideró a este convento como
uno de los más importante de América Latina.
Una de las entradas laterales al convento
cruza la iglesia y lleva directamente hasta el patio principal.
Al entrar al primer patio del convento encontré un pozo de
agua. Me acerco y cuando miro abajo tratando de ver el fondo del pozo, este se
pierde en la oscuridad. Con cuidado me
inclino hacia el interior del pozo y rompo el silencio del lugar con un grito. Un
eco salido del fondo me repite el grito. Repito palabras una y otra vez como un
niño que juega con alguien, el joven que me acompaña de guía se sonríe de mi
ocurrencia. A los costados se ven los palos que sirvieron para sostener la soga
con el balde de agua. Antes de retirarme pienso cuantas veces los misioneros de
este convento habrán ido y venido a este pozo para sacar agua y calmar la sed
del pueblo.
Saliendo del pueblo fui caminando hasta la iglesia Matriz
cuya construcción se estima entre fines del siglo XVI y comienzos del siglo
XVII. El camino es de tierra, solo encontramos asfalto en el centro del pueblo.
El sol abrasador del norte peruano trataba de hacerme desistir, pero cuando
tienes ganas de querer conocer algo nuevo no debe existir nada que te detenga.
Una rústica puerta de madera impide el paso a la Iglesia
matriz. A lo lejos solo se observa una pared grande, muros con fragmentos de pinturas
murales y algunas columnas que en su época fueron los soportes de la nave
central. Según los estudios de los restos, la iglesia debió tener una nave
central alta y dos capillas laterales más bajas para permitir las ventanas. Se
dice que Santo Toribio de Mogrovejo fue enterrado aquí y sus restos exhumados
para ser llevados a la catedral de Lima. La iglesia se encuentra dentro de unos
campos de cultivo, al parecer abandonada.
Toribio Alfonso de Mogrovejo y Robledo era un eclesiástico español. En marzo de 1,579,
el Papa Gregorio XIII lo nombró arzobispo de Lima. Llegó al puerto de Paita, en
mayo de 1,581 e inició su trabajo como misionero viajando a pie hasta Lima,
bautizando y enseñando a los nativos durante el camino. Se le considera como
misionero y organizador de la Iglesia católica en el virreinato del Perú; segundo
Arzobispo de Lima y Santo de la Iglesia católica, canonizado el 10 de diciembre
de 1,726 por el Papa Benedicto XIII. Nació en Mayorga, España el 16 de
noviembre de 1,538 y murió en Zaña el 23 de Marzo de 1,606.
De la iglesia de San Francisco se dice que fue iglesia de
una sola nave cubierta de tijerales y adornos; su construcción se ubica entre
los años 1,585 y 1,590. A la fecha se conservan algunas paredes y muros.
De la iglesia de La Merced se sabe que los mercedarios
llegaron a Zaña en 1,637, ocasión en la que construyeron su iglesia de estilo
clásico renacentista, quedando solo en pie el hastial y dos torres campanario.
El tiempo y la naturaleza se podrá llevar la parte física y
material, pero los seres humanos tenemos
la inteligencia, los sueños y la imaginación para reconstruirlos y darnos una
idea de su magnitud.
Nuevamente regresé a la plaza principal y con una mototaxi
me fui al otro extremo de la ciudad, allí donde pasa el rio Zaña, aquel rio
culpable en el pasado de una de las
desgracias del pueblo. En la actualidad el río Zaña discurre de este a oeste,
bajando por la ladera occidental de los andes hacia el Océano Pacífico. La
parte baja de la cuenca está en el departamento de Lambayeque, mientras que la
cuenca alta pertenece al departamento de Cajamarca. El caudal de este rio crece bastante en épocas de lluvia y su aguas se desbordan de su cauce llegando a cubrir las copas de los árboles cercanos.
Encontré un legendario puente colgante, uno de las más largos,
rústicos y peligrosos que he visto en mis viajes. Este puente es conocido como
La Otra Banda, porque cruzando se llega al centro poblado conocido con el mismo
nombre. Me comentaba un poblador que este puente tiene una antigüedad de 100
años y un largo aproximado de 100 metros.
No tiene barandas de apoyo solo unos gruesos cables que
sostienen la base llena de tablones. Completan la estructura unos troncos
imperfectos a mitad del puente. Al mirar el tamaño de estos troncos secos y muertos retrocedo en el tiempo y pienso
que alguna época tuvieron vida y quizás
fueron parte de un frondoso árbol que con sus frutos saciaron el hambre de
muchos zañeros y que sus ramas fueron la morada de muchos pajaritos que con sus
trinos alegraron la vida de los pobladores de esta zona.
Troncos diversos
forman la estructura del puente colgante, de solo mirar ya da miedo
cruzarlo. Al cruzarlo su balanceo me recuerda que este si es un verdadero puente
colgante. Pero tranquilo, este puente es legendario, durante muchos años los negros
zañeros lo han cruzado una y otra vez para ir y venir después de trabajar en el
campo, para sacar las cosechas del campo, el pase de animales y tantos otros
usos. Hoy en día lo cruzan a diario los trabajadores del campo para ir a
laborar en las parcelas agrícolas de La Otra Banda y los escolares que vienen a
estudiar en los centros educativos que se encuentran en el centro de Zaña.
Durante sus primeros años de existencia Zaña fue poblado por los moches, luego vinieron los
españoles blancos que llevaron gran cantidad de esclavos negros traídos del
Africa para trabajar la tierra y para los servicios domésticos; posteriormente
los hacendados trajeron a los chinos para laborar los campos. En el tiempo estas razas se fusionaron de generación en generación logrando que el
poblador zañero tenga rasgos propios de estas mezclas, predominando el color
oscuro, motivo por el cual en el norte se les conoce con el apelativo de “negros
zañeros”.
La cultura legada por los esclavos africanos constituye
parte fundamental de la tradición del pueblo zañero; la cual se traduce en sus famosos dulces, como
las cocadas, naranjas rellenas, membrillos y dátiles confitados. Pero en lo que
más destaca el legado cultural africano es en sus bailes y en su tradición
oral.
Los negros africanos trajeron el “lundu”, una danza de
Angola que se veía como una representación del acto sexual y que escandalizó a
los religiosos de esa época, quienes amenazaban a los esclavos negros con
la llegada de castigos divinos por
practicar esta danza del diablo. Según Nicomedes Santa Cruz Gamarra uno de los
estudiosos del origen negro en el Perú, dice que lundu deriva de Luanda capital
de Angola. Posteriormente en la época de la Independencia, el lundu se había acriollado, perdiendo su origen
ritual, dando origen a la zaña y más tarde al tondero. La palabra lundu con el tiempo derivo en lo
que ahora se llama “landó”.
Antes de llegar a Zaña se encuentra una muralla que nos da
la bienvenida. Se puede leer parte de la
letra de la canción que dice: Al lundero le da Zaña, al lundero le da.
Así como como al
bailarín de cumbia se le llama “cumbiambero”; al de la rumba se le llama
"rumbero”; al de la guaracha
"guarachero”; al bailarín de “lundu” se le llama “lundero”.
En la actualidad Zaña es un
lugar muy tranquilo, acogedor, con una gente muy amable con ganas de mostrar y contar
su historia. Se observa algunos alojamientos y restaurantes que brindan
comida local.
Para concluir, un acontecimiento que enorgullece a los
zañeros constituye el hecho que dentro de sus linderos se descubrió en 1,987 la
tumba de Señor de Sipán, específicamente en el anexo de Saltur. El Señor de Sipán fue un antiguo gobernante
del siglo III, cuya existencia fue alrededor del año 250 de nuestra era
actual; perteneció a una civilización
muy anterior a los Incas y su tumba al momento del hallazgo se encontraba
intacto sin huellas de saqueos, algo difícil de encontrar en el Perú.
Este viaje fue realizado en abril del 2,010 motivo por el
cual algunos datos pueden haber variado a la fecha.
HERMOSA ES LA TIERRA DE MI MADRE.LA HISTORIA ES IMPACTANTE,ES UNA TIERRA MUY CAUTIVAMENTE.
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